El fiscal ha mantenido este miércoles su petición de siete años y siete meses de cárcel por tentativa de asesinato para los progenitores de una bebé de dos meses acusados de zarandearla poniendo en grave riesgo la vida de la pequeña, que sufrió graves lesiones y una hemorragia cerebral.

El representante del Ministerio Público ha elevado así a definitivas sus conclusiones provisionales durante la tercera jornada del juicio por estos hechos que tiene lugar desde el pasado lunes en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, donde este miércoles han declarado tres médicos forenses y cuatro peritos especialistas.

Estos últimos han sido propuestos por la defensa que mantiene la inocencia de los padres y sugiere que la niña podría sufrir una enfermedad ultrarrara.

El caso se remonta al 14 de octubre de 2023 cuando, tras ingresar en el Hospital Universitario Donostia, los profesionales de urgencias pediátricas detectaron a la menor una hemorragia cerebral y sendas hemorragias retinianas compatibles con el denominado 'síndrome del niño zarandeado'.

En la sesión de la vista celebrada este miércoles, los médicos forenses han constatado ahora que "evidentemente hubo riesgo vital" para la niña en el momento en el que fue ingresada en urgencias porque las lesiones que presentaba eran "muy graves". Han detallado que la menor padecía una hemorragia subdural, un edema cerebral y hemorragias retinianas, por lo que "cumplía con los criterios del 'síndrome del niño zarandeado'".

Los forenses también ha asegurado que para que estas lesiones hubieran tenido otra causa distinta, la bebé tendría que haber presentado otras patologías que no se daban en aquel momento, como por ejemplo alteraciones en la coagulación. En cuanto a la posibilidad de que todo se debiera a causas genéticas, estos expertos han asegurado que en las pruebas que se le practicaron no detectaron ninguna alteración de este tipo.

Defensa

Por su parte, los cuatro peritos propuestos por la defensa, tres de los cuales han declarado por videoconferencia, han cuestionado que la bebé sufriera el 'síndrome del niño zarandeado', posibilidad que uno de ellos ha descartado por la "abigarrada historia" de enfermedades y dolencias previas que, según ha indicado, padecía la niña.

Ha recordado, en este contexto, que la pequeña nació con la ausencia de una de las dos arterias del cordón umbilical, lo que, como ha detallado, indica una "alta probabilidad" de que existieran otros defectos vasculares "incluso a nivel cerebral", sin que además se le realizara "un estudio de la pared vascular".

Por esta razón, ha opinado que no existe certeza de que las lesiones que presentaba la niña fueran debidas a un maltrato o a un episodio de zarandeo.

En esta misma línea, un segundo perito ha señalado que la menor padece una alteración genética en el cromosoma 22 y que se le han objetivado múltiples patologías, ninguna de las cuales guarda relación, a su entender, con el 'síndrome del niño zarandeado', ya que se trata de "una paciente muy compleja" con predisposición a sufrir hemorragias y hematomas.

El tercer perito ha considerado que atribuir a la menor el referido síndrome responde a un "diagnóstico sesgado", enfocado solo hacia esta dirección y en el que se ha obviado otra serie de datos como la existencia de "un problema genético" en la niña que puede explicar la situación vivida.