La Escuela Pública Vasca ha activado su hoja de ruta para meterle una marcha más. Incentivar las direcciones, redefinir los contenidos de la formación inicial que recibe el profesorado en la universidad, el pilotaje de la evaluación de los docentes, un plan de prevención de riesgos psicosociales para prevenir el síndrome del quemado tan común en este sector, acabar con la alta rotación de las plantillas, crear espacios seguros contra el bullying y los discursos de odio, Pacto contra la Segregación, nuevo decreto de admisión y escolarización, contratos programa para los centros de alta complejidad educativa, refuerzo de los programas de apoyo fuera del horario escolar, usar la Inteligencia Artificial para intentar desburocratizar el día a día, evaluación de los proyectos lingüísticos de centro, un Marco Integral Plurilingüe para el Sistema Educativo Vasco, incluyendo la regulación de criterios comunes en la evaluación de la competencia lingüística en euskera…
Estas son sólo algunas de las más de cien acciones incluidas en torno a diez objetivos en el Plan para la Transformación de la Escuela Pública Vasca (2025-2028), el primero para la red pública. El proyecto de mejora continua de los centros y de los resultados académicos contará con el respaldo del mayor presupuesto educativo de la historia del Gobierno vasco. Sólo en 2025, la inversión será de 3.247 millones de euros. Incluye también una partida de 750 millones que se destinarán a modernizar las infraestructuras.
Presentación a la comunidad educativa
La consejera de Educación, Begoña Pedrosa, fue ayer la encargada de pulsar el botón rojo para accionar esta ambiciosa estrategia en cuya elaboración han participado 500 personas de la comunidad educativa desde diciembre de 2023. Lo hizo en Bilbao y ante la mirada de decenas de representantes de equipos directivos y otros agentes que han participado en el proceso de reflexión del documento de 154 páginas. El texto está llamado a encauzar el trabajo de los próximos años para transformar la Escuela Pública Vasca y responder a los desafíos producidos por los cambios sociales como la crisis de natalidad y el descenso de las matriculaciones, el aumento de la población de origen extranjero, el incremento de las desigualdades sociales, la revolución tecnológica, la euskaldunizacion, el aumento de las necesidades educativas especiales, la violencia machista, etc.
“Hoy damos inicio a una nueva etapa para la Escuela Pública Vasca. Una etapa que se construirá paso a paso, decisión a decisión, aula a aula. El rumbo está claro, y el Departamento caminará a vuestro lado: escuchando, asesorando y facilitando los recursos necesarios”. Con este mensaje, la consejera quiso subrayar que este plan es un compromiso “compartido” y “duradero”, que busca mejorar la vida en los centros y fortalecer la escuela pública desde dentro. La presentación de ayer marca el inicio de una nueva etapa, la de su implementación.
Calendario de reuniones
Está previsto que, en las próximas semanas, Educación active un calendario de sesiones informativas dirigidas a los equipos directivos con el fin de acompañar el despliegue del plan, resolver dudas, recoger propuestas y facilitar su arraigo en los centros. “El objetivo ahora es convertir esa visión compartida en realidad cotidiana en las aulas”, afirmó la consejera Pedrosa. “Sabemos que transformar la escuela exige conocimiento, compromiso y confianza, y este plan es una invitación a recorrer ese camino juntas y juntos”.
Según recordó, esta estrategia nace del Pacto Educativo suscrito por el 90% del arco parlamentario de 2022 y constituye uno de los pilares clave del despliegue de la Ley de Educación y marca el comienzo de una etapa “decisiva”. Durante su intervención, Pedrosa desgranó los objetivos y líneas de actuación del plan, después de que en abril diese unas pinceladas en el Parlamento Vasco. El documento, al que ha tenido acceso este periódico, parte de un exhaustivo diagnóstico.
Liderazgo
En el apartado del liderazgo, el texto destaca que gracias a los incentivos impulsados por el cambio de normativa, este curso el 86% de los centros tienen direcciones estables y algo más de la mitad de los centros declara contar con estructuras de coordinación eficaces. También hay una percepción “muy positiva” de la figura BeA, responsable de innovación clave para la transformación pedagógica. En el plano negativo, se percibe un “nivel débil de identidad compartida” dentro de la Escuela Pública Vasca. Apunta que existen “grandes diferencias” en el funcionamiento y la organización de los centros en temas clave, “lo que pone de manifiesto la necesidad de establecer criterios mínimos de calidad comunes para fortalecer la cohesión del sistema educativo público”.
Además, sólo el 55,9% de los centros dispone del Proyecto Educativo de Centro actualizado, que es la pieza fundamental de la actividad educativa. Por otro lado, se ha detectado la necesidad de mejorar la transferencia en el relevo de dirección para “preservar la identidad y cultura del centro y asegurar su coherencia operativa”. Entre otras acciones, el plan prevé un nuevo decreto que regulará la autonomía de los centros y los contratos programa y facilitará seguir avanzando en relación con el desarrollo de las decisiones curriculares, la organización de la formación docente o la gestión del personal. Se contempla implantar la figura de apoyo administrativo en los centros de educación Infantil y Primaria, lo que facilitará que los equipos directivos puedan centrarse en la gestión pedagógica. Asimismo, se realizará “el despliegue efectivo” del reconocimiento de la función directiva.
Profesorado
El plan sitúa al profesorado como “el eje” de la transformación de la Escuela Pública Vasca. Entre las áreas a mejorar, el documento señala que está por “definir un perfil docente” que refleje las competencias y habilidades necesarias para implementar un modelo pedagógico innovador e inclusivo. Además, se ha detectado la necesidad de “revisar los procesos de selección” de los nuevos docentes, para ajustar los criterios de contratación a la realidad de los centros; así como de “replantear” la formación inicial y la inmersión de los nuevos docentes. A día de hoy, sólo un 39% de los centros públicos ha establecido algún procedimiento para conocer al personal docente y poder repartir responsabilidades en función de su talento, preferencias, etc. También se percibe la necesidad de revisar las condiciones laborales del profesorado para proporcionarle “los recursos, el apoyo y el reconocimiento necesario para que pueda desarrollar su labor de manera efectiva y satisfactoria”.
El documento apunta que resultan “insuficientes el espacio y el tiempo” para que el profesorado se conozca y pueda colaborar y trabajar en equipo ante las distintas realidades. En este sentido, el plan abunda en que la rotación excesiva de docentes sin plaza fija “está suponiendo un reto para muchos equipos directivos de los centros educativos, que cuentan con ciertas dificultades, por un lado, para desplegar Proyectos de Centro con garantías a medio-largo plazo y, por otro, para establecer referencialidades sólidas tanto con el alumnado como con las familias”.
Euskera
La situación del alumnado en relación con el aprendizaje y uso del euskera está ampliamente radiografiada por parte del Departamento de Educación. El documento reconoce que sigue existiendo un “desequilibrio” entre las dos lenguas oficiales de la CAV, básicamente porque las condiciones del entorno y la interacción social favorecen el uso del castellano. Esta situación de diglosia hace que el euskera siga siendo una lengua minorizada y la escuela llega a donde llega. El diagnóstico elaborado por el Departamento de Educación habla a las claras de la detección de “una reducción generalizada” en la competencia lingüístico-comunicativa del alumnado en todas las etapas educativas. Preocupa “especialmente” en la etapa de Educación Infantil “donde se está dando un aumento en la dificultad del alumnado para comunicarse oralmente tanto en euskera, como en castellano, como en otras lenguas”. En este sentido, el texto añade que el porcentaje de alumnado del modelo D no competente ni en euskera ni en castellano presenta una tendencia al alza.
En la Evaluación Diagnóstica de 2022 el alumnado bilingüe alcanzaba el 60,6% del total en 6º de Primaria y el 71,8% en 4º de ESO. Además, el alumnado bilingüe equilibrado de nivel alto representaba un 8,5% en 6º Primaria y un 9,3% en 4º de ESO. El porcentaje de alumnado de origen extranjero en 6º de Educación Primaria que es bilingüe ronda el 22% (19,2% en 4º de ESO) y el bilingüe con predominio del euskera o equilibrado de nivel alto ronda el 6,2% (5,3% en ESO). El porcentaje de este alumnado que no es competente (no supera el nivel inicial) ni en euskera ni en castellano ha pasado del 18,9% al 16,75 en los dos últimos años (en 4º de ESO ronda el 16%). Esta realidad precisa de continuar con los programas de mejora de lectura, inmersión lingüística para alumnado de origen migrante (Eusle), formación del profesorado, repensar la pedagogía y centrarse en la oralidad.
Diversidad y segregación
Este capítulo conecta directamente con el abordaje de la diversidad en las aulas. Por un lado, el alumnado con necesidades especiales ha ido creciendo año a año hasta alcanzar los 23.000 estudiantes, de los que el 52% están en la red pública. También se ha multiplicado el alumnado de origen extranjero, El peso de este colectivo en la red pública matriculado en el modelo D disminuye a medida que avanza el nivel educativo: supone un 28,6% en Infantil, un 25,3% en Primaria y 17,6% en la ESO. A pesar de los avances de refuerzos puestos en marcha los últimos años para atender ambas realidades, el plan señala que “aún hay camino por recorrer” para garantizar la inclusión real y efectiva de todo el alumnado y asegurar la equidad real de ambos colectivos.
Para conseguir una escuela inclusiva y mejorar la respuesta a la diversidad, el plan gira en torno a dos focos de trabajo. El primero se refiere al refuerzo de las competencias profesionales y herramientas pedagógicas del personal docente para mejorar dicha respuesta y el segundo se refiere a reforzar la coordinación con la red sociosanitaria. También recoge el impulso de un Pacto Social contra la Segregación, el refuerzo de los programas de apoyo al alumnado fuera del horario lectivo, contratos-programa para los centros de alta complejidad educativa o la aprobación del III Plan Marco para el Desarrollo de la Escuela Inclusiva. También se proponen cambios en temas como la digitalización, el bienestar emocional o la coeducación.