El apuñalamiento de la joven Aintzane Pujana, cuyo cadáver fue descubierto el 4 enero de 2021 en una zona de matorrales cerca del río Urola a su paso por Aizarnazabal, llega a juicio este jueves en el será el primer crimen cometido en Gipuzkoa por el que la Fiscalía pedirá prisión permanente revisable para los acusados.
Las defensas de ambos, un hombre de 24 años y una mujer de 23 cuando sucedieron los hechos, solicitan la libre absolución de sus clientes, sin que se haya personado en la causa ninguna acusación particular ni acción popular en su contra.
Tribunal
Los inculpados serán juzgados por un tribunal del jurado cuyos miembros, nueve titulares y dos suplentes, serán elegidos mañana jueves en la primera sesión de una vista que se prolongará hasta el próximo 21 de octubre, fecha en la que la magistrada presidente del tribunal les hará entrega del objeto del veredicto.
A partir de ese momento, los jurados se retirarán a deliberar hasta alcanzar una decisión sobre la eventual culpabilidad o inocencia, si bien no les corresponderá a ellos pronunciarse sobre la petición de prisión permanente revisable que solicita la Fiscalía, según han aclarado a EFE fuentes del caso.
Declaraciones de los acusados
Las sesiones de la vista oral propiamente dichas arrancarán este viernes con las declaraciones de los dos procesados y de cinco testigos, y se reanudarán a partir del lunes siguiente en la Audiencia de Gipuzkoa por cuya sala de vistas principal desfilarán cerca de un centenar de personas (la mayoría agentes de la Ertzaintza) entre testigos, peritos y forenses.
Los dos acusados fueron detenidos el 12 de enero, días después del crimen, tras una minuciosa investigación de la Ertzaintza cuyas pesquisas permitieron reconstruir con gran detalle el incidente.
En su escrito de acusación provisional, al que ha tenido acceso EFE, el Ministerio Público les atribuye a ambos un delito de asesinato agravado, otro de detención ilegal y un tercero de mantener en la prostitución a una persona con uso de intimidación.
Prostitución
Según recoge el documento de la Fiscalía, la víctima ejercía la prostitución y era presuntamente "explotada" en "calidad de proxeneta" por el acusado varón.
Por el primero de estos ilícitos la Fiscalía reclama la pena de prisión permanente revisable, mientras que por los otros dos pide penas que suman ocho años y medio de cárcel, además de una multa de 5.400 euros para cada uno de los inculpados.
Los hechos sucedieron el 1 de enero de 2021, cuando ambos se encontraban junto a su víctima en el domicilio que los tres compartían en un agroturismo de Aizarnazabal y, poco antes de las 23.00 horas, recibieron una "solicitud" que requería "los servicios" de la víctima y que la chica "se negó a cumplir".
"Para vencer su resistencia -añade el documento-, el acusado arrebató" su perro a la perjudicada y se lo llevó al interior de un coche, haciéndole ver "tácitamente" que podría causar algún daño al animal o llevárselo del lugar.
Rechazó prostituirse
Esta acción "surtió el resultado esperado" en la víctima que se subió al vehículo para dirigirse al lugar donde se encontraba el cliente, si bien al llegar al destino la mujer volvió a rechazar prostituirse, ante lo que el encausado le quitó los dos teléfonos móviles que portaba y la dejó "encerrada" en el coche en compañía de la otra procesada.
El texto de la Fiscalía señala que finalmente, "en represalia" por las negativas de la víctima, el varón condujo hasta una pista forestal, donde sacó del vehículo "por la fuerza" a la damnificada y pidió a la otra mujer que "la golpease en la cara", acción a consecuencia de la que la víctima sufrió la rotura de la nariz e inflamación en ambos ojos, además de algunas heridas en los brazos, resultado de sus "intentos de defenderse".
Posteriormente, el inculpado volvió a introducir a la agredida en el automóvil y todos ellos regresaron al agroturismo donde, para evitar que la chica los denunciara, la acusada cogió unas bridas y presuntamente le colocó una de ellas en el cuello.
El varón supuestamente tiró luego de ella, presionó en el cuello con los dos pulgares a la víctima y le cubrió la cabeza con una toalla, además de atarle las manos con otras bridas entre ambos.
"Como quiera que los acusados fueron incapaces de comprobar si habían conseguido su objetivo de matarla", prosigue el documento, presuntamente le asestaron varias puñaladas en el cuerpo con un cuchillo de casi trece centímetros de hoja, sin que la agredida "pudiera defenderse".