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¿Vivir sin cajero automático? Varios pueblos de GIpuzkoa están a punto de estrenarlo

El Gobierno Vasco licita la instalación de terminales en Hernialde, Abaltzisketa, Albiztur, Ezkio-Itsaso y Leaburu, lo que evitará que sus vecinos se desplacen a pueblos limítrofes para sacar dinero

¿Vivir sin cajero automático? Varios pueblos de GIpuzkoa están a punto de estrenarloFreepik

En Hernialde y Abaltzisketa, dos pequeños municipios de la comarca de Tolosaldea, nunca ha habido un cajero automático. Los vecinos están acostumbrados a bajar a los pueblos cercanos como Zaldibia, Amezketa o Tolosa cuando necesitan efectivo, o aprovechan otros viajes para ello. Ahora, por primera vez, sienten que algo está a punto de cambiar.

El Gobierno Vasco aprobó recientemente una licitación para instalar cajeros en municipios que carecen de este servicio básico en Gipuzkoa, Bizkaia y Araba. La convocatoria, abierta hasta el 4 de noviembre, incluye a cinco localidades guipuzcoanas entre las 38 seleccionadas. Abaltzisketa (319 habitantes), Hernialde (318), Albiztur(324), Ezkio-Itsaso (588) y Leaburu(389).

Los alcaldes de Abaltzisketa, Jon Zubizarreta, y de Hernialde, Luis Arana, recibieron la noticia con una mezcla de ilusión y sorpresa. “Nos sentimos liberados, aunque estábamos acostumbrados a vivir sin un cajero cerca de nuestras casas”, coinciden, aunque reconocen que todo está rodeado de cierta incertidumbre.

“Hasta ahora tenemos que bajar a Zaldibia (situada a 8 kilómetros)”, explica Zubizarreta. “Hace tiempo que sí estuvimos pidiendo ese servicio, pero por lo visto no era viable. Y en otros pueblos pequeños donde sí había cajeros, los estaban quitando. Nos quedamos con las ganas, la verdad”. Arana, por su parte, explica que “en Hernialde, igual que en Abaltzisketa, nunca ha habido un cajero, y los vecinos, la verdad, tampoco lo solicitaban muy a menudo”.

Luis Arana alcalde de Hernialde.

Acostumbrados

La vida sin cajero no es diferente en ambas localidades. Todos están acostumbrados. En Abaltzisketa, sin embargo, sacar dinero exige una planificación. “Sabemos que si tenemos que sacar dinero, hay que aprovechar los viajes cuando bajamos a Tolosa, Ordizia o Zaldibia”, cuenta el alcalde, mientras asegura que “sacar cantidades más grandes y tener el dinero en casa, no es lo más seguro”. “Pero una vez que nos lo instalen, si es que nos lo instalan, pues bienvenido sea”, apunta.

La falta de un cajero no solo complica las compras cotidianas, también obliga a muchos vecinos a tener más efectivo en casa. “Para uno de ciudad igual no es normal, pero para nosotros, sí”, explica Arana. “Si alguien va a tomar algo a un bar del pueblo y no funciona el datáfono, tienes que tener dinero sí o sí”.

A diferencia del alcalde de Hernialde, Zubizarreta confiesa que se ha enterado “por la prensa” de que su municipio figura entre los seleccionados para la instalación de un cajero automático, y que todavía nadie se ha puesto en contacto con él. Igual que el alcalde, hay vecinos que han leído información sobre el nuevo servicio con el que contarán y, entre risas, admite que “he llegado a decir a algún amigo oye, si ves a alguien instalando el cajero, avísame, porque todavía no sé nada”.

La licitación del Gobierno Vasco establece tres condiciones para elegir los municipios. Que tenga más de 300 habitantes, que no haya un cajero a menos de ocho kilómetros y que reciba al menos 100.000 turistas anuales. Zubizarreta ve con cierta perplejidad esos criterios: “Nosotros recibimos muchas visitas, y superamos la cifra exigida, pero al final parece que lo quieren instalar para mejorar los servicios de los turistas y no de los locales”. Pese a todo, el alcalde no se queja. “Desde el punto de vista del banco lo entiendo, algo de rentabilidad querrán sacar”.

Mientras tanto, en Hernialde, su alcalde, Luis Arana, comparte la sensación de alivio: “No es un privilegio contar con un cajero automático, sino un servicio”. “Aquí la gente está acostumbrada a organizarse, pero al final, poder sacar dinero en tu propio pueblo es una pequeña gran libertad”.

En ambos municipios, la espera se vive con expectación y un cierto escepticismo. Los vecinos aún no saben dónde se colocará el cajero, ni cuándo llegará. Pero la sola idea de no tener que bajar cada vez al valle a por dinero ya suena a progreso. “Nos sentiremos un poco liberados”, confiesa Zubizarreta. “Aunque sea una máquina, nos hará la vida un poco más fácil”, añade Arana.

El alcalde de Abaltzisketa, Jon Zubizarreta.

Comercios

Los comercios de las cinco localidades también se han adaptado a vivir sin cajero, aunque reconocen que a veces supone un inconveniente. En el Ostatu Argindegi de Ezkio-Itsaso, Josu Landa explica que “la gente mayor suele llevar dinero, pero los jóvenes no están acostumbrados y pagan con tarjeta”. Aun así, los contratiempos se resuelven con naturalidad: “Cuando nos ha fallado el datáfono, como nos conocemos, hemos acordado el pago otro día, pero no es lo habitual”, señala. En Leaburuko Ostatua, Mohamed Elboujadane funciona de la misma manera, y afirma que “si no nos pagan otro día, suelen bajar a Tolosa en el mismo día y vuelven”.

Landa cree que la llegada del cajero “no cambiará el funcionamiento de la gente”. Elboujadane, en cambio, admite que podría facilitar las cosas: “Puede que instalar un cajero cambie el funcionamiento, sí”. A pesar de ello, tiene claro que el pago con tarjeta es ya la norma habitual de muchos clientes y, por ello, en el ostatu que regenta, a diferencia de otros comercios, no tienen una cantidad mínima establecida para poder pagar con tarjeta.