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El legado del Papa Francisco: ¿Es útil en nuestras empresas?

¿Puede el modelo de liderazgo del Papa Francisco ser aplicable en nuestras empresas y en nuestras organizaciones?

El legado del Papa Francisco: ¿Es útil en nuestras empresas?Europa Press

Esta pregunta la podemos transformar en: ¿Puede el modelo de liderazgo del Papa Francisco ser aplicable en nuestras empresas y en nuestras organizaciones? La respuesta de Chris Lowney, un muy alto directivo empresarial, es que no solo es posible, sino que es imprescindible.

Lowney es muy contundente en su visión de la elevada desilusión con los líderes y directivos actuales. “Es cierto que trabajan bajo una enorme presión respecto a los plazos... y las elevadas expectativas”, en entornos de cambio acelerado, y con la difícil exigencia de obtener el compromiso de trabajadores, directivos, accionistas y clientes con el objetivo compartido que es la empresa o la organización. Pero “con demasiada frecuencia parecen preocupados unicamente por su propio estatus o sus ingresos. Son incapaces de inspirarnos o unirnos, no tienen imaginación suficiente para resolver los problemas...” de modo que hay grandes dificultades para poner en marcha el cambio constante que exigen a nuestras empresas los mercados actuales.

Su conclusión es que es necesario un modo nuevo de liderar en este entorno en ebullición en el que para seguir obteniendo resultados es imprescindible hacer las cosas de forma diferente.

Se trata de una persona experta en liderazgo y con conocimiento de causa: es ex-jesuita, y cuenta con una larga experiencia como primer ejecutivo de JP Morgan en tres continentes diferentes. Diciendo que JP Morgan es el más exitoso banco de inversión americano me quedo corto; en realidad es el único que después de la gran crisis financiera de 2008 ha vuelto a retomar su ritmo de crecimiento anterior, aprovechando para absorber y relanzar bastantes otros bancos de inversión peor gestionados. Lowney en este momento es presidente de CommonSpirit Health, el mayor grupo sanitario sin ánimo de lucro de Estados Unidos, que gestiona nada menos que 140 hospitales y 130.000 empleados.

Hace unos años escribió un libro describiendo el lidezazgo de los jesuitas como un modelo de gestión diferente y enormemente exitoso. Su libro, traducido a 11 idiomas, y sus conferencias, son asignaturas habituales en multitud de Escuelas de Negocios. La última vez que estuvo en el País Vasco fue el año pasado, invitado por la Universidad de Deusto. Su mensaje básico es que las Buenas Prácticas y el enfoque que los jesuitas han aplicado desde su fundación por Iñigo de Loyola son totalmente adecuados para mejorar los modelos de gestión que aplicamos en nuestras empresas.

Este autor escribió, cuando Bergoglio llevaba solo un año como Papa, un libro traducido al castellano como “Francisco, líder y Papa”, aunque la traducción literal describe mejor el contenido: “El Papa Francisco. Por qué lidera de la forma en que lo hace”. 

Para Lowney el Papa Francisco lo que ha hecho es poner en práctica la formación que él mismo recibió y que siguió profundizando en su época como formador de futuros jesuitas, y que parte nada menos que de los Ejercicios Espirituales iniciados en el siglo XVI por Iñigo de Loyola. Una formación que aplica conceptos tan profundos como la convicción de que no se puede dirigir a otros si no se puede dirigir y desarrollar uno a sí mismo. Arizmendiarrieta, el fundador de la Experiencia Cooperativa de Mondragón, lo explica en términos similares: somos “imperfectos pero perfectibles” y solo a base del desarrollo personal de los líderes se puede alcanzar el desarrollo comunitario, siendo el trabajo y la empresa, el centro de desarrollo de las personas y el núcleo del desarrollo de las sociedades.

Una formación continua, con gran espacio para la introspeción y la búsqueda permanente de mejoras en lo personal y de nuevas formas de enfocar los proyectos, que pone gran énfasis en la incomodidad y la resiliencia, para aprender a superar las dificultades, sin miedo al conflicto. Y que apuesta por el servicio a las personas como objetivo del liderazgo, lo que implica flugalidad, y distancia respecto al estatus, el lujo y las modas; Francisco llegó a decir a los futuros diplomáticos del Vaticano que “el carrerismo es una lepra”.

Los agentes del cambio, en la Iglesia o en cualquier empresa u organización, “necesitan competencia y buen juicio, pero también valentía, sagacidad política, voluntad de hierro y un montón de buena suerte”. Para ello una receta jesuítica aparentemeante contradictoria es “el activismo hasta en la reflexión”, es decir, correr hacia el futuro, pero de forma medida, empujar las iniciativas y la puesta en práctica constante de novedades sin miedo a los fracasos, pero midiendo los avances y adaptando constantemente las políticas sin perder nunca la referencia del objetivo a largo plazo, lo que con palabras de hoy llamamos “el Propósito”. Usando también terminología de Escuela de Negocios, aplicando el medidor de que la innovación se mide por el número de fracasos.

Invito a quienes leeis este artículo a que dediqueis unas horas a leer este libro sobre el Papa. Está escrito de manera muy didáctica, lleno de imágenes y ejemplos clarificadores.

No me he atrevido a calificar al Papa Francisco como modelo vasco de líder aunque tengo algunos argumentos a favor de esta atrevida y exagerada afirmación. Uno ya lo he mencionado: está aplicando una sistemática iniciada hace muchos años en Loyola. Otro es la enorme sintonía entre su enfoque y el aplicado por Arizmendiarrieta para poner en marcha las cooperativas de Mondragon.

Arizmendiarrieta, al igual que describe Lowney de Bergoglio, lo que hace es poner en marcha las ideas y los principios que recibe en su formación. En el caso de Arizmendiarrieta, su formación en el Seminario de Vitoria sería muy paralela a las enseñanzas de los jesuítas, y también de altísimo nivel, tanto desde el punto de vista personal, religioso y humanista, como en su nivel científico y en su conexión con la sociedad vasca. Una referencia de la talla de sus profesores puede darla mencionar entre ellos al padre de la antropología vasca, dn. Joxe Miel Barandiaran, o al Presidente de la Academia Vasca, don. Manuel Lekuona.

Cara a los jóvenes economistas y empresarios una iniciativa del Papa Francisco es la llamada “Economía de Francisco”, para lograr un Pacto para reformar el sistema económico mundial con el fin de mejorar la vida de todas las personas. Aún no ha concretado en modelos de gestión de empresas sus enfoques y sus ambiciones de mejora en las relaciones económicas entre las personas y entre las naciones, pero este movimiento se está encontrando muy a gusto con las concreciones que, dentro de las empresas y organizaciones, desde la inspiración de Arizmendiarrieta, les vamos presentando del Modelo Inclusivo Participativo de Empresa. Unas aportaciones nacidas en nuestro ámbito vasco y navarro, pero muy alineadas con impulsos universales como los empujados por el Papa Francisco.