- El líder ultraderechista italiano Matteo Salvini reunió ayer en Milán (norte) al Consejo Federal de su partido, la Liga, para estudiar el estado de la coalición de centroderecha que le ha unido hasta ahora con Silvio Berlusconi y Giorgia Meloni, en crisis tras la bronca elección presidencial del pasado fin de semana. “Yo trabajo para unir, no para dividir”, aseguró Salvini al ser preguntado por la crisis abierta con Meloni.

Salvini trata de reconstruir la coalición después de la elección del presidente de la República el pasado sábado, que acabó confirmando en el mandato a Sergio Mattarella a causa del desacuerdo entre bloques y que evidenció la división dentro de la derecha. La alianza derechista viene dando sus frutos en los últimos tiempos, pues la unión de fuerzas le ha llevado a gobernar en quince de las 20 regiones del país, pero también manifiesta una serie de grietas y divisiones internas, sobre todo con Meloni. Al contrario que Salvini y Berlusconi, la jefa de los ultras Hermanos de Italia es la única que no apoya el Gobierno de unidad nacional de Draghi, tampoco respaldó la reelección de Mattarella y exige un adelanto electoral, animada por las encuestas.

Salvini, por su parte, publicó el pasado lunes un artículo en el periódico de la familia Berlusconi, Il Giornale, en el que proponía la convergencia de todos las fuerzas conservadoras y ultraderechistas en un “Partido Republicano” al estilo estadounidense. Una forma, según los analistas, de presentarse como una propuesta de centroderecha liberal y dejar atrás las tesis ultraderechistas que lo caracterizaron en el pasado.

Meloni ha reconocido sus dudas de proseguir en esa alianza o si ir por su cuenta: “Actualmente veo dificultades objetivas”, mientras su campaña para las elecciones generales de 2023 ya ha empezado en las redes sociales, presentándose como única oposición a los partidos que apoyan a Draghi.

Por si no fuera poco el fracaso en la elección de presidente, Salvini fue acusado ayer de que su partido, la Liga, haya retocado una fotografía de grupo de algunos de sus exponentes para añadirles la mascarilla, lo que causó el estupor y la ironía en las redes sociales. La etiqueta Photoshop se situó enseguida como principal tendencia de Twitter en Italia. Ante el revuelo suscitado, Salvini alegó que la fotografía parecía retocada porque se había empleado un filtro para mejorar su nitidez y publicó en Twitter una nueva versión de la imagen.

En el centro de la polémica está una foto del 31 de enero en la que Salvini posa con catorce políticos de la Liga. “Con el gran equipo de la Liga en la Región Lombardia que, con el máximo compromiso, no pierde de vista los objetivos en los que trabajar: empleo, sanidad, obras públicas ¡Adelante!”, tuiteaba Salvini, acompañando el mensaje con la foto.

Pero en la foto alguien se percató de que las mascarillas, en Italia obligatorias al aire libre y para espacios públicos cerrados, presentaban algunas anomalías. Por ejemplo, ampliando la foto, se aprecia como en varios casos ni siquiera tienen goma y en otros son solo una pintada, un borrón blanco o azul, sobre la cara del político, llegando incluso a dejar ver la boca o la nariz.