En 1935, el Tour se vistió de luto. La fatalidad encontró a Francisco Cepeda. Era el 11 de julio. Séptima etapa de la carrera francesa que unía a través de 229 kilómetros Aix-Les Bains y Grenoble. Después de coronar el colosal Galibier entre los mejores, Francisco Cepeda se lanza en la bajada. El ciclista vizcaino traza el largo descenso a toda velocidad por Lautaret hacia Le Bourg d’Oisans. En una curva, Cepeda pierde el control de la bici y se estrella. Encuentra la muerte.

Cepeda fue el primer ciclista que perdió la vida en el Tour, una trágica relación a la que se sumarían décadas después Tom Simpson (1967) y Fabio Casartelli (1995). Nunca se esclareció el motivo del accidente que provocó el fallecimiento de Cepeda. Las vías por las que transitaba el Tour, mezcla de caminos de grava y barro endurecido, no ofrecían seguridad. Tampoco las bicicletas, pesadas y difíciles de gobernar. El casco no era ni tan siquiera un invento aún para los ciclistas. Llegó décadas después. 

La primera versión que se manejó para dar luz al accidente mortal de Cepeda exponía que se trató de un problema con la rueda delantera debido a la mala calidad de las llantas de duraluminium, aunque después cogió mayor fuerza la versión según la cual, un coche de la organización que le adelantó fue el causante de la caída. Cepeda se cayó y pasó mucho tiempo hasta que apareció en el lugar del accidente una grúa, vehículo en el que fue trasladado el ciclista al hospital de Grenoble. Cepeda estaba malherido. En aquella época el Tour no contaba con ambulancia en carrera. Llegó al centro sanitario extremadamente grave por las heridas de la caída. En el hospital de Grenoble, ciudad que acogía la meta de aquella luctuosa etapa, se confirmó la fractura de la base del cráneo, la clavícula y el húmero. Pese a los intentos de los médicos por salvarle la vida, -le practicaron una trepanación en el cráneo para que disminuyera la presión sanguínea- el corredor vizcaino no recuperó la consciencia y murió tres días después en el mismo hospital de Grenoble. Después del accidente, con Cepeda moribundo en el hospital de Grenoble, Henry Desgrange, director del Tour, comentó que “el paciente va mejorando”. No era verdad. Francisco Cepeda murió mientras su hermano viajaba hacia Grenoble en tren para visitarlo.