El acusado de abusar sexualmente de su prima, cuando tenía 15 años y de la que había asumido temporalmente su guarda y custodia, se ha declarado inocente en el juicio contra él, celebrado este lunes en la Audiencia Provincial de Cantabria, en el que ha negado que tuviera "ningún tipo de contacto" con la víctima "más allá" de la relación familiar entre ambos.
Sin embargo, la joven -que ahora tiene 17 años- se ha ratificado en la denuncia (un episodio de tocamientos y otro de violación), aseverando que siempre se habían llevado "muy bien" por lo que "nunca" se esperó una "reacción" así de él: "Me quedé bloqueada, con la mente en blanco", ha expresado para justificar que accediera a sus pretensiones. "Estaba sumisa", ha apostillado.
Ambos han declarado así en la vista oral, ante la Sala de la Sección Tercera de la AP, y en la que las partes han elevado a definitivas sus conclusiones provisionales, manteniendo la fiscal y la acusación particular su petición de 17 años de cárcel por dos delitos de agresión sexual a menor de 16.
Según sus testimonios y los de otros testigos, los hechos denunciados ocurrieron en Santander entre el 8 de febrero y el 21 de marzo de 2023, cuando la madre de la denunciante y tía del denunciado viajó a Suiza y el procesado se quedó al cuidado de la menor.
De acuerdo con la fiscal y la denunciante, el acusado aprovechó la relación de parentesco para, una de las dos noches en las que se quedó a dormir en el piso de ella, entrar en su habitación y besarla. La joven ha dicho que se quedó "impactada" porque no se esperaba una "reacción" así de él, pues siempre había sido "buena persona" con ella. Ha explicado que accedió porque estaba "nerviosa".
Y como estaba "aterrorizada", accedió a quitarse la ropa y al resto de peticiones, como penetrarla: "Me quedé bloqueada, con la mente en blanco. Estaba sumisa", ha expresado, antes de precisar que fueron "dos minutos" y que no podía durar más porque él estaba operado.
Ha añadido que el acusado le dijo que no contara a nadie lo ocurrido porque le podía "perjudicar" y, también, que tras el primer hecho ella se fue unos días a Salamanca a casa de unos familiares por temor. El segundo episodio tuvo lugar en casa de una tía común a la que ambos fueron invitados a comer, en un momento en el que se quedaron solos en el salón y él comenzó a tocarla por debajo de la ropa, ofreciéndole incluso dinero para un contacto sexual. "Yo le dije que no quería nada y me fui", ha indicado la víctima.
Según han relatado tanto ella como su madre, interpusieron la denuncia cuando la segunda regresó de su viaje y acudieron juntas a la Policía, que trataba de contactar con ella para notificarle que la menor estaba faltando a clase. Una vez en comisaría, la joven lo contó "todo" y desde entonces está en tratamiento psicológico: "He intentado suicidarme porque no aguanto", ha expresado.
Y al igual que su progenitora, ha puesto de manifiesto ante la Sala que están recibiendo "amenazas" por parte del denunciado y su entorno para que se mantuviera "callada".
ES FALSO
El acusado ha negado los hechos que se le imputan y se ha declarado inocente. Ha admitido que se quedó al cuidado de la menor y que durmió "dos noches" en su casa, pero no que la besara, los tocamientos o que mantuvieran relaciones: "Eso es falso", ha zanjado.
Así, ha dicho que no se produjo "ningún tipo de contacto" entre ambos "en ningún momento", ya que han tenido una "relación de primos" y "más allá de eso no" ha habido nada. Y donde supuestamente tuvieron lugar los hechos "siempre había más personas" y nunca hubo una "oportunidad" en la que se quedaran solos.
El procesado, médico de profesión y operado del pene en las fechas de los hechos enjuiciados, ha afirmado que "jamás" ha tenido "un pensamiento lascivo" hacia un menor. "Creo en Dios y en la Justicia. Seguro que ustedes han visto la verdad delante de sus ojos. Soy inocente", ha manifestado durante el derecho a la última palabra.
HERENCIA Y AMENAZAS
En el juicio también ha testificado la madre de la denunciante y tía del denunciado. Además de corroborar su viaje al extranjero y la petición a su sobrino de que se quedara al cuidado de su hija, ha señalado que comunicaba con ella todos los días y que la notaba "callada". Al llegar, la encontró "muy extraña" y a él, "muy nervioso".
Además, ha dicho ser "víctima de amenazas" -de muerte, según ha indicado- por parte del entorno del procesado con motivo de este pleito, y ha rechazado al respecto que tuvieran problemas "de ninguna índole", tampoco de herencias -por la venta de una casa en Colombia, su país de origen-, como han puesto de manifiesto otros testigos.
Es el caso de la tía del denunciante y denunciado, donde habría tenido lugar el segundo episodio juzgado, y que si bien no vio ninguna situación de "tensión" entre ambos por esos hechos, sí ha indicado que las madres de ambos tenían "mala relación" por una herencia, extremo que ha corroborado su pareja, tildando de "tensa" dicha relación: "Siempre se han llevado mal por la herencia".
Por otro lado, una joven, entonces amiga de la víctima, ha testificado que la denunciante le contó "llorando" que "su primo la estaba intentando tocar", ante lo que la aconsejó que hablase con su madre y lo denunciase.
Y a propuesta de la defensa, ha comparecido la mujer del procesado y prima de la víctima que, según ha manifestado, le comentó que iba a denunciar a un chico que la había "ignorado" tras salir juntos y mantener relaciones. "La vi muy decidida" y dispuesta a "hacer lo que sea", más teniendo en cuenta que consideraba que en España "vale" más la palabra de una mujer que la de un hombre, según ha comentado.
Finalmente, los forenses que examinaron a la menor, y que no entraron a valorar su credibilidad, han descartado que padezca una psicopatía o trastornos que pudieran afectar a su declaración o a la veracidad de la misma. Han ratificado que padece síntomas y secuelas compatibles con un trastorno de estrés postraumático, ocasionado por un "evento agudo". Y del acusado, han señalado que la intervención a la que se sometió no impide que pueda tener relaciones, aunque se recomienda que no o, en su caso, que use protección.
CREDIBILIDAD O INVENCIÓN
Practicada toda la prueba, la fiscal ha mantenido su petición de 17 años de cárcel e indemnización de 10.000 euros por dos delitos de agresión sexual a menor de dieciséis al considerar que no hay "ninguna prueba" que "reste credibilidad a la víctima", como que su madre tuviera mala relación con familiares del acusado. También ha rechazado "historias que no tienen nada que ver" con lo denunciado para "tratar de desvirtuar el testimonio de la menor".
Por su parte, la acusación particular ha subrayado la persistencia y coherencia de la declaración de la chica, que denunció "espontáneamente" lo sucedido, para "sorpresa" de su madre y de la Policía, y que "siempre" ha manifestado lo mismo. A lo anterior ha sumado las testificales y periciales, para indicar que "todo conduce que estos hechos se produjeron como se denunciaron", y que el trastorno que padece la joven es "por esta situación y no por otra".
Pero para la defensa, las manifestaciones de la víctima "no tienen un pase", pues hay cosas que "no encajan" y "no cuadran", en tanto que otras son "mentira" o "falso". "Se coja por donde se coja, la declaración de la chica es insuficiente para destruir la presunción de inocencia", ha dicho, para sentenciar que "se lo ha inventado conforme van desarrollándose los acontecimientos".