Una banda compuesta por seis ciudadanos marroquíes será juzgada a lo largo de la próxima semana en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa acusada de traficar con cocaína y cannabis en dos bares de Zizurkil y Andoain.

Una operación desarrollada por el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) permitió el arresto de los acusados que, según la Fiscalía, presuntamente constituían "un grupo criminal dedicado al tráfico de sustancias estupefacientes" que al parecer utilizaban como puntos de venta los citados establecimientos hosteleros, regentados por dos "lugartenientes" de esta organización perfectamente "estructurada" y jerarquizada.

Por encima de ambos, se encontraba el considerado líder de la banda, quien se encargaría de "gestionar y dirigir" los dos bares así como al resto de integrantes del grupo, a quienes supuestamente "impartía las órdenes oportunas fundamentalmente por vía telefónica". Los tres supuestos miembros restantes, desempeñarían "funciones de venta" de la droga en los dos bares, si bien uno de ellos también actuaría como "captador de potenciales clientes".

Según recoge el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso EFE, agentes del CNP establecieron sendos dispositivos de vigilancia en torno a los dos establecimientos citados para intentar "identificar a los vendedores de las sustancias estupefacientes". Durante los operativos identificaron a "numerosos" compradores a los que les intervinieron las sustancias "adquiridas en el interior" de los bares.

Estas actuaciones también permitieron "constatar" el "vínculo" existente entre ambos locales que intercambiaban "diversas mercancías" y entre los que se movían distintas personas.

Asimismo, las intervenciones telefónicas autorizadas por el juzgado revelaron "la interrelación y comunicación" que había "entre todos los acusados" para la "distribución de sustancias estupefacientes", así como "innumerables contactos telefónicos con los compradores" de la droga.

Cinco de los procesados residían en viviendas anexas a los locales en los que presuntamente traficaban con estupefacientes, mientras que el presunto líder de la banda lo hacía en un piso diferente, ubicado en Andoain.

En los registros de estas viviendas practicados en el curso de la citada operación policial, los agentes se incautaron de diferentes teléfonos móviles y balanzas de precisión, así como de un total 215,71 gramos de cocaína y de 2,151 kilos de resina de cannabis, valorados en su conjunto en 32.662 euros. Asimismo, intervinieron un total de 7.917 euros en metálico supuestamente "procedentes del beneficio obtenido de la actividad ilícita del tráfico de drogas".

Durante la entrada realizada en la vivienda del líder de la banda, los policías también ocuparon una pistola "recamarada" para disparar cartuchos con todos los troquelados borrados.

La Fiscalía de Gipuzkoa reclama para este procesado penas que suman once años y medio de cárcel, así como una multa de 65.324 euros como autor de un delito contra la salud pública, otro de pertenencia a un grupo criminal y un tercero de tenencia ilícita de armas.

Para cada uno de los otros cinco procesados, a los que sólo responsabiliza de los dos primeros delitos, solicita nueve años y medio de prisión y multas de 65.324 euros.