Todos queremos que nuestro hogar sea un espacio acogedor y que transmita energías positivas, aunque no siempre confiamos en técnicas como las del feng shui. Traducido como "viento y agua", esta disciplina nacida en China hace unos 3.500 años estudia la relación que se establece entre las personas y el ambiente físico que nos rodea, ayudando a mejorar nuestra armonía con el espacio.

Para lograr este propósito, este arte reúne algunos aspectos básicos como mantener las estancias ordenadas y libres de objetos innecesarios, asegurar una buena iluminación y conseguir que los espacios estén bien ventilados y limpios. Pero, aun así, aquí van algunos consejos para aplicarlos a las distintas habitaciones de nuestro hogar.

Dormitorio

1- Posición de la cama. Debemos evitar que nuestra cama se encuentre frente a la puerta e intentar colocar la cabecera lo más alejada posible de la puerta. Lo mejor es situarla contra la pared, dar prioridad a las camas de madera frente a las de metal y no infravalorar la influencia positiva que las cabeceras tienen.

2- Color y estampados. Es preferible usar colores lisos y relajantes y reducir los estampados y colores estridentes.

3- Mobiliario. El resto del muebles deberíamos complementarlos con elementos que tengan líneas curvas o bordes redondos. También es recomendable reducir al máximo los aparatos electrónicos como móviles o televisiones y evitar cualquier tipo de objeto pesado sobre la cama, como vigas en el techo.

4- Plantas y elementos acuáticos. En los dormitorios es preferible evitar este tipo de decoración ya que producen un exceso de energía.

5- Espejos. No son muy recomendables en los dormitorios pero, sobre todo, tenemos que evitar colocarlos frente a nuestra cama.

6- Simetría. Tener en cuenta la simetría de la habitación ayuda a favorecer las energías positivas. Un ejemplo es colocando una mesita de noche y lámparas a cada lado de la cama.

Un dormitorio cumpliendo con normas del 'feng shui' como la de la simetría. Pixabay

Salón

1- Espacio suficiente entre el mobiliario. Esto favorecerá nuestra comodidad y evitará la saturación del ambiente. En caso de que nuestro salón sea pequeño, deberemos priorizar y prescindir de aquellos objetos que no sean necesarios.

2- Ventanas. Es preferible que puertas y ventanas no se encuentren enfrentadas las unas con las otra pero, si no hay otra opción, podremos colocar una alfombra entre ambas para retener la energía.

3- Televisión. Todo salón necesita un punto central pero es importante evitar que este sea una televisión y, por el contrario, es preferible que lo sea, por ejemplo, una mesa.

4- Mesas. Es recomendable que sean redondas ya que ayudan a que la energía fluya y, al contrario que las rectangulares, evitan las jerarquías. Además, es preferible que no sean de mármol, cristal o colores oscuros, mientras que sí son favorables materiales como la madera.

5- Colores. Al ser un lugar destinado a la comunicación, algunos de los colores que más favorecen a un diálogo relajado son los azules claros, los blancos cálidos o los rosas suaves.

6- Ubicación. La mejor localización para esta estancia es cercana a la puerta de la cocina. Además, también tendremos que evitar que el sofá esté de espaldas a la puerta de entrada, siendo la mejor colocación apoyados contra la pared y nunca enfrentados entre sí.

Un salón con una mesa redonda. Pixabay

Cocina

1- Elementos opuestos: agua y fuego. Respectivamente se refieren al Yin y al Yang y es importante tenerlos en cuenta a la hora de distribuir los electrodomésticos por nuestra cocina. Así, el horno, el microondas y los fogones o vitrocerámica deben estar a un lado de la cocina, mientras que la nevera, el fregadero y el lavavajillas en el otro.

2- Basura. Para favorecer las energías positivas y evitar que circulen por nuestra casa las negativas, también ayuda no olvidar mantener cerrada la tapa de la basura.

3- Ubicación. Lo mejor es que no situemos esta habitación justo frente a la puerta del baño o a la entrada de la casa.

4- Colores. Se recomienda usar colores como el amarillo ya que, al ser un color solar, aporta vigor y energía. Además, podemos combinar el acero y el aluminio de los electrodomésticos con materiales naturales como la madera.

Una cocina con los elementos de agua y fuego separados. Pixabay

Baño

1- Ubicación. Debemos evitar situarlo frente a la puerta de entrada a la casa, cerca del comedor, de la cocina o de escaleras.

2- Desagües. Para reducir su energía negativa, es recomendable que coloquemos el inodoro detrás de la puerta o en un lugar donde este no sea muy visible. También se aconseja cerrar siempre la tapa del inodoro y la puerta del baño.

3- Mobiliario. Si las esquinas de los muebles son redondas, mejor. Además, evita situar un espejo con lavabo frente a la puerta de entrada, pero sí puedes colocar plantas u otros elementos decorativos como cuadros o fotos, aunque sin olvidar mantener un orden.

4- Colores. Si preferimos usar colores fríos como los azules o los verdes, ya que son relajantes y refrescantes, es recomendable que lo compensemos con objetos con tonalidades más vivas para que el ambiente no se vuelva triste.

5- Tierra. Para compensar la abundancia de agua que nos encontramos en el baño, podemos emplear en la decoración detalles de madera o piedra, asociados al elemento de la tierra y que se contraponen al agua.

Baño con paredes de baldosas azules. Pixabay