En la primera planta del edificio del frontón Joseba Iñurrategi el silencio se prolonga unos segundos antes de romperse con el golpe seco de un puño o un pie. Son las 19.00 horas del pasado lunes y arranca la semana. Sobre el tatami, los pies descalzos buscan apoyo mientras resbalan y se afirman; se escuchan respiraciones contenidas, gritos breves que marcan el ritmo y el eco del esfuerzo. Entre kimonos y cinturones que reflejan los distintos niveles, se cultiva mucho más que técnica: se templa carácter. Rafa Carriet dirige Atama, la Escuela de Artes Marciales y Deportes de Combate de Eskoriatza, donde de lunes a viernes se reúnen niños, jóvenes y adultos para compartir la pasión por la disciplina.
Desde ese mismo 'dojo' (lugar de entrenamiento), cuatro deportistas, de entre 14 y 17 años, se preparan para dar un paso más. Irati Izurrategi, Naroa Cabeza, Andoni Puerta y Zuhaitz Legorburu representarán a Atama en el Campeonato de Europa de Kenpo, que se celebrará del 28 de octubre (ese día se realizará el pesaje) al 1 de noviembre en Bolaños de Calatrava (Ciudad Real). Más de 500 competidores de catorce países participarán en este evento internacional que pondrá a prueba no solo la fuerza, sino también la precisión, la estrategia y el autocontrol.
Debutantes
Los cuatro luchadores y luchadoras del club eskoriatzarra debutan en una cita europea. Y lo hacen con el listón muy alto: han logrado podios en los campeonatos de Euskadi y España, y su rendimiento les ha valido un puesto en la selección española que competirá en el municipio manchego. “Tengo muy buenas expectativas”, afirma Carriet, maestro de Atama. “Les digo que disfruten, que sientan cada combate. Ganar es importante, pero lo que te llevas es la experiencia, la convivencia y la familia que se forma en el tatami”, añade.
Un club con alma
Atama lleva 25 años convirtiendo a Eskoriatza en un templo vivo de las artes marciales. Lo que empezó dando continuidad a las clases que dejó un antiguo instructor, se ha convertido, bajo la dirección de Carriet, en un proyecto sólido que hoy atrae a unas 70 personas de distintas localidades de Gipuzkoa, Bizkaia y Araba. Desde las y los más pequeños, con apenas cuatro años, hasta veteranos de más de 50 encuentran su lugar en un club donde la exigencia convive con la camaradería.
“Queremos que todos tengan su espacio”, explica Carriet. Hay quienes buscan mejorar su condición física, aprender defensa personal o competir. Cada persona sigue su camino, pero siempre dentro de un marco de valores: respeto, humildad, disciplina y perseverancia, que son el corazón del Kenpo y la base de Atama.
La arrasatearra Irati Izurrategi llega a la cita de esta próxima semana tras brillar en los campeonatos de Euskadi y España. “Quiero demostrar todo lo que he trabajado”, dice con determinación. A su lado, la eskoriatzarra Naroa Cabeza, que atesora los mismos títulos en su categoría, asiente. Su primer contacto con las artes marciales lo tuvo con siete años. “Era muy inquieta y tenía que desfogarme”, recuerda entre risas para, a continuación recalcar que han entrenado “mucho”. “Ahora toca que ese esfuerzo se note en la competición y, si todo va bien, traer un buen resultado”, agrega.
"Rendir al máximo"
La expedición vasca en Ciudad Real la completan otros dos integrantes de Atama: Andoni Puerta, natural de Arrasate, y el eskoriatzarra Zuhaitz Legorburu. El primero se adentró en este mundo con solo seis años: “Mi madre se enteró de que existía el club, probé y me enganché”, relata. Ahora, con 14, encara el campeonato con ilusión y el deseo “de rendir al máximo y, si es posible, ganar, pero sobre todo disfrutar del momento”. Zuhaitz comparte la misma motivación y viaja con el objetivo claro de “traer algo a casa”.
A lo largo de su fructífera trayectoria, la escuela de Eskoriatza ha dejado huella en las competiciones más exigentes, cosechando títulos y medallas en eventos continentales y mundiales. En Ciudad Real, sus deportistas, la única representación de Euskadi, darán todo de sí con la meta de alzarse como campeones y campeonas de Europa. “Confío plenamente en los cuatro”, insiste Carriet, miembro del staff técnico de la selección estatal. El campeonato se desarrollará en la modalidad de Kenpo tradicional y en la de combate (full-kenpo, semi-kenpo, submission, knockdown y MMA).
En el frontón de Eskoriatza los kenpoistas siguen las indicaciones del maestro. Pronto cambiarán de lugar a cientos de kilómetros, pero su entrega, concentración y espíritu de equipo seguirán intactos.