Su trabajo acostumbra a pasar desapercibido para el gran público, que alienta al ciclista en las subidas más exigentes sin saber que, tras las pedaladas de sus ídolos, hay un esfuerzo y un trabajo brutal de un buen grupo de personas. No acaparan los focos y solo los aficionados más conocedores del mundillo ciclista son quienes más en consideración les tienen. El sábado, desde Bilbao, partirán un total de 176 corredores con destino a París, donde el Tour de Francia vestirá de amarillo al más fuerte de la carrera. Tras ellos, en coche, autobús, camión o furgoneta, un enorme número de gente, bastante mayor en número que el del propio pelotón, seguirá sus pasos. Claro que habrá quien también les abra paso para que al llegar al hotel, todo este bien preparado y el ciclista se centre en recuperarse para el día siguiente. Es el otro pelotón, el invisible, al que este periódico ha querido visibilizar en la figura de cuatro personas: Juanma Garate, director del Education First; Joseba Elgezabal, masajista del UAE; Iñaki Aranguren, chófer del autobús del Movistar y también masajista; y Aitor Viribay, nutricionista del Ineos.

Juanma Garate

“Este Tour supone cerrar un círculo”

Un buen puñado de años antes de dar el salto al profesionalismo, cuando aún era un proyecto de ciclista que soñaba con llegar al pelotón, Garate recuerda cómo desde alguna de las rampas de Jaizkibel vio pasar a los corredores que partieron de Donostia en la edición del Tour de 1992. “Estuve en el prólogo y luego en Jaizkibel viéndoles pasar. La Clásica de San Sebastián la seguía todos los años. Y así me aficioné al ciclismo. Y 31 años después aquí sigo, ahora como director tras haber sido ciclista. Entonces, cuando el Tour de 1992, era impensable imaginar algo así, pasar como director por esas mismas carreteras. Este Tour supone cerrar un círculo”, relata el irundarra, ganador de una etapa en la ronda gala en 2009, nada más y nada menos que en el Mont Ventoux.

Con una mayor responsabilidad que cuando era corredor, pues tiene bajo su batuta a ocho ciclistas, entre ellos a Richard Carapaz, que aspira al podio de París, Garate asegura que la preparación de la edición actual y la de otros años es la misma. “Lo preparamos igual. Aunque en esta ocasión aprovechamos el estar en casa y que conocemos bien las carreteras para traer a algún corredor y que vea bien los puntos claves de las etapas”, relata. “Lo que más miedo me da es que todo se vaya al traste el primer día”.

De cara a la primera etapa, que partirá y acabará en Bilbao con una última subida por el novedoso Pike Bidea, Garate considera que “la colocación a pie de puerto va a ser fundamental”. “Normalmente hablamos de la tensión y los nervios de la primera semana del Tour, pues a eso hay que agregarle una muy sinuosa que va a castigar mucho”, agrega. Por último, cuestionado sobre la afición, el director del EF no espera “sorpresas”. “La gente del mundo del ciclismo ya sabe cómo es la afición vasca. Aquí se les anima a todos los corredores por su nombre y eso es lo que más llama la atención de la gente que viene de fuera a correr por primera vez. La afición tiene que disfrutar y aprovechar esta oportunidad casi única. Evidentemente también habrá alguna afección por cortes de tráfico que podrán ser molestos, pero hay que quedarse con lo bueno”.

Joseba Elguezabal

“No lo había imaginado ni en mis mejores sueños”

Es, casi con total seguridad, al que el aficionado medio del ciclismo más fácil ubique de entre toda la armada vasca que va tras el pelotón. Su cara es habitual en las retransmisiones, pues es quien mima a Tadej Pogacar, el gran aspirante, junto a Jonas Vingegaard, para llegar de amarillo a París. El hombre que le espera más allá de la línea de meta, siempre con una enorme mochila. Joseba Elguezabal, que conoció el ciclismo más rudimentario de la mano del Caja Rural, es ahora pieza clave de uno de los grandes equipos del ciclismo. “Ni en mis mejores sueños había imaginado que el Tour saliera de casa”. No lo oculta.

“Es una gran alegría”, relata el masajista del UAE. “La gente cercana, la familia, los amigos… van a poder acercarse en los días previos al hotel de concentración para ver cómo trabajamos, estar con los ciclistas… A veces pensamos que igual es mejor que empiece en otro sitio para estar algo más tranquilos, como el año pasado en Dinamarca, pese a que tardamos dos días en ir, pero cuando nos imaginamos las carreteras de casa llenas de gente con el paso del Tour se te quita de la cabeza”.

Su trabajo en los días previos y una vez que empiece la carrera no varía con respecto a otras carreras del calendario o ediciones previas de la ronda francesa, aunque Joseba Elguezabal no oculta que sí nota algo más de “presión”. “El trabajo es el mismo, pero por el hecho de que salga de casa quieres que el trabajo salga todavía mejor si cabe, más idílico de lo que es el propio Tour”. A quien ve algo “más nervioso” es a Josean Fernández Matxin, el basauritarra que es el director del UAE. “Es más nervioso, más fanático, porque también tiene más presión. Que empiece en Bilbao le hace querer no fallar por encima de todo”.

En lo relativo a la afición, el masajista de Gatika no tiene dudas de que la vasca es “si no la mejor, de las mejores del mundo”. “Van a llenar las carreteras y, como siempre, animarán a los ciclistas con mucho respeto. Y no solo tendremos a los nuestros, también a muchos aficionados que vendrán de otros lugares y que serán recibidos con los brazos abiertos”.

Iñaki Aranguren

“Nos merecíamos una salida del Tour”

“Soy de Berriz, como Marino Lejarreta”, responde Iñaki Aranguren, orgulloso de sus orígenes. Chófer del autobús y masajista del Movistar, ultima los preparativos de un nuevo Tour de Francia. “Al empezar en casa estás con otra chispa, con más ilusión”, sostiene. Y no lo duda: “Nos merecíamos una salida del Tour”. Tampoco puede pasar por algo que se ha ganado “un par de días extra de vacaciones” por la cercanía. “El año pasado fue distinto porque tuvimos que ir hasta Copenhague –allí se celebró la Grand Départ de 2022–, pero bueno, el trabajo es el trabajo. Ahora va a ser distinto porque arrancas con más ganas”, agrega.

A la comodidad de empezar la carrera en casa se le une el hecho de no tener que cambiar de hoteles al menos en las dos primeras etapas. “Ya vendrán luego días de mucho ajetreo en ese sentido. Este inicio es algo más cómodo. Podemos ver las etapas con tranquilidad, que encima ya nos conocemos las carreteras, y contamos con Tomás Amezaga (mecánico del Movistar), que también es de aquí y guía a los corredores”.

Sus preocupaciones diarias son distintas a las de los corredores, a quienes hacen avanzar en ocasiones por rampas imposibles. “Desde mi posición me preocupo más por dónde va a pasar el autobús, de dónde están las salidas y las llegadas, si hay algún punto que pudiera ser conflictivo...”. Claro que destaca que la organización del Tour les “facilita” mucho las cosas. “Nos señalizan todo, nos dicen por dónde ir en todo momento… aunque aquí, en estas primeras etapas,nos olvidamos del GPS”.

Aitor Viribay

“Es un hito que la segunda etapa empiece en Gasteiz”

El trabajo que realiza ha cobrado una enorme importancia en el mundo del ciclismo, pero también en otros deportes de élite, en los últimos años. La nutrición es vital en la preparación de los deportistas del máximo nivel y, por supuesto, de cara a la optimización de la recuperación. Bien lo sabe Aitor Viribay, el joven gasteiztarra de 29 años que afronta su cuarto Tour de Francia, el tercero que realizará de manera íntegra. Nutricionista del equipo Ineos, otro de los gallos del pelotón, Viribay se muestra muy orgulloso de que la ronda gala salga de casa. “Es un hito que la segunda etapa empiece en Gasteiz”, sostiene.

Dice estar con “muchísimas ganas” de que arranque la carrera. “Personalmente, estoy con muchas ganas. Por lo general, antes de partir al inicio de una gran vuelta por etapas suele costar, porque se está un mes fuera de casa, pero en esta ocasión está siendo distinto”. Apunta, además, que estar hasta “seis días” en el mismo hotel le facilitará mucho las cosas. “Los traslados son la parte oculta y fea de las grandes vueltas, lo que no se ve. Así que en ese aspecto, tener varios días tranquilos se agradecerá”.

En lo relativo a su trabajo, Aitor Viribay se encargará de que los corredores ingieran las calorías que luego gastarán en carrera. Asegura que se trata de un trabajo “sencillo”, aunque desde fuera no lo parezca en absoluto. “Se trata de que estén bien nutridos y que luego recuperen bien. La recuperación es fundamental y lo que hacemos nosotros es anticiparnos. La recuperación empieza en la bici”.