Los Gobiernos británico y francés protagonizaron ayer enfrentamientos verbales sobre los atascos generados desde el pasado viernes en el puerto de Dover, donde los veraneantes han tenido que esperar hasta seis horas para atravesar el control fronterizo por culpa del brexit.

La ministra de Exteriores y aspirante al liderazgo del Partido Conservador, Liz Truss, denunció que retrasos eran “inaceptables”, y culpó a la falta de personal de los franceses en la frontera. “Esta terrible situación debería haber sido totalmente evitable y es inaceptable. Necesitamos que Francia actúe para aumentar la capacidad en la frontera a fin de limitar cualquier interrupción adicional”, señaló en declaraciones recogidas por The Guardian.

“Es una responsabilidad compartida”, afirmó, por su parte, el prefecto (delegado del Gobierno) en el departamento en la región Altos de Francia, Jean François Leclerc.

El funcionario apuntó a que los grandes atascos se debieron a tres factores, el primero de los cuales fue un importante accidente de tráfico en la autopista inglesa M20, que generó “grandes embotellamientos” y “no es responsabilidad de nadie”.

En segundo lugar, dijo que tras el brexit hay que comprobar el pasaporte de cada persona que cruza, lo que genera más trámites, y agregó que el puerto de Dover no está organizado de manera óptima.

“Un sistema portuario es un sistema solidario” entre ambas partes, insistió, al tiempo que recalcó que “asumimos parte de la responsabilidad, pero es una responsabilidad compartida”. Leclerc lamentó que, en esas circunstancias, “el puerto de Dover, que es privado, ha encontrado más fácil culpar a los policías franceses” de los retrasos de varias horas en las carreteras británicas.

Finalmente, señaló que las compañías de ferris “no reforzaron su dispositivo” de forma adecuada para el fuerte aumento del tráfico previsto para este fin de semana de vacaciones, sumado al habitual tránsito de camiones.