El hombre detenido por la Guardia Civil en el marco de la operación Pecueco como el productor directo del speed era una suerte de Walter White a la donostiarra, con una doble vida. Como el protagonista de la serie Breaking Bad, que era profesor de Química en un instituto y elaboraba “meta azul” fuera del horario lectivo, el cocinero vasco –palabra usada en el argot policial para denominar a la persona que produce la sustancia estupefaciente– cuenta con un negocio de compraventa de coches, que los investigadores sospechan que usaba para blanquear el dinero procedente del tráfico de drogas.

Natural y vecino de Donostia, el líder de la organización desmantelada tiene familia e hijos, pero “en su tiempo libre se dedicaba a cocinar speed, afirman desde la Guardia Civil de Navarra, cuyos investigadores también han comprobado el alto nivel de vida que llevaba, ya que contaba con vehículos de alta gama para desplazarse. En su domicilio se localizaron numerosos fardos de billetes, unos 160.000 euros escondidos bajo el colchón de una cama.

Por la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil, carece de formación académica en Química, por lo que los conocimientos adquiridos para producir el speed los habría obtenido "probablemente en Internet o mediante el boca a boca hablando con gente del mundillo”, señalan las mismas fuentes.

El cocinero, que ya se encuentra en prisión, contaba con su propio pinche, la persona que le auxiliaba en la producción del speed, según la jerga policial. En este caso se trata de un varón de origen sudamericano que mantenía las apariencias de una vida normal trabajando como repartidor en una empresa de paquetería.

Unas oficinas de Donostia, el mayor laboratorio de 'speed' de Europa

Unos locales de Donostia, el mayor laboratorio de 'speed' de Europa Guardia Civil

800 gramos de droga a la basura

La red desmantelada mantenía una alta exigencia en el producto que distribuía y se resistía a poner en circulación droga de baja calidad. De hecho, en el curso de las investigaciones los agentes de la Guardia Civil que vigilaban los movimientos de los dos sospechosos, y que veían cómo se deshacían de bidones y otros recipientes que contenían las sustancias químicas empleada para la producción de la metanfetamina, les vieron arrojar una bolsa a un contenedor de basura.

Al recogerla, los agentes del Instituto Armado comprobaron que en su interior había una sustancia con apariencia de speed que fue trasladada a un laboratorio para su análisis, con un peso de 800 gramos. Las pruebas efectuadas confirmaron las sospechas de los agentes. “Seguramente se trataba de droga defectuosa, de baja pureza, que los detenidos descartaron y decidieron desechar. Da una muestra del alto nivel de exigencia con el que trabajaba esta gente, porque realmente estaban tirando dinero a la basura”, concluyen desde la Guardia Civil.