Un hombre aquejado de una enfermedad mental ha sido condenado este martes a dos años de prisión por violar a una mujer aquejada igualmente de una patología de este mismo tipo, mientras ambos se encontraban ingresados en el área de psiquiatría de un centro hospitalario de Gipuzkoa.

Inicialmente, la Fiscalía solicitaba nueve años de prisión para el encausado aunque durante el juicio por estos hechos, celebrado a puerta cerrada en la Audiencia de Gipuzkoa, el varón ha reconocido lo sucedido y el Ministerio Público ha accedido a aplicarle la atenuante cualificada de trastorno mental por lo que ha rebajado su petición de condena hasta los dos años, con los que el inculpado se ha mostrado conforme.

En tratamiento

No obstante, el varón no entrará en prisión ya que, según han informado a EFE fuentes del caso, la condena le ha sido suspendida con la condición de que no vuelva a delinquir en los tres próximos años y de que prosiga con el tratamientos psiquiátrico que ya está siguiendo.

Según recoge el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, los hechos se produjeron pasadas las 18.00 horas del 19 de noviembre de 2022, cuando el inculpado condujo a su víctima a una habitación del citado centro, donde la sometió a distintos tocamientos y luego la violó.

El texto de la Fiscalía constata que la víctima tenía diagnosticada una dolencia que "implicaba que carecía de toda capacidad para actuar libre y conscientemente" por lo que era "inerme ante cualquier requerimiento sexual".

Consumo de tóxicos

El documento constata también que el procesado padecía en el momento de los hechos un trastorno psicótico "injertado sobre unos rasgos desadaptativos de personalidad", favorecido además por "el consumo de múltiples tóxicos" que hacía que tuviera "limitadas" sus capacidades intelectivas y volitivas.

Esta es la segunda pena impuesta a este procesado por la Audiencia de Gipuzkoa en los últimos meses, después de que el pasado mes de junio le condenara a otros dos años de cárcel por intentar llevarse en mayo de 2023 a una niña de 3 años de una calle de Irun donde jugaba con "otros niños de corta edad".

No obstante, el individuo no logró su objetivo al ser "inmediatamente recriminado" por los padres de la pequeña y por otras personas que se encontraban en el lugar.