Llega el otoño y con él la necesidad de ir preparando las casas para el frío. Este año, con los precios de la luz y el gas por las nubes, vamos a tener que abrigarnos más y será imprescindible buscar alternativas para reducir en la medida de lo posible el gasto en calefacción

En este contexto, la ropa de cama va a adquirir una vital importancia. Elegir las prendas más adecuadas que te mantengan caliente por la noche, te permitirá bajar la temperatura del termostato varios grados durante unas horas. 

En esta búsqueda del confort y la temperatura ideal en la cama, los edredones nórdicos son ya la opción favorita en muchos hogares. Se trata de fundas rellenas de distintos materiales que aportan calor; son muy ligeras y sustituyen a las pesadas mantas de lana o de algodón, ya en desuso. 

Si estás pensando en hacerte con un edredón nórdico, en primer lugar debes saber que hay tres tipos de relleno: plumón, pluma y fibra. Decidirte por uno u otro de ellos dependerá de distintos factores que van desde la temperatura en tu hogar o el tamaño de la cama, hasta lo friolero que seas o el dinero que te quieras gastar.

A continuación te mostramos las ventajas y los inconvenientes de cada uno de estos tipos de relleno.

Una niña se cubre con un edredón nórdico. Freepik

Edredón nórdico de plumón

El plumón es la pluma con forma tridimensional procedente del pecho y del cuello del pato o del ganso. Es más fino, aislante y voluminoso que la pluma y, aunque por su ligereza parezca que no abriga, es el que más calor proporciona

Gracias a su diseño ergonómico y liviano, este tipo de edredones son fáciles de transportar y de manejar. El plumón se distribuye con facilidad por toda la cama. Tienen una gran capacidad para absorber la humedad del ambiente, por lo que se recomienda dormir con poca ropa.

Algunos edredones tienen mezcla de plumón con pluma o de plumón con algún material sintético. Cuanto más porcentaje de plumón tenga, más abrigado será y también más caro. Son los de mayor calidad, los más cálidos y confortables y, por lo tanto, los que más dinero cuestan.

Están especialmente indicados para viviendas sin calefacción o muy frías. Son muy delicados y, para evitar dañarlos y que duren muchos años, deben lavarse siempre en centros de limpieza especializados. Necesitan un proceso de secado muy específico. 

El plumón es el relleno de mayor calidad. Freepik

Edredón nórdico de plumas

Estas plumas también proceden del pato o del ganso, pero son planas y proceden de partes de estos animales que no son ni el pecho ni el cuello. Mantienen la temperatura corporal y aíslan del frío menos que el plumón pero más que los rellenos sintéticos. Son menos cálidos y ligeros que los de plumón, sobre todo si se mezclan con algún tipo de fibra. 

Con el paso del tiempo, las plumas pierden calidad y, por lo tanto, el nivel de calor disminuye. Son delicados y deben lavarse en seco. Se trata de una opción más barata que el plumón, pero que ofrece buenos resultados.

La pluma ofrece un calor medio. Freepik

Edredón nórdico de fibra

No producen calor, solo toman el calor corporal y lo encapsulan, lo que proporciona una temperatura agradable en la cama. Son los más pesados y los que menos calor proporcionan. Son menos delicados y más cómodos de mantener y de lavar: puedes hacerlo en la lavadora o en la bañera.

Es la opción más barata de todas y este tipo de edredón está recomendado para personas no muy frioleras y para casas con una temperatura confortable durante la noche. Es posible modificar su gramaje (grosor) según la época del año. Además, es el relleno más adecuado si sufres algún tipo de alergia.

El relleno de fibra textil es el más sencillo y barato. Freepik

Ahora que sabes un poco más de rellenos nórdicos, eres tú quien debes valorar cuál es el que más te conviene en función de tus necesidades. De cualquier forma, sea de mayor o de menor calidad, un edredón nórdico siempre es una buena opción y una garantía de calor y de confort en la cama.