La limpieza de los cristales es uno de los mayores quebraderos de cabeza de muchas personas.
Las ventanas tras las lluvias, la mampara de la ducha cada vez que nos bañamos o el cristal del baño en el día a día son alguno de los cristales que más atención requieren, y mantenerlos limpios supone un esfuerzo prácticamente diario.
Mucha gente opta por el método tradicional para limpiarlos, con un trapo y un producto de limpieza de cristales. Sin embargo, cada vez son más los que se animan a limpiar estas zonas de la casa con una escobilla de cristales.
Una de las más eficaces y baratas del mercado es la escobilla limpiacristales LILLNAGGEN de Ikea, que tiene un precio de 2,49 euros.
Este accesorio es perfecto para quitar el agua de las paredes y limpiar las ventanas o la mampara de la ducha.
Es ideal para limpiar de forma sencilla y rápida. Tan solo hay que mojar el cristal (también se puede añadir algo de jabón si es cristal está muy sucio, especialmente en las ventanas) y pasar la escobilla.

Importante para la salud y el bienestar
Tener los cristales de casa limpios es un aspecto fundamental para mantener no solo la estética del hogar, sino también la salud y el bienestar de quienes viven en él.
Los cristales de ventanas, puertas o cualquier superficie de vidrio, tienden a acumular polvo, suciedad y manchas con el paso del tiempo, afectando la luminosidad y el ambiente en general.
Unos cristales limpios permiten que la luz natural entre sin obstáculos, lo que mejora notablemente la iluminación en el interior de la casa.
La luz natural es vital para el bienestar físico y emocional, ya que ayuda a regular los ritmos circadianos, mejora el estado de ánimo y crea un ambiente más cálido y acogedor.
Unas ventanas sucias, por el contrario, reducen la entrada de luz, generando un entorno más oscuro y deprimente.
Estética y mantenimiento del hogar
Desde una perspectiva estética, los cristales limpios aportan una sensación de orden y limpieza a toda la vivienda.
No importa cómo esté un hogar, si los cristales están sucios, transmiten una imagen descuidada. Mantenerlos limpios también prolonga su vida útil, ya que el polvo y la suciedad acumulada pueden dañar las superficies con el tiempo, provocando arañazos o manchas permanentes que afectan la transparencia del vidrio.
Salud y calidad del aire
La limpieza de los cristales también contribuye a la salud del hogar.
El polvo y los alérgenos que se acumulan en las superficies de vidrio pueden afectar la calidad del aire y causar problemas respiratorios, especialmente en personas alérgicas o con sensibilidad al polvo.
Al limpiar regularmente las ventanas, se elimina este tipo de suciedad, mejorando así la calidad del aire y el ambiente del hogar.
En resumen, unos cristales limpios son esenciales para disfrutar de una casa más luminosa, estética y saludable.