Etapa para cazadores, muy parecida a la que ganó Pello Bilbao, muy complicada para coger la escapada buena. De hecho, costó muchísimos kilómetros coger la fuga buena y los corredores que entran siempre son de muchísima calidad. Ganó Ion Izagirre, uno de los mejores corredores vascos de la historia, diría yo. Sabemos que Ion puede estar en este tipo de fugas, que gane o no, siempre las va a disputar; y ayer se salió. Hizo una exhibición. Para ganar en estas carreras tienes que tener unas patas mágicas y Ion las tiene. Tenemos que estar contentos: el Tour ha salido de Euskadi y ya hay dos victorias de corredores vascos. Encima, Ion repite. Además, se impuso en un escenario donde la victoria vale mucho, en una etapa en la que los equipos saben que el ganador es un corredor de calidad, y eso se refleja en los contratos. Es una alegría para todos.

En cuanto a la clasificación general, vi momentos en los que Jonas Vingegaard estaba bastante solo. Yo creo que son momentos en los que los equipos deberían replantearse cómo hacer daño a los corredores que están ahí en la general; igual no Tadej Pogacar, pero Ineos, que tiene a Carlos Rodríguez y a Tom Pidcock muy bien situados en la general, debieron de probarlo con alguno de los dos corredores. Era un día propicio para ello. Me extraña que no se hiciera. Sé que son jóvenes los dos, pero si tienes un director agresivo, se trataba de un buen día para hacer daño al equipo del líder y que tuviera que trabajar de más, y que aunque no sacases provecho del trabajo ese mismo día, igual se saca al siguiente. El trabajo extra que tenga que hacer el Jumbo lo puede pagar. Esas oportunidades creo que no se deberían de dejar pasar.

El autor es director deportivo del equipo Grupo Eulen-Nuuk.