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Febrerillo loco

Tras el alarde de republicanismo patriotero posterior a los asesinatos de ‘Charlie Hebdo' y del supermercado kosher, Hollande mejoró en 20 puntos su deteriorada cota de popularidad y pretendió asumir de nuevo el rol de pareja de Angelita Merkel en el dúo dinámico de esta Comunidad Europea tocada del ala.

Febrerillo loco

Recibe a Tsipras en el Eliseo y, sonriendo, le hace creer que el Sena desemboca en el Egeo para que el heleno viaje tranquilo a su cita germánica. Allí se encuentra con el contable de la Merkel y éste le informa que lo de retrasar la deuda ad calendas grecas no figura en su agenda. Como preliminarmente ya le habían regalado una corbata en Italia, el hombre debe preguntarse si entre tanta sonrisa y abrazo le sugieren ahorcarse o ahogarse en su particular Odisea. Ojalá me equivoque, pero todos estos perfumes guardan el aroma de un posible “corralito” griego en lontananza. Curioso, no obstante, que nadie hable de los que precedieron a Syriza y de sus supuestos controladores comunitarios, troikanos que no troyanos, para saber en qué invirtieron los rescates otorgados por la Comunidad.

En hablando de deudas, la acumulada por Francia alcanza los 2.000 billones con B de astronómica Burrada. Teniendo en cuenta que en 2014 el déficit galo ha sido de casi 86 billones, que han tenido que volver a pedir prestados de cara a este 2015, y que representan el 23,46% de los 364,8 billones del presupuesto de 2014, el tema se complica. Para simplificar, es como si una familia pidiera un préstamo del 25% sobre lo que gana para llegar a fin de mes, agravando año tras año su endeudamiento. Un país que necesita el equivalente a lo recaudado anualmente en el Impuesto sobre la Renta para hacer frente a los intereses de su deuda y a rembolsar los préstamos llegados a término (45 billones), no está como para echar cohetes ni tan siquiera para comprar cerillas y prenderlos. Aquí se siguen analizando con lupa las deudas de los vecinos, mientras se cubren las propias con un tupido velo, a poder ser de corte yihadista, para distraer al personal.

Pasemos a otros temas porque, sin abandonar el sector de fondos monetarios, quisiera echar un vistazo al juicio que sobre las andanzas sexuales de su antiguo dignatario acaba de comenzar en el Tribunal de Lille. Dominique Straus Khan, más conocido como DSK en los mentideros políticos, y exdirector del FMI, era el candidato preferido de los socialistas franceses para enfrentarse a Sarkozy en las últimas elecciones presidenciales. La violación de una empleada de hotel neoyorquina nos permitió ver por una vez esposado al que no paraba de esposarnos, pero logró salir indemne previo pago del patinazo americano, y volvió a tierras hexagonales. Reemprendió sus andanzas en Europa y tras contribuir a quebrar una empresa, igualmente de fondos basura que asesoraba, se ha encontrado con un juez en el norte menos desmemoriado que otros. Del mismo modo que recordamos los maratones de los corredores de fondo, este juez nos está refrescando la memoria sobre las orgías de este fondista del sexo que iban desde el hotel Carlton de Lille hasta los mullidos sofás del Fondo Monetario en Nueva York. Sin entrar en los escabrosos detalles que narran las prostitutas a las que DSK en los mensajes a sus proveedores definía como “material”, cabe únicamente reseñar que su prepotencia y salvajismo en dichas relaciones era igual o superior de los hacía gala cuando nos capaba económica y financieramente. Afirma ignorar que ejercían la prostitución y pensaba que “eran jóvenes atraídas por el poder” (sic). Las confusiones entre las pes y las jotas resultan nítidamente comprensibles en personajes de esta calaña y siento haberme extendido en este tema, por cuanto la basura, puerta a puerta o en contenedor sigue siendo orgánica. Hay una cosa meridianamente clara desde ya, él no pagaba nada, había promotores empresariales que lo pasaban de cine abonando las facturas que suponemos importantes. Tardaremos un tiempo, a no dudar, en conocer el veredicto sobre su inculpación por proxenetismo, pero podemos afirmar a día de hoy que fue un auténtico macarra para nosotros los europeos, griegos incluidos. Hoy, algunas mozas más libres que las que él sodomizaba le han mostrado a la entrada del tribunal parte de sus anatomías para que siga encandilado y a ser posible dé con sus huesos en alguna de las “orgásmicas” cárceles hexagonales.

A la espera del veredicto, en Iparralde también ha nevado y helado, pero esta circunstancia nos ha ocupado bastantes menos horas que las empleadas por Euskal Telebista en esos menesteres. Los tres o cuatro minutos dedicados a torturas, dispersiones, Fernández y Cabieces se han quedado comparativamente muy lejos de las medias horas largas de copos y quitanieves. Aunque la noticia sea relativamente antigua, noviembre de 2006 a finales de marzo de 2007, la prensa francesa también se ha ocupado de Swissleaks y los defraudadores olvidando de paso Bermudas, Caimanes, Luxemburgos, y otros Singapures, pues el inventario del fraude no deja de ser universal. Únicamente han aparecido los rezagados, ya que muchas de las cuentas mejor dotadas, como las saudíes, cataríes o de otros emiratos ya habían emigrado hacia el Caribe o a cajas fuertes asiáticas. Barriles que financiaron Al Qaida o Ejércitos Islámicos, pero que ante la caída del crudo y por temor a su propia caída viajan con el botín a otros paraísos que los de Alá. El problema de los grandes piratas reside solamente en cambiar de isla para guardar su tesoro, y de paso, disuadir a pequeños piratas como nosotros.

Ahora que las palabras amor y solidaridad están a punto de abandonar el diccionario, guárdenlas con firmeza, pues son claves para las victorias personales, que no electorales.