El Ayuntamiento de Donostia ha recibido un año más a las niñas y niños saharauis y de Ucrania que pasarán el verano en la ciudad gracias a los distintos programas de acogida temporal familiar. Para este verano, cuatro familias repetirán acogida, y otras tantas, se han unido por primera vez a diferentes programas para recibir a 23 menores en sus casas. Por otra parte, uno de los menores que veraneará en Donostia se instalará en uno de los albergues de la ciudad. Todos ellos se quedarán en Donostia hasta finales de agosto.
Este verano han llegado 11 menores saharauis de 10 y 11 años, que viven como refugiados en los campamentos de Tindouf, en Argelia. Gracias al programa Oporrak Bakean/Vacaciones en Paz y la colaboración del Frente Polisario, pasarán sus vacaciones de verano en la capital guipuzcoana. Su llegada estaba prevista para el pasado 30 de junio, pero debido a problemas con los pasaportes no llegaron hasta el pasado 17 de julio. Actualmente todos están con sus familias de acogida y esta misma semana empezarán tanto con las revisiones médicas como con el cursillo de natación.
Ucrania
Además de los saharauis, 13 niños y niñas procedentes de Ucrania de entre 8 y 15 años pasarán el verano en Donostia. Todos ellos proceden de zonas que todavía sufren las consecuencias del accidente nuclear de Chernóbil. Diez de ellos serán acogidos dentro del Programa Extraordinario de Respiro, impulsado por las asociaciones Chernobil Elkartea y Chernobileko Lagunak. Los tres restantes llegarán a Donostia a través de la asociación Chernobileko Umeak. Llegaron a la ciudad el pasado 1 de julio y se quedarán hasta el 28 de agosto.
Los niños saharauis y ucranianos han sido recibidos en el Ayuntamiento por el alcalde de la ciudad, Eneko Goia, el concejal delegado de Diversidad, Inclusión y Medio Ambiente, Iñigo García Villanueva, y diferentes representantes de la corporación municipal. En el acto han mostrado su “apoyo y reconocimiento” a las familias de acogida por su implicación solidaria.
Durante el recibimiento, el concejal Iñigo García Villanueva ha agradecido la labor de las familias donostiarras: “Gracias por abrir vuestras casas, pero sobre todo por abrir vuestros corazones. Acoger a un niño o una niña en verano no es solo un gesto solidario, es un compromiso transformador. Significa permitirles escapar, aunque sea durante unas semanas, de situaciones duras y complejas, y ofrecerles un entorno de seguridad, afecto y nuevas oportunidades”.
Finalmente, ha querido trasladar un mensaje de bienvenida y apoyo a todas las familias presentes: “Esperamos que esta estancia en Donostia sea lo más enriquecedora posible".