La población vasca aumenta y lo seguirá haciendo en los próximos once años, pero el peso de los vascohablantes se diluirá, pese a aumentar el número total de euskaldunes, si no se produce un cambio relevante que dé con la tecla de la reavivación del uso del euskera.

Vivirán en Hego Euskal Herria en 2036 alrededor de 150.000 personas más que en la actualidad, casi tres millones en total, pero el grupo poblacional que más y mejor se maneja en euskera ahora mismo será más viejo, mientras que los flujos de inmigración favorecerán la llegada de personas en edad de ser padres y que desconocen el idioma, lo que reducirá su transmisión y generará menos espacios para que los nuevos ciudadanos vascos se aproximen a nuestra lengua.

Esta es una de las principales conclusiones del estudio Hacia dónde va el euskara, una proyección demolingúistica con vistas a 2036, realizada por Siadeco para UEMA, la mancomunidad que integra a los municipios euskaldunes de Euskal Herria, y que integra a 118 ayuntamientos: 61 de Gipuzkoa, 34 de Bizkaia, 22 de Navarra y uno de Araba (Aramaio).

Hay un dato llamativo en este extenso informe de 290 folios y es que la población euskaldun menor de 14 años disminuirá alrededor de un 28% hasta 2036, lo que supone la pérdida de más de 69.400 vascohablantes de entre 2 y 14 años.

El estudio dibuja na población vasca marcada por flujos migratorios de difícil encaje lingüístico y que vivirá cada vez más en castellano

El ritmo de crecimiento de conocimiento del euskera está disminuyendo ya y lo seguirá haciendo, pero crece al fin y al cabo. Nos salva, de momento, el impulso generado durante 30 años de enseñanza reglada, que es ahora mismo la base y el sustento principal de una lengua que afronta retos importantes en los próximos años.

Si nos atenemos a la situación de la CAV, los datos de conocimiento del idioma son elevados y lo seguirán siendo en el futuro, ya que varias generaciones siguen euskaldunizándose y seguirán siendo capaces de entenderlo y utilizarlo, lo cual es una baza importante. El problema es la disminución del uso, según determina este estudio.

Cada vez es más habitual saber euskera, pero tener mayor facilidad para hablar castellano. Y hay datos relevantes que muestran cambios más profundos en Bizkaia y Navarra, donde el peso de los bilingües equilibrados que sólo hablan euskera ha bajado del 47% al 31% y del 50% al 24%, respectivamente. La situación es peor en Navarra, porque no cuenta con la sólida base de la enseñanza, lo que conduce a un un descenso progresivo de la población que sabe euskera.

Idioma de maduros

En el conjunto de Euskal Herria, el mayor peso de la población euskaldun se concentrará en los grupos etarios mayores de 24 años. En cierto modo, esta es una noticia positiva, porque se superará esa barrera que ejercía la falta de conocimiento de las franjas etarias más altas en el uso del idioma.

Pero lo que viene es justo lo contrario de lo que ha sucedido hasta ahora, donde eran los jóvenes los que más y mejor dominaban el euskera. Hay que tener en cuenta que en 2021, dos tercios de los jóvenes entre 15 y 24 años eran euskaldunes y que el conocimiento del idioma superaba el 80% entre ese grupo.

Se abre otro frente, porque no podemos olvidar que "se esperan grandes flujos migratorios en los próximos años" y que los recién llegados no sabrán euskera. Es por eso que, "aunque haya más personas euskaldunes en números absolutos", serán menos en proporción, según augura este estudio.

Hay que tener en cuenta además que el efecto de la llegada de personas foráneas se acentuará, ya que son mayoritariamente personas en edad reproductiva y su tasa de natalidad será mayor. Ese es el perfil del recién llegado.

Ocho de cada diez euskaldunes vivirán en 2036 en municipios donde el uso doméstico del euskera será minoritario

Y eso tendrá un impacto evidente en el uso del euskera en los hogares. Las proyecciones realizadas sobre la lengua principal indican que, por un lado, el impacto de la inmigración latinoamericana favorecerá el asentamiento del castellano como idioma para el día a día en la mayor parte de los municipios. Pero además, en términos relativos, serán otras lenguas que no son ni el euskera, ni el castellano las que experimenten un mayor crecimiento en el uso doméstico.

Se augura, de hecho, que el impacto cuantitativo de estas personas inmigrantes que transmitirán su idioma materno a sus hijos e hijas será mucho mayor que el de aquellas personas foráneas que lleguen a utilizar y transmitir el euskera en su hogar. Y eso, a pesar de la “muy positiva” evolución que muestra el proceso de euskaldunización de muchas de estas personas inmigrantes.

Todo ello derivará en un grado de conocimiento menor del euskera en un futuro próximo, sin irnos muy lejos, especialmente entre niños y jóvenes. Justo lo contrario de lo que ha sucedido durante 30 años de enseñanza en euskera.

Los hogares que transmiten el euskera a sus hijos, ya sea de forma exclusiva, como junto al castellano, apenas llegarán al 12%

Los datos disponibles y su evolución indican que pierden y perderán más peso aún las personas nacidas en Euskadi o incluso en otras comunidades autónomas del Estado, mientras que las nacidas en el extranjero aumentan: eran el 12,8% en 2021 y se calcula que llegarán a ser el 23,2% de la población en 2036. En números absolutos, esto significa que los habitantes vascos que han nacido en el extranjero pasarán de los 361.875 que representaban en 2021 a 692.467 personas dentro de 11 años.

Y ese efecto se acentuará en franjas de edad como la que va de 25 a 44 años. Es en ese espacio donde más aumentará la población nacida en el extranjero, que en 2036 representará el 44,4% en la CAV y el 51,4% en Navarra, más de la mitad.

Pérdida de hábito

También se prevé que la transmisión familiar del idioma retroceda en los hogares cuyos padres sí han nacido en Euskadi. El informe elaborado por Siadeco asegura que es una cuestión "de hábito", y que en la medida que el euskera pierda peso en las calles, iremos dando más presencia a otros idiomas, el castellano principalmente.

Es decir, se hablará menos euskera en los hogares euskaldunes, cayendo desde el 11% actual al 9,7% del total de las familias, mientras que los hogares donde se habla otro idioma que no sea el euskera o castellano seguirá creciendo: eran el 2,6% en 2011, el 4% en 2021 y se espera que aumenten hasta el 7,9% en 2036.

Y es ahí, en el uso en el hogar, donde encuentra el punto débil de un sistema de euskaldunización basado en la enseñanza reglada, que ha logrado extender el conocimiento del idioma a cotas máximas en décadas, pero no ha logrado cuajar e incentivar lo suficiente la transmisión en nuestros hogares, según este estudio.

Se prevé que siga aumentando el porcentaje de familias que principalmente hablan castellano en los municipios más euskaldunes

El informe incide, de hecho, en que la mayor efectividad en la transmisión del idioma se consigue precisamente cuando se transmite como lengua materna. Y lo que dicen las proyecciones es que se va a frenar la tendencia al alza a transmitir al mismo tiempo el euskera y el castellano en el hogar, con pérdidas de en torno a cinco puntos porcentuales entre los menores de 14 años (del 15% al 10,6%).

Muy parecido a lo que sucederá con los hogares que solo transmiten el euskera (17,3% en 2021), que caerían hasta el 13,6% del total en 2036. Además, son cada vez más los bilingües que habitualmente hablan en castellano que los que principalmente hablan en euskera y esa "tendencia es clara".

Gipuzkoa resiste

Aún así, Gipuzkoa sigue siendo el territorio donde más se utiliza el euskera y donde menor es el desgaste de su “fuerza vital”. De hecho, ha aumentado el peso social de los bilingües (del 39,4 al 38,7%); y también el porcentaje de bilingües que en casa hablan siempre en euskera (del 84,9% al 86,5%).

Además, los cinco municipios que quedan en el grupo de los arnasgunes plenos en todo Euskal Herria están en nuestro territorio: cuatro en Tolosaldea (Abaltzisketa, Baliarrain, Elduain y Orexa) y uno en Goierri (Zerain). Pero estamos hablando de una población de apenas 1.100 habitantes.

En Araba se está fortaleciendo el euskera, pero está muy lejos de alcanzar la situación de los municipios euskaldunes del resto de territorios, con la excepción de Aramaio.

Es en esos municipios euskaldunes donde más posibilidades tienen los recién llegados de incorporar el euskera de forma natural en sus vidas. Pero también se resienten y, según las proyecciones a 2036 realizadas por Siadeco para Uema, en el espacio 4 de predominio del euskera (uso entre el 60% y el 79,9%), en 2036 quedarán sólo doce municipios de Gipuzkoa y nueve en Navarra.

La erosión de los arnasgunes

Llamativa resulta la evolución prevista para los arnasgunes o municipios con mayor uso del euskera, el espacio 5, que engloba a los municipios donde el índice de utilización del euskera en casa supera el 80%. En 1991 estábamos hablando de una comunidad de 71.780 habitantes que residían en esos municipios. Hoy son poco más de 1.000 en cinco pueblos de Gipuzkoa.

Y no es porque dichos municipios hayan perdido población (la han aumentado más del 10%), sino porque han llegado nuevos habitantes que no tienen costumbre de utilizar el euskera y han provocado que la mayoría de esos municipios desciendan al grupo 4 de uso, entre el 60% y el 79,9%.

Y se prevé que seguirá esa tendencia y subirá el porcentaje de familias que principalmente hablan castellano en los municipios más euskaldunes: del 39,7% al 45,1% para el grupo 3 (uso del euskera en el hogar entre el 40% y el 59,9%); del 25,6% al 36% para el grupo 4 (uso del 60% al 79,9%); y del 11,5% al 24,4% en el grupo 5, el de uso doméstico superior al 80% en los hogares.

De hecho, el peso de las personas que se sienten más cómodas empleando el euskera que el castellano disminuye y lo seguirá haciendo en los próximos once años.

Según las proyecciones, no sólo desaparecerá el grupo 5 en 2036, sino que el grupo 4 también quedará próximo a desaparecer. Y eso que el grupo de municipios donde el uso del euskera está entre el 60 y el 79,9% en los hogares ha aumentado de 47 a 70. Pero a costa de quienes han caído del grupo 5. De cara a 2036, la previsión es que la mayoría pasen al grupo 3: entre el 40% y el 59,9%.

Por territorios, en Bizkaia no quedarán municipios del grupo 4 en 2036, espacio en el que quedarán 9 municipios navarros con 3.692 habitantes y 12 guipuzcoanos con 3.575 residentes. Aunque también se prevé que en Gipuzkoa desaparecerá el espacio 1, donde el uso es inferior al 20%, mientras que en Araba solo habrá de grupos 1 y 3.

Según esta proyección, en un futuro cercano, serán cada vez más los hablantes en euskera que vivirán principalmente rodeados de una vida cotidiana en castellano, ya que serán cada vez más quienes no tienen el euskera como lengua principal, aunque la conozcan y puedan usarla.

La consecuencia es que los euskaldunes se están concentrando ya en espacios mayoritariamente erdaldunes y las proyecciones apuntan a que el 80% de los euskaldunes vivirán en municipios con un uso doméstico inferior al 40% en 2036.

DATOS: Evolución de la población

Población euskaldun: El 23,1% de la población era euskaldun en 1991; el 32,1% en 2011, un 36% en 2021 y alcanzará el 39,3% en 2036, pero su peso se diluirá en una población que crecerá a mayor ritmo debido a los flujos migratorios, y donde el euskera tendrá menor presencia, especialmente en la población menor de 24 años.

Población casi euskaldun: 16% en 1991, porcentaje que se mantiene, pero que caería hasta el 14,5% en 2036

Población erdaldun: Después de haber visto frenada su tendencia a la baja en la última década: eran el 60,3% en 1991 y cayó al 45,7% en 2011, un porcentaje que se mantiene estable y lo seguirá haciendo en la próxima década, con una previsión del 46,2%.