El padre de una niña alumna del monitor de surf juzgado por abusos a 11 chavales ha afirmado que "nunca" vio "nada raro" en las clases de su hija y que el acusado "se preocupaba porque sus alumnos estuvieran contentos".
En la sexta jornada del juicio que por estos hechos se desarrolla en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa han comparecido varios testigos a puerta cerrada, los dos ertzainas que trasladaron al acusado cuando fue detenido y el padre de una niña que fue alumna del monitor de surf desde que tenía ocho años, en 2026, hasta que fue detenido en 2021.
"En shock"
Este hombre ha relatado que cuando se enteró del arresto se quedó "en shock" y "no daba crédito". "Nos enteramos por mi hija y le llevamos a un psicólogo a ver si había pasado algo", ha señalado el testigo que ha afirmado que, en esos momento, "no daba crédito" y sólo tenía en la cabeza a su hija y la posibilidad de que hubiera sido víctima.
"La psicóloga nos dijo que no había pasado nada y nos quedamos tranquilos", ha explicado, para añadir que escribieron a la Ertzaintza, que les había dicho que "cuantas más denuncias hubiera mejor", para comunicárselo y les preguntaron si conocían a otros padres de posibles afectados.
Respecto al acusado ha señalado que "se preocupaba mucho" y, por ejemplo, les avisaba por mensajes al móvil cuando "había olas grandes", porque a su hija "le daba miedo las olas muy altas". Este padre ha relatado que él mismo llevaba a veces a su hija a los cursos mixtos de surf en la playa de Hendaia y solía quedarse durante la clase a sacar vídeos o fotos e incluso también se metía en el agua porque surfea.
Nunca vieron nada extraño
"Nunca he visto nada raro", ha aseverado. Asimismo, ha indicado que también vió a los chavales cambiarse junto a la furgoneta del procesado y a éste mismo, "con los ponchos". Según ha relatado el monitor recogía a cada chaval en distintos puntos de Hondarribia cerca de sus respectivas casas para llevarles al cursillo y luego les traía de vuelta a los mismos sitios.
"Siempre fue muy cordial y muy preocupado por los niños", porque estuvieran contentos", ha aseverado este hombre que ha señalado también que el acusado solía mandarle mensajes a su hija, que iba "muy contenta" a las clases, pese a ser algo "perezosa" para el deporte, con fotos surfeando en lugares como Bali o "dándole ánimos" en el confinamiento. "Les inculcaba el deporte y el surf y eso me gustaba", ha incidido.
Campamento de surf
Por otro lado, ha señalado que su hija también estuvo en dos campamentos de surf (surf camps), en julio de 2020 y 2021 e incluso fueron los hijos de dos amigos suyos a los que el monitor "les hizo hueco". Al respecto, ha confesado que cuando se conocieron los presuntos abusos se preocupó y habló con ellos pero le trasladaron que "no había pasado nada" con ellos y "ahí quedó todo".
Sobre esos campamentos también ha indicado que la directriz era que los chavales no llevaran los móviles pero, por ejemplo, en el caso de su hija como "le costaba salir de casa", lo hablaron con el acusado y él les dijo que podía llevarlo y hablaban "todos los días" con ella.
Además, ha apuntado que antes de que su hija tuviera móvil les llamaba del móvil del monitor. La vista continuará este martes con la declaración de los peritos y se prevé que el acusado declare el miércoles o el jueves.