El movimiento asociativo de padres y madres Altxa Burua pide priorizar el aprendizaje analógico de manera que leer en papel y escribir a mano vuelva a colocarse en el centro del sistema de aprendizaje, convirtiendo el uso de herramientas digitales en un recurso "complementario y sostenible".
Se trata de un planteamiento que hacen desde un punto de vista "constructivo", con la voluntad de tender la mano "para buscar lo mejor para nuestros menores", ante la evidencia científica que apunta a un "empeoramiento del rendimiento académico" cuando se abusa de las herramientas digitales.
En ese sentido, la lectura en papel y la escritura a mano, según indica la organización, activa de manera "mucho más eficaz" los circuitos cerebrales que favorecen la comprensión profunda, la elaboración del pensamiento y la consolidación del aprendizaje, "en comparación con los soportes digitales".
Se trata de una de las cinco acciones que figuran en el marco de propuestas dirigidas a los centros educativos vascos, un documento en el que se sugiere "un calendario de consumo digital" y un enfoque de la "lectura y escritura analógica".
Esta guía de trabajo es fruto del análisis que han realizado durante el último año psiquiatras, psicólogos, investigadores, informáticos, docentes y directores de colegio de la digitalización del sistema educativo vasco, aportando diferentes miradas, desde una perspectiva de salud, de privacidad y pedagógica. Todo ello ha quedado plasmado en un extenso informe de 400 páginas sobre el proceso de digitalización del sistema educativo vasco.
Aprender digitalmente
Las familias que conforman el movimiento asociativo se han dado cita este sábado en Eibar, donde han dado a conocer las líneas principales de este estudio. "Aprender digitalmente no debe confundirse con aprender qué es el mundo digital; quizás esta confusión nos haya llevado, en gran medida, a la situación actual", señala el documento de trabajo.
El movimiento asociativo defiende que los libros digitales "pueden retirarse como herramienta principal de aprendizaje", priorizando la lectura de textos en papel y la escritura manual. "No se excluye el uso de herramientas digitales, pero estas se sitúan como complementos puntuales, según criterios pedagágicos justificados".
Otra de las recomendaciones que hace suya Altxa Burua es "respetar el marco de salud", de tal manera que se limite el tiempo de pantalla según la edad de los alumnos. Para ello, abogan por establecer un calendario "preciso" de consumo digital dentro del Proyecto Digital de cada centro: el profesorado decidiría qué días y durante cuánto tiempo se podría usar la pantalla en cada asignatura, garantizando que el consumo diario de cada estudiante no supere los límites correspondientes a su franja de edad.
Hoy por hoy, un 46% del alumnado vasco pasa como mínimo cuatro horas diarias delante de la pantalla en la escuela, cuando la media estatal se sitúa en torno al 17%.
Piden asímismo impulsar un empoderamiento digital "gradual y crítico". No se trata sólo de enseñar a usar herramientas digitales sino que, antes y durante la interacción con las pantallas, el alumnado "desarrolle una capacidad crítica para comprender lo que hay detrás".
El movimiento asociativo también sugiere que el sistema educativo "priorice y promueva" el uso de software libre, "reduciendo al máximo" la dependencia de plataformas propietarias gestionadas por grandes multinacionales como Google o Microsoft. Entiende que implica "liberar a los centros educativos de esa dependencia" y fomenta la autonomía digital del alumnado.