Sandra Parra le tocó vivir varios años la cara menos agradable del periodismo. Ejerció la profesión en su país, Colombia, en una agencia internacional. Ahí lidió con saqueos, narcotráfico... En 2016 llegó a España junto a su esposo navarro. No dudó en cómo seguir su carrera profesional: “Tenía una deuda con el voluntariado”. Eligió Cruz Roja porque admiraba el trabajo de la organización en los países de centroaméricaJosé Aldaba le abrió las puertas de la comunicación humanitaria desde el primer momento. Este año, tras su fallecimiento, le sucede como referente del departamento de comunicación en Navarra y como responsable de anunciar el parte de heridos al término del encierro.

Lleva por bandera el eslogan de Cruz Roja, “cada vez más cerca de las personas y en todas partes”. Sabía que su labor estaba al servicio de la sociedad, pero quería que fuera realmente trascendente“Es maravilloso haberme desvinculado de esa narrativa de hechos noticiosos tan dolorosos que cubrí. Ahora es por y para las personas”, defiende.

Empezó de voluntaria hasta llegar aquí. Colaboró con Aldaba en todo lo que le pedía, sobre todo en cuestiones audiovisuales: “Fue un privilegio haber trabajado con una persona como él, con el conocimiento y bagaje que tenía en medios de comunicación. Esto me permite estar un poco más tranquila”. Aunque es consciente del desafío, lo afronta con ganas: “Es un reto y da nervios, pero es la oportunidad también de continuar con un legado y aportar la frescura de una generación que ha transitado de los medios tradicionales al medio digital”.

Con ella se abre una nueva etapa en la historia de los encierros. El modus operandi no va a ser el mismo: “La figura de portavoz del encierro que se ganó José es de él, y eso no se va a volver a repetir”. Parra tiene claro que, aunque suceda a Aldaba, su pretensión como organización no es darle continuidad a su trabajo. Para comunicar el parte, aunque ella vaya a ser la voz principal, contará con un equipo formado por Alfonso Contín y Cristina Igartua.

Pero tiene claro que hay una cosa de él que quiere heredar: “Es una persona que nunca tuvo un problema con ninguno de los compañeros. Trabajaba con todos los departamentos y todos le querían. Cuando falleció, decayeron los ánimos de toda la organización”. Quiere forzarse a aplicar ella también ese principio de “neutralidad”, uno de los siete de la organización.

La figura de Aldaba le está ayudando a llevar con más tranquilidad los días previos a San Fermín: “Es como cuando te hablan de un familiar fallecido muy bien. No siento presión, siento admiración”.

Además de sus labores como referente de comunicación y al frente del parte de heridos, se va a tener que ocupar de otra cuestión. Quizá la más importante. Despedir a Aldaba como merece. Durante los dos últimos años estuvo entre México y España por trabajo. El fallecimiento le sorprendió cuando estaba al otro lado del charco: “Fue muy doloroso para mí, no pude acompañarle en ese duelo y es algo que tengo pendiente y quiero cerrar”El 7 de julio le hará una despedida íntima en su oficina con todo el equipo que le acompañó estos años. Será después del encierro. No podía ser de otra manera.

Papel de Cruz Roja en las fiestas

Ni su labor ni la de la organización se limitan a las cuestiones vinculadas al encierro. Cruz Roja trata de llegar a todo. Más de 320 voluntarios se van a sumar a la causa y estarán presentes en 100 eventos. Todo este despliegue se consigue debido a una razón: “Empezamos a preparar los Sanfermines desde que terminan. Es lo que nos permite hacer una buena labor”.

Para esta edición introducen una oficina móvil ubicada en Recoletas. También mantienen el dispositivo con dos motos que recorren la ciudad y que incluyeron el año pasado. “Son los que atendieron un paro cardíaco y a una mujer que se puso de parto en el trabajo”.

A falta de dos días para que empiece San Fermín, Parra anuncia que el objetivo es seguir acercándose más a la gente: “Si alguna persona requiere algo, que sepa que el chaleco rojo le estará esperando ahí para asistirle”.

Va a ser un San Fermín especial en Cruz Roja. “Inéditos y de despedida”, como dice Parra. Y que haya pocos heridos en el parte.