Una gota más para ahondar en la preocupación política y en la alarma social. A plena luz del día, al mediodía, un joven era este martes atacado con una navaja en Bilbao, en la zona de Mina del Morro. Los hechos ocurrían cuando, por causas que se desconocen, se produjo una discusión entre dos personas y en el transcurso del enfrentamiento, un joven fue agredido con arma blanca. Su estado de salud no corre peligro ya que fue dado de alta a las pocas horas de registrarse este suceso, uno más en el que las navajas, los punzones y los cuchillos están presentes.

Es solo una de las varias intervenciones de la Guardia Urbana este fin de semana con objetos punzantes de por medio. Los datos facilitados por la Policía Municipal de Bilbao confirman que la tenencia de este tipo de objetos en la calle no se frena a pesar de los controles policiales, la tensión ciudadana y el celo en el control de acceso a los locales de ocio nocturno. Esta vez, la Policía Municipal se ha incautado de un par de navajas y de dos cuchillos de cocina durante los correspondientes cacheos organizados en distintos puntos del callejero de la villa.

Estos hechos se producen en un momento delicado después de los graves sucesos acaecidos en Donostia (Lukas Agirre murió tras ser apuñalado en la madrugada del Día de Navidad) y en Gasteiz (cuatro personas heridas a punta de navaja) en zonas ligadas al ocio nocturno. El sector ya se plantea abiertamente la adquisición de detectores de metales, como explicaban desde las discotecas MoMa y Fever, donde ya los usan desde hace tiempo con buenos resultados. Eso sí, exigen seguridad jurídica para poder emplearlos en los controles de acceso a estos locales. Así lo indicaba el presidente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, Héctor Sánchez, quien insistía en que las empresas exigen una cobertura legal porque “no está claro” que este tipo de registros puedan ser realizados por los vigilantes de seguridad privada, que no son agentes de la autoridad.

“Las empresas necesitarían una seguridad jurídica en ese sentido”, explicó. En este sentido, indicó que ha habido locales que han tenido este tipo de detectores y que “han sido agentes de Policía quienes les han transmitido que es ilegal”. “Que aclaren –emplazó– si es legal o no y hasta dónde” está capacitado para actuar, por ejemplo, un portero de discoteca en relación a la ocupación de un arma blanca”, apuntaba.

Precisamente sobre este asunto se pronunció ayer martes el Gobierno vasco, que de momento está analizando “seriamente” cuáles son las posibilidades de que este tipo de aparatos puedan ser empleados efectivamente en los accesos a los locales de ocio nocturno. “Hay que hacer un análisis para conocer cuál es el marco legal, las competencias de cada institución y si cabe la posibilidad de que sea el Gobierno vasco el que tome esa decisión”, resumió el portavoz, Bingen Zupiria.

Tal y como añadió, la seguridad es una “exigencia” que debe ser asumida por los poderes públicos –en este caso a través de la Ertzaintza y las Policías Municipales– pero también los responsables de los locales privados, que cuentan con profesionales dedicados a garantizarla, tiene su parte de responsabilidad. “Es un tema que incumbe a poderes públicos y privados”, zanjó al tiempo que se preguntaba “¿por qué se sale a la calle con un arma blanca?”.