Una víctima ha acusado este lunes a su exnovio de haberla agredido "cinco o seis veces", así como de maltratarla, insultarla y amenazarla durante la relación sentimental que mantuvieron de forma intermitente entre 2015 y 2019, que ha descrito como "una jaula, una tela de araña de la que no podía salir".

La Fiscalía de Gipuzkoa reclama para el acusado penas que suman 21 años y medio de cárcel por un delito continuado de violación; un delito de maltrato habitual en el ámbito de la violencia de género; un delito continuado de coacciones; un delito continuado de amenazas; un delito de hostigamiento, un delito de vejaciones injustas y un delito leve continuado de injurias.

Según la versión del Ministerio Público, los hechos habrían tenido lugar en distintos lugares y momentos de la relación, aunque varios de ellos habrían sucedido en el domicilio de Eibar en el que convivía la pareja.

Carácter violento

En la primera jornada de esta vista, celebrada en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa, la víctima ha descrito al acusado como un hombre de carácter agresivo que la hacía vivir en tensión porque no sabía en qué momento podía "perder los papeles" si se le llevaba la contraria.

La afectada ha relatado como poco a poco, con esta conducta, el varón la fue "apartando de la gente", por lo que ella intentó poner fin a la relación muchas veces sin que él le dejara ya que seguía acosándola incluso después de haber roto definitivamente.

"Control constante"

La chica ha explicado que el hombre le realizaba llamadas y le enviaba menajes sin cesar, en un comportamiento que ha descrito como de "control constante", y ha desvelado que también entraba en su perfil de una red social, donde se hizo pasar por ella para hacer alguna publicación y bloquear a algunos de sus amigos.

En este contexto, ha asegurado que también le forzó a tener relaciones sexuales "en cinco o seis" oportunidades, sin que ella pudiera evitarlo porque él se le ponía encima y tan sólo desistió de hacerlo en una oportunidad en la que la perjudicada se puso a llorar "a chorros".

Agresiones

Ha explicado asimismo que, durante las discusiones que frecuentemente mantenían, él la agarraba de los brazos y le empujaba, haciéndole unos moratones que ella no mostraba a nadie y que se tapaba para que la gente no los viera.

Ha recordado también que en dos oportunidades le cubrió la cara con una almohada sin que pudiera respirar y que en otras ocasiones le dirigía expresiones vejatorias e insultantes, e incluso le llegó a amenazar de muerte.

La chica ha recordado además un momento en el que, durante una persecución en coche, el encausado golpeó con su automóvil el vehículo de ella por detrás cuando se vio obligada a frenar bruscamente al encontrarse un semáforo en ámbar y a un niño pasando la calle.

Relación tóxica

Por su parte, el acusado ha negado haber golpeado a la chica o haberla agredido sexualmente, aunque sí ha admitido haberla insultado en el marco de una relación tóxica, en la que ambos lo hacían de forma recíproca a modo de "toma y daca".

Además, ha rechazado haber mirado el móvil de la víctima, así como haber entrado en su perfil de una red social para hacer publicaciones, entrometerse en sus conversaciones o bloquear a otras personas.

Está previsto que el juicio concluya este martes con la práctica de nuevas pruebas y las conclusiones definitivas y los informes de las partes.