La movilidad sostenible pasa por fomentar el uso de la bicicleta, pero en los últimos años se ha dado de frente con una problemática que limita su utilización: los robos, o más bien la percepción de los niveles de sustracción que se tiene de ellas. Para ello, un informe pionero, presentado este lunes en Donostia, aboga por endurecer la normativa y establecer a las bicicletas como vehículos en el Código Penal y conseguir, de este modo, una persecución más eficaz.

“La actual norma en relación a la sustracción de bicicletas se centra en el objetivo del delincuente y no en su impacto”, ha revelado Esther Arroyo, experta en movilidad ciclista y autora, junto a Jenny Douch, del estudio Sustracción de bicicletas particulares en el Estado, que presentó en el Centro de Recursos Ambientales de Cristina Enea dentro de una jornada técnica organizada por Zikloteka. 

En la actualidad, aunque la bicicleta es un vehículo para la Ley de Seguridad Vial, no lo es para el Código Penal, que lo califica como objeto, lo que limita su potencial delito. De este modo, llevarse una bicicleta en contra de la voluntad de su dueño puede ser un hurto, un robo o una mera sustracción, según cómo se haya llevado a cabo y con qué finalidad, pero no siempre será un delito. Mientras que el hurto –el apoderamiento de la bicicleta con ánimo de lucro– y el robo –hacerse con ella a través de la violencia o la intimidación– lo es, la mera sustracción –sustraerla sin ánimo de apropiarse de ella, aunque se utilice durante varios días– no.

Es necesario cambiar la norma e introducir la bicicleta como vehículo de movilidad para garantizar una mayor seguridad. Existen muchos agujeros en el conocimiento de la normativa”, explicó Arroyo, apuntando que, aunque la cifra de robos de bicicletas no apunta a esa dirección, la percepción general de la ciudadanía es que se dan muchas sustracciones y, por ello, deciden no utilizarlas.

A este hilo, diversos informes recientes indican, por ejemplo, que el miedo a que les roben la bicicleta se incrementa en el paso de la escuela a la universidad o que las que mayor temor tienen son las personas mayores y las mujeres. “Los hurtos están cada vez más controlados porque se ha hecho un mayor esfuerzo policial a través de las redes sociales para encontrar bicicletas sustraídas puestas a la venta online”, apuntó la experta que, no obstante, indicó que existe un aumento del crimen organizado en bicicletas de alta gama

Sistema de datos

El estudio ha sido elaborado a partir de diferentes informes desarrollados en los últimos años en torno a sustracciones de bicicletas, así como el Barómetro de la Bicicleta del pasado año, en el que destaca que el 14,3% de los encuestados aseguraron haber sido víctima de un robo en los últimos cinco años.

No obstante, las autoras del estudio advirtieron de la necesidad de establecer un sistema de recogida de datos detallados y de recuperaciones de bicicletas, ya que los facilitados por el Gobierno español “no tienen sentido”, con ejemplos como que el pasado año en Euskadi solo hubo un robo de este tipo o que el porcentaje del total de bicicletas robadas en el Estado es de 0,04% frente al 2,13% de Francia.