El último bloque del foro Km 0 Kontsumo Arduratsua organizado por NOTICIAS DE GIPUZKOA abordó uno de los desafíos más acuciantes para el primer sector: el relevo generacional. Sin jóvenes que quieran trabajar en la agricultura, la ganadería o la pesca, no hay futuro para los baserris, los barcos, ni para un modelo de vida y producción ligado al territorio. La mesa reunió a personas con trayectorias muy diferentes, pero con un mismo compromiso: dignificar estos oficios, sembrar vocaciones y garantizar la continuidad de actividades esenciales para Gipuzkoa.
“Durante años solo se ha hablado de lo duro que es el primer sector: que se trabaja mucho, que es poco rentable... Pero hoy se puede vivir de él, y se puede vivir bien. Eso no significa que sea fácil, pero ningún sector lo es. En nuestro caso, trabajamos 18 personas. Hemos invertido en estructura y organización para que el trabajo sea llevadero, con horarios razonables y fines de semana libres. Eso también hay que contarlo, porque es un proyecto de vida viable”, reflexionó Arantxa Goenaga, gerente de Goenaga Lácteos.
“Hoy en día se puede vivir del primer sector con dignidad, fines de semana libres y rentabilidad”
Norberto Emazabel, presidente de la Federación de Pescadores de Gipuzkoa, puso en valor el largo recorrido del sector pesquero: “La Cofradía de Hondarribia se fundó en 1361, y eso significa que llevamos más de 600 años haciendo las cosas bien. Pero ahora hemos roto la cadena: la pesca pasó de abuelos a padres, de padres a nosotros… y ahí se ha cortado. Creo que nos falta transmitir lo bueno. Yo me jubilé en noviembre tras 42 años en la mar, y los últimos cinco han sido fabulosos, se ha ganado muy bien. No es una cuestión de dinero”. Como ejemplo, mencionó el programa Izan Arrantzale que promueven desde Kofradia-Itsas Etxea, por el que han pasado más de 900 niños y niñas desde los 6 años: “Tenemos que llevarles a los barcos, a los baserris, que lo vean desde pequeños”.
“Llevo 40 años en la mar y he vivido bien; el problema no es económico, es saber transmitirlo bien”.
Ander Barandiaran, pastor y representante de Artzai Gazta en Gipuzkoa, relató el camino que ha recorrido: “No nací en un baserri, aunque mis abuelos vivían en uno en Amasa-Villabona. Siempre me atrajo ese mundo. Durante 15 años trabajé en la industria y lo compaginaba con la labor del caserío, hasta que en 2016 decidí dedicarme plenamente. A mí no me asusta el trabajo duro, lo más difícil es la burocracia: a veces no tengo ni tiempo para las ovejas”. Asimismo, resaltó el apoyo que ha recibido por parte de Artzai Gazta: “Al principio ni me planteaba hacer queso. Empecé con 20 ovejas, y pronto tenía más de 200. Con la ayuda de Artzai Gazta fuimos aprendiendo a hacer queso y a comercializarlo, y al comprobar que se podía vivir de esto, dejé la fábrica”.
“No nací en un baserri, pero tenía vocación y encontré un futuro en el pastoreo y la elaboración de queso”
Pasión por la cerveza
Andoni Galdos aportó una experiencia distinta pero igualmente inspiradora: es el fundador y gerente de Gross, una marca de cerveza artesana nacida en Donostia. “Todo empezó como un proyecto personal. Conocí la ola de cervezas artesanas que venía de Estados Unidos e Inglaterra y me enamoré del producto. En 2013 empecé sin fábrica propia, y en 2017 abrimos la nuestra. Llevaba desde 1982 sin haber una fábrica de cerveza en Donostia. Al principio fue muy difícil, el sector es competitivo y luchas contra marcas gigantes. Pero con esfuerzo y ganas se puede. Tras el boom de hace unos años, hoy en día hay más equilibrio en el mercado cervecero y Gross ha logrado posicionarse”.
“Empezamos sin fábrica, solo con ilusión y redes sociales; hoy Gross es una marca consolidada en el mercado”
Goenaga completó su intervención recordando la importancia de modernizar y profesionalizar el primer sector: “En Goenaga la leche que ordeñamos se transforma en yogur y se distribuye en menos de 24 horas. Tenemos vacas de raza Brown Swiss, tradicionales de Gipuzkoa, que producen menos cantidad de leche, pero con mayor riqueza en proteína. Eso diferencia nuestros productos”.
Ya no quieren ir al barco
Emazabel compartió cómo comenzó en la mar con apenas 12 años: “A esa edad fui a pescar txipirones con mi abuelo. Con 13, bonitos con mi tío. A los 14, atunes. La escuela no me gustaba y yo quería ir a la mar. A los 21 hice mi primer viaje largo, 21 días en el Atlántico, sin radio, ni televisión.
Hoy los barcos tienen ducha, wifi, lavadora… Es otra cosa. En invierno estás tres meses parado y se gana bien. El problema es que los jóvenes no ven esa realidad. Incluso en las familias pesqueras, ya no quieren subir al barco. Antes, al menos en verano los chavales venían”.
Barandiaran insistió en que la vocación es clave: “Si te gusta y haces las cosas bien, hay futuro”, sentenció.
Galdos subrayó el papel clave de las redes sociales para conectar con las nuevas generaciones: “Nosotros teníamos un perfil en Instagram incluso antes que el propio producto. Hoy es el canal más directo con el consumidor. Y en el primer sector también hay que estar ahí, porque lo que no se comunica, no existe”.
El relevo generacional, coincidieron todos, pasa por transmitir pasión, profesionalidad y futuro. “Tenemos que abrirnos a nuevas formas de hacer y de comunicar nuestro trabajo. Porque para que el sector primario persista debe adaptarse a los nuevos tiempos”, concluyó Goenaga productores estén también ahí. La digitalización es parte del camino”, concluyó.
El foro Km 0 Kontsumo Arduratsua ha contado con la colaboración de HAZI-Gobierno Vasco, Eroski, San Martin Merkatua, Kofradia-Itsas Etxea, Euskal Sagardoa, Getariako Txakolina, Cervezas Gross, Lácteos Goenaga, Baserria KM0, Euskaber, Basatxerri y Artzai Gazta.