La alerta que Jane Goodall lanzó en su visita a Donostia: "Vamos a un punto de no retorno"
La investigadora y divulgadora británica visitó Gipuzkoa en 2010, donde impartió una conferencia en Chillida-Leku: “Si no tuviera esperanza, no llevaría esta vida estúpida”
La noticia del fallecimiento de la investigadora británica Jane Goodall (Londres, 1934) ha generado un hondo impacto en la ciencia mundial. Incansable divulgadora, se encontraba en Estados Unidos en el marco de una serie de conferencias. Goodall fue pionera en el estudio de los chimpancés en estado salvaje, a los cuales dedicó más de 60 años de su vida. En esos trabajos descubrió pautas de conductas y habilidades desconocidas, que han supuesto una trascendental aportación científica para comprender las raíces del comportamiento y la cultura humanas.
Consciente de la necesidad de dar a conocer sus descubrimientos, su faceta como divulgadora, a la que daba una importancia capital para proteger una Naturaleza cada vez en mayor peligro, la trajo a Gipuzkoa hace unos años. Fue en 2010, cuando la prestigiosa naturalista fue recibida en el Palacio Foral de la plaza Gipuzkoa por el entonces diputado general, Markel Olano, en las horas previas a una conferencia que impartió en Chillida-Leku.
Clara advertencia
“Cada uno de nosotros, cada individuo, nos diferenciamos cada día por las elecciones que adoptamos y el efecto acumulativo de millones de pequeñas acciones hacia un estilo de vida más sostenible es lo que propiciará el tipo de cambio que debemos hacer, si es que nos importan nuestros hijos”, dijo Goodall en Donostia, donde su conocimiento y experiencia le llevó a advertir de que el planeta camina “muy rápido hacia un punto de no retorno” y “el umbral para el cambio es cada vez más pequeño”. Por esa razón, llamó a trabajar en la conservación e “invertir en la educación” de un estilo de vida más sostenible.
En la rueda de prensa que ofreció acompañada por responsables del Instituto Jane Goodall (IJG) antes de reunirse con una treintena de personalidades del mundo de la ciencia y la cultura del territorio, Goodall explicó la importancia de la divulgación, a la que dedicaba “300 días al año” con el objetivo de que “las nuevas generaciones protejan la Naturaleza más que la actual”.
La Dama del Imperio Británico, Mensajera de la Paz de las Naciones Unidas y Premio Príncipe de Asturias de Investigación 2003, entre otras de sus numerosas distinciones, se conratuló de que “el movimiento hacia el cambio crezca por todo el mundo” para hacer frente a “la continua explotación de unos recursos naturales menguantes”. Por eso, añadió, es capital “invertir en los jóvenes”: “Son los próximos políticos, profesores y padres”.
“Esta vida estúpida”
Goodall fue cuestionada por el ritmo de vida exigente que llevaba, de muchos viajes marcados por la divulgación: aquella visita venía precedida de otra cita en Sevilla antes de volar a Madrid.
La investigadora insistió en el poder que cada persona tiene en las "millones de decisiones que tomamos cada día" para lograr un mundo más sostenible, pensado en nuestros hijos e hijas: "Si no tuviera esa esperanza, no llevaría esta vida estúpida de ir de un lado para otro llevando mi mensaje. Además, si perdemos la esperanza y lo damos todo por perdido, entonces sí que todo se habrá perdido”.