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Biharko ingurunea

“Para Ceit es un orgullo ver que los desarrollos que empezaron en proyectos europeos están funcionando ahora en condiciones reales”

“Para Ceit es un orgullo ver que los desarrollos que empezaron en proyectos europeos están funcionando ahora en condiciones reales”Javier Colmenero

Ceit lleva años trabajando en soluciones que permitan avanzar hacia carreteras inteligentes y entornos preparados para la integración del vehículo conectado y autónomo. Desde su participación en el Gipuzkoa Living Lab, uno de los proyectos pioneros en el Estado, hasta su implicación en iniciativas europeas, Alfonso Brazalez subraya la importancia de la infraestructura, los datos y la colaboración público-privada para construir una movilidad más segura, eficiente y accesible.

Ceit lleva años investigando en movilidad cooperativa, conectada y automatizada (CCAM). ¿Cuál diría que ha sido la principal aportación del centro tecnológico en este ámbito?

En CEIT, estamos desarrollando tecnologías para gestionar carreteras inteligentes que faciliten la integración de vehículos conectados y automatizados en diversos entornos. Nuestro enfoque se centra en diseñar el entorno en el que operan los vehículos con el objetivo de mejorar la seguridad vial y optimizar el uso de la infraestructura existente. Para lograrlo, utilizamos tecnologías relacionadas con la comunicación entre la infraestructura y los vehículos, la inteligencia artificial y el manejo de espacios de datos, lo que permitirá que la movilidad del futuro sea más eficiente, segura, accesible y sostenible. Actualmente contamos con un convenio con la DFG como socio tecnológico del Gipuzkoa Living Lab, espacio de experimentación de tecnologías CCAM, en el que se desarrollan nuevos servicios para la ciudadanía.

También, trabajan en soluciones para otros sectores, ¿es así?

Nuestros desarrollos tienen aplicaciones potenciales en otros sectores, como el control de AGVs en puertos, la coordinación de robots móviles en la industria, la gestión de zonas de trabajo para vehículos conectados e incluso la administración de cocheras para autobuses. De hecho, tenemos un proyecto de automatización de trenes con algunos de los principales fabricantes. Nuestro objetivo es desarrollar un conjunto de tecnologías que, además de mejorar la infraestructura vial, puedan aplicarse de manera transversal en diversos ámbitos donde la movilidad y la automatización son clave.

Gipuzkoa es pionera con el corredor cooperativo de la AP-1 y AP-8, operativo hoy con avisos de seguridad en tiempo real. Desde el punto de vista tecnológico, ¿qué hitos han permitido pasar “de la teoría a la carretera”?

La Diputación Foral de Gipuzkoa, ya en la pasada legislatura, identificó como una acción prioritaria el avance hacia una movilidad inteligente desde el departamento de Infraestructuras Viarias y Estrategia Territorial. En ese sentido, decidió poner en marcha el Gipuzkoa Living Lab que permite a los actores del territorio testear sus equipos en condiciones reales. En el propio Living Lab hay un corredor que va desde la frontera con Francia hasta Bizkaia y Araba, por la AP-8 y la AP-1. En él se han dado varios hitos relevantes. El primero fue el despliegue de una infraestructura física mínima, con 4 dispositivos de comunicaciones instalados en la AP-8, y de una infraestructura digital que Ceit había desarrollado en proyectos europeos. Eso permitió validar la prueba de concepto con varios tipos de mensajes estandarizados a nivel europeo que informaban sobre condiciones de la vía y obras en ejecución. Posteriormente, se amplió el despliegue hasta llegar a 27 dispositivos de comunicación y a una mayor oferta de servicios disponibles, como ante obstáculos en la vía o accidentes. Se ha desplegado el servicio de protección de ciclistas en Gaintxurizketa y se prevé ampliar actualmente a otro servicio de detección de kamikazes, así como ampliar el corredor hacia la N-I y la AP-15.

Uno de los grandes retos de la movilidad conectada es la convivencia entre vehículos autónomos y vehículos conducidos por humanos. ¿Cuándo se prevé que esto suceda? Y ¿qué tecnologías se están desarrollando para garantizar una transición segura?

Desde hace un par de años, ya circulan coches autónomos o sin conductor por las calles. De hecho, ya hay un servicio de pago en San Francisco o en Guangzhou para estos robotaxis. Cualquiera puede descargar la aplicación y llamar a uno de estos coches. Sin embargo, todavía no son una realidad a gran escala, ya que se emplean únicamente en determinadas condiciones o dominios de operación (del inglés, Operational Design Domain - ODD-) específicos, es decir, solo en ciertos horarios (sobre todo por la noche en San Francisco) o en algunas rutas (por ejemplo, desde el centro hasta terminales o aeropuertos en Guangzhou). Esto supone un gran paso, pues operan en el tráfico real, con todas las variables y condicionantes que ello implica. En Europa, hemos optado por vehículos diferentes, conocidos como ART-Level 4, que son eléctricos y circulan a baja velocidad en entornos controlados (aeropuertos, parques empresariales o de ocio). Europa es conocida por regular más que Estados Unidos, priorizando la seguridad, lo que hace que el desarrollo y el enfoque avancen a diferentes velocidades. Además, en Europa se apuesta por el apoyo desde la infraestructura, instalando algunos de los sensores y sistemas de comunicación más seguros. Se han estandarizado los mensajes y los sistemas de comunicación para poder asistir a los vehículos desde la infraestructura.

Ceit participa en proyectos europeos como Pliades, SCALE o IExoddus. ¿Qué destacaría de cada uno de ellos?

Todos ellos están relacionados con la movilidad cooperativa conectada y automatizada desde el punto de vista de la infraestructura, complementando las funcionalidades que mejoren la infraestructura digital de este tipo de despliegues. El avance hacia carreteras inteligentes implica una integración entre la infraestructura física y la digital, y una gestión de los datos que se recogen o se disponen. El reto consiste en comunicar o intercambiar esa información con otros centros que la requieran. En el proyecto Pliades, Ceit es responsable del diseño de un conector de datos de movilidad que cumpla con los requisitos establecidos a nivel europeo por el European Mobility Data Space (EMDS). Ese conector facilitará el intercambio de información en un ecosistema del dato descentralizado, con espacios de datos federados. El proyecto Scale es más de despliegue y daremos soporte a la Diputación en el despliegue del servicio de Kamikazes y en la ampliación del propio corredor. Sin embargo, el proyecto IExoddus tiene una componente de investigación más importante en la que se requiere la percepción del estado de la carretera y el diseño del entorno operacional para facilitar la conducción a los vehículos automatizados y a los conducidos manualmente.

La colaboración público-privada ha sido clave en iniciativas como Gipuzkoa Living Lab. Desde la experiencia de Ceit, ¿qué factores hacen que esta colaboración funcione?

Ha sido una colaboración muy fructífera en ambos sentidos. Desde nuestro punto de vista, hemos aprendido mucho en la gestión de carreteras, y los técnicos de la Diputación conocen muy bien los sistemas que están instalando y son expertos en la materia. Evidentemente, para Ceit es un orgullo ver que los desarrollos que empezaron en proyectos europeos están funcionando en condiciones reales, incrementando la seguridad vial y dando servicio a las personas usuarias.

Si miramos a los próximos diez años, ¿qué cambios concretos cree que notará la ciudadanía en su día a día gracias a la tecnología?

La verdad es que los servicios cooperativos ya están presentes en nuestro día a día. Cada vez hay más aplicaciones colaborativas que permiten incluir eventos directamente desde el propio navegador. El reto está en que esas aplicaciones no gestionen el tráfico en nuestras carreteras. A veces ha generado grandes problemas al proponer rutas alternativas que no son correctas o que van en contra de lo que proponen las administraciones, como ocurrió con el colapso de Irun hace un par de años por un corte en la frontera. Lo importante es que la tecnología de comunicaciones está disponible; además, en Europa se han estandarizado los mensajes; lo que queda es llegar a la ciudadanía. El reto lo tenemos ahí: llegar a más personas e informar sobre lo que es importante para ellas, para facilitarles la movilidad y hacerla más segura.


Puedes acceder a toda la información del encuentro Biharko ingurunea, Carreteras inteligentes: hacia una movilidad conectada y segura en Gipuzkoa