El Ayuntamiento de Errenteria ha iniciado el derribo del azud de Ereñotzu, cuya eliminación evitará que los peatones tengan que transitar por una peligrosa carretera debido a la existencia del canal que llevaba el agua desde el azud hasta la central eléctrica municipal.

Considerada como una de las medidas más eficaces para renatutalizar los ríos, la eliminación de barreras fluviales facilita no sólo el paso de especies y sedimentos, sino que también permite a los ciudadanos reconectar con ellos, al poder “caminarlos”.

“Ya no era rentable”

Hace unos diez años, la turbina de la central sufrió una avería y dado que el elevando coste de reparación no garantizaba la rentabilidad de las instalación hidroeléctrica, su propietario, el Ayuntamiento de Errenteria, decidió promocionar la caducidad de la concesión para el aprovechamiento del agua.

Una vez extinguida una concesión, la normativa obliga al propietario de la instalación a restituir el cauce del río a su estado original y, por tanto, a eliminar las infraestructuras que se hubieran construido para derivar el agua, ha explicado a EFE el director de la obra, el ingeniero de Caminos Álvaro García González.

Los trabajos comprenden la eliminación completa del azud, de 5,5 metros de altura y 49 metros de largo, ubicado en el municipio de Hernani, y del paso para peces con el que contaba, así como la conversión del canal en un paseo para peatones.

Como hay un cierto riesgo de que el muro de la carretera (margen derecha) se pueda ver afectado, se ha previsto reforzar su cimentación. Por su parte, el canal se rellenará con los acarreos del río para hacer una senda peatonal que conectará el casco urbano del barrio de Ereñotzu con las viviendas de Latxe.

Casi un kilómetro ganado para el peatón

Además, se reforzará la vegetación de ribera con árboles autóctonos, ha apuntado García, que ha destacado que ahora el canal obliga a los vecinos a transitar por una carretera sin arcenes y por la que los vehículos circulan a cierta velocidad, por lo que la construcción del paseo mejorará la seguridad en sus desplazamientos.

“En total, son 800 metros de recorrido que ganamos para el peatón”, ha subrayado.

Antes de proceder al derribo del azud y del paso para peces, los técnicos han “roto” el azud en la margen izquierda para permitir que el agua corra y, con ello, poder ir acumulando los acarreos del río.

Life Kantauribai

Con un plazo de ejecución de cinco meses, las obras se enmarcan en el proyecto de restauración fluvial Life Kantauribai, cofinanciado con fondos europeos y centrado, principalmente, en la eliminación y permeabilización de barreras existentes en los ríos para devolverlos a su estado original y ayudar a la conservación de la biodiversidad.

El importe total de la obra es de 1,37 millones de euros, de los que el 67 % corren a cargo del ayuntamiento de Errenteria, el 32,9 % del consistorio de Hernani y el resto de Kantuauribai.

La eliminación del azud de Ereño-tzu, unida a las actuaciones previstas para mejorar el paso de peces en el azud de Pikoaga, también en el marco del proyecto, permitirá liberar un tramo del Urumea de casi 9 kilómetros.

Se trata de dos obstáculos infranqueables para la gran mayoría de las especies piscícolas presentes en la zona (salmón atlántico, trucha y anguila), al tiempo que dificulta o impide el paso de mamíferos semiacuáticos, como el visón europeo y el desmán del pirineo.