Con la llegada del otoño, muchos guipuzcoanos vuelven a enfrentarse al problema de cada año: la humedad en casa.
El clima húmedo y lluvioso propio convierte a los hogares en un terreno propicio para la aparición de manchas en paredes, olores desagradables y hasta la proliferación de pequeños insectos asociados a la humedad. Aunque a menudo se tiende a normalizar esta situación, lo cierto es que puede tener consecuencias tanto en la salud de las personas como en la conservación del hogar.
La humedad no solo afecta a la estética de la vivienda, dejando manchas o desconchones en paredes y techos. También puede debilitar la estructura de la casa, deteriorar muebles de madera y estropear ropa guardada durante meses en armarios.
Además, la presencia de moho puede ser perjudicial para la salud, especialmente en personas con problemas respiratorios o alergias.
Hábito simple para prevenir la humedad
Uno de los consejos más útiles y fáciles de aplicar es separar los muebles de las paredes. Con dejar apenas unos centímetros de distancia, se permite la circulación del aire y se evita que en esas zonas ocultas se acumulen humedad y moho.
Muchas veces, las manchas aparecen detrás de armarios o sofás simplemente porque el aire no fluye adecuadamente.
La ventilación, fundamental
La ventilación diaria es otra medida fundamental. Abrir las ventanas al menos diez minutos al día, incluso en días fríos o lluviosos, ayuda a renovar el aire interior y a reducir el exceso de humedad acumulada. Es especialmente recomendable ventilar después de ducharse o cocinar, momentos en los que se genera mayor condensación.
Otro hábito útil es evitar secar la ropa en el interior, ya que esta práctica aumenta notablemente la humedad ambiental.
En caso de no disponer de secadora ni espacio exterior, se puede recurrir a deshumidificadores eléctricos o incluso a soluciones naturales como colocar recipientes con sal gruesa que absorben el exceso de agua del aire.
Finalmente, mantener una temperatura estable en la vivienda también contribuye a reducir la condensación. Los cambios bruscos entre frío y calor interior suelen favorecer la aparición de gotas de agua en ventanas y paredes.
Humedad estructural o humedad circunstancial
Es importante diferenciar entre la humedad que proviene de problemas estructurales —como filtraciones en paredes, defectos en cubiertas o problemas de aislamiento— y la humedad circunstancial, que se debe principalmente a la falta de ventilación o a los hábitos de uso del hogar.
En el primer caso, siempre es recomendable acudir a un profesional que pueda identificar y resolver la causa de raíz. Ignorar estos problemas puede suponer reparaciones más complicadas en el futuro. En el segundo caso, la mayoría de situaciones pueden prevenirse con prácticas sencillas y efectivas.
Problema evitable
La humedad en casa es un problema común en otoño en Gipuzkoa, pero no inevitable. Adoptar hábitos sencillos como ventilar a diario, separar los muebles de las paredes o evitar secar ropa dentro del hogar puede marcar una gran diferencia. Y si el origen de la humedad es estructural, lo mejor siempre será acudir a un experto. De este modo, no solo se protege la vivienda, sino también la salud y el bienestar de quienes la habitan.