El canciller alemán, Olaf Scholz, y el primer ministro holandés, Mark Rutte, coincidieron ayer en que es una prioridad inmediata poner freno a los precios de la energía y del gas y a la vez asegurar el suministro energético en toda Europa. “Los precios siguen siendo muy altos y ello no está justificado por la relación entre la oferta y la demanda, hemos avanzado algo con algunas medidas pero tenemos que seguir trabajando en bajar los precios y luchar contra la especulación”, dijo Scholz en una comparecencia conjunta en Berlín.

Scholz y Rutte participaron en una reunión con varios ministros de ambos Gobiernos dedicada al asunto energético tanto desde la perspectiva inmediata, marcada por la crisis actual, como desde una mirada más a largo plazo, de cara a la transformación ecológica.

“La amistad entre los dos países es estrecha. Cooperamos en distintos campos, hemos estado juntos ante la agresión rusa a Ucrania y hoy hemos hablado también de los pseudoreferendos ilegales. Pero el tema de hoy era ante todo la lucha contra el cambio climático”, dijo Scholz.

Concretamente se trata de impulsar proyectos de cooperación en energía eólica, en producción de hidrógeno verde y en estrategias comunes para hacer frente a la crisis energética. “Lograr independizarse de las energías fósiles se ha convertido también en algo necesario desde el punto de vista de la seguridad”, dice un comunicado conjunto de los dos gobiernos.

Scholz y Rutte fueron interpelados acerca de si se planteaban la posibilidad de crear un fondo de recuperación similar al que se creó durante la pandemia –financiado con deuda común– para hacer frente a la crisis energética.Ante ello los dos políticos coincidieron en señalar que buena parte de los recursos de ese fondo que deben ser destinados a la recuperación económica no se han usado todavía. “Antes de pensar en nuevos fondos tenemos que usar los que ya tenemos a disposición”, manifestó Rutte.