Los llamamientos para que el primer ministro italiano, Mario Draghi, no anuncie mañana su dimisión irrevocable en el Parlamento, a donde acudirá para explicar la crisis gubernamental que vive el país, están aumentando en todo el país, no solo provenientes de la política, sino también de la sociedad civil.

Los rectores de las universidades, así como representantes de asociaciones, movimientos y organizaciones sociales se han sumado en las últimas horas a las peticiones que ya habían lanzado alcaldes y empresarios, junto a movilizaciones on line y hasta anuncios de pago en periódicos.

Los partidos que apoyan a Draghi intentan que el primer ministro continúe, aunque su marcha es inevitable, según fuentes de su entorno, después de que uno de sus principales socios de gobierno, el Movimiento 5 Estrellas (M5S), le retirase su apoyo al no votar un importante decreto sobre ayudas para paliar los efectos de la inflación en el Senado.

“Los jóvenes necesitan ejemplos y una confianza renovada en el futuro”, escribía ayer el rector del Politécnico de Milán, Resta, en una carta abierta a Draghi, mientras que las mayores asociaciones sociales laicas y católicas del país –incluidas ecologistas, antimafia y cooperativas– insistían en que “hay que evitar una crisis de gobierno”.

HORA DE LA RESPONSABILIDAD

En su misiva, publicada por el Corriere della Sera, Resta señalaba que “es el momento de la responsabilidad” porque “gracias a los fondos de la UE para la próxima generación, es un momento positivo, de gran impulso. No permitamos que los vientos de la política cambien su curso”.

Los representantes sociales, por su parte, aseguran que con una crisis de Gobierno todos pagarían las consecuencias, “especialmente los que ya están o estarán más afectados por la suma, en una tormenta perfecta, de varias crisis lejos de resolverse”, entre las que cita la guerra, la inflación y la explosión de las desigualdades, la pandemia y la devastación causada por la crisis climática.

“La política tiene la tarea de atravesar el conflicto para encontrar la mejor solución, las elecciones no están lejos, pero ahora mismo hay muchas obras abiertas y las demasiadas urgencias dictadas por el bien común exigen gestionar los conflictos y encontrar rápidamente un acuerdo”, dicen a Draghi y a las fuerzas políticas que le apoyaron.

Los alcaldes

Los alcaldes de las principales ciudades del país, como Roma, Milán, Venecia o Florencia, pidieron el sábado a Draghi que no deje el Gobierno, así como hicieron empresarios y otros sectores, incluidas varias asociaciones de transporte marítimo y portuario, que publicaron un anuncio pagado el domingo en el Corriere della Sera. “En un momento histórico como el que vivimos, Italia no puede quedarse sin una guía autorizada y segura como la del presidente Mario Draghi”, anotaron.

Los partidos políticos que apoyan a Draghi disponen de poco tiempo para convencerlo de que no dimita y se afanan en hacerle cambiar de idea, pese a las dificultad de lograr consensuar una posición común, según los medios locales.

La dimisión de Draghi conllevaría casi con total seguridad la convocatoria de comicios anticipados, como pide la única oposición formal al Gobierno, los ultras Hermanos de Italia (FdI) de Giorgia Meloni, que lidera todas las encuestas.

En el caso de que Italia vaya a elecciones se votaría a finales de septiembre, lo que haría “improbable” que el nuevo Ejecutivo tenga tiempo para redactar unas nuevas cuentas que respondan a estos tiempos difíciles e inimaginables hace un año. Todo esto mientras la prima de riesgo tocaba la pasada semana los 225 puntos, un nivel que no se veía desde 2018. Además, la caída de Draghi dejaría en la cuerda floja otras urgencias como aplacar el encarecimiento del combustible, el prometido salario mínimo, claudicaría la batalla europea por el techo al precio del gas y se frenaría la reforma del sistema de pensiones y el proyecto de ley para la competitividad, exigido por Bruselas.

Apoyos

desde la derecha Los líderes de los socios de derechas de la coalición que ha mantenido a Draghi al frente del gobierno, Silvio Berlusconi, del conservador Forza Italia (FI), y Matteo Salvini, de la ultraderechista Liga, apoyan al primer ministro, pero no ven con malos ojos unas elecciones.

Argelia

acuerdo energético. Mientras, los gobiernos de Italia y Argelia firmaron ayer una serie de acuerdos en materia de energía y lucha contra la corrupción. Según los medios argelinos, la empresa estatal de gas natural de Argelia, Sonatrach, entregará esta misma semana 4.000 millones de metros cúbicos de gas a la italiana ENI. En lo que va de año Argelia ha entregado a Italia 13.900 millones de metros cúbicos, lo que supone un 113% más del volumen previsto.