Un plan perfecto para estas vacaciones… en Eibar
Si buscas un plan diferente, Eibar te espera con historia, memoria y paisaje urbano. Puedes comenzar el día subiendo a Arrate, un lugar emblemático rodeado de naturaleza, perfecto para respirar tranquilidad y disfrutar de las vistas. Desde allí, baja al centro y acércate al Centro de Interpretación de la Guerra Civil, donde descubrirás el papel clave que jugó Eibar en aquella etapa. ¿Sabías que fue allí donde se proclamó la Segunda República? Declarado Lugar de Memoria, guarda un valioso testimonio histórico. Y no te vayas sin visitar el Museo de la Industria Armera, que narra la evolución industrial de Eibar desde la fabricación de armas hasta las bicicletas. Todo ello forma parte de una identidad única, forjada entre industria, cultura y episodios históricos. Un plan diferente, para quienes disfrutan descubriendo historias.
Un plan perfecto para estas vacaciones… en Tolosaldea
Los sábados, Tolosa cobra vida con su mercado tradicional, una cita imprescindible para quienes quieren saborear el alma de esta comarca. Empieza la jornada en el mercado de Zerkausi, donde puedes comprar un buen queso, y continúa con una visita guiada por el casco histórico. Descubre los palacios, la iglesia de Santa María, con su imponente bóveda y vigas de madera, y déjate sorprender por cada rincón. A mediodía, nada mejor que comer unas alubias de Tolosa en un ostatu de Orexa o Altzo, rodeado de paisajes espectaculares. Para rematar la jornada, visita el Topic, el museo internacional de marionetas, o déjate seducir por el chocolate en el Museo del Chocolate Gorrotxategi. Cultura, gastronomía y naturaleza se dan la mano en Tolosaldea para ofrecerte una experiencia rica, genuina y con sabor a tradición.
Un plan perfecto para estas vacaciones… en Albaola
Si hay un lugar que resume lo que es Gipuzkoa, ese es Albaola, en la bocana del puerto de Pasaia. Un enclave espectacular donde mar, monte e historia se funden para ofrecerte una experiencia inolvidable. Acércate a este museo-astillero único, donde se está ultimando la reconstrucción de un ballenero del siglo XVI con las mismas técnicas y materiales de entonces.
Más que una visita, es un viaje en el tiempo.
Desde Albaola, puedes pasear por la bahía, dejarte llevar por la calma de sus aguas y saborear la gastronomía local en alguna taberna del puerto. Todo respira autenticidad: el ritmo pausado, el olor a madera trabajada, la historia de los arrantzales y la belleza de un entorno inigualable.
Albaola es cultura viva, y Pasaia, un rincón perfecto para respirar la esencia de Gipuzkoa.
