Contar con un título de euskera (B2 o C1) es condición sine qua non para aprobar o ascender en las listas de la mayoría de las oposiciones. Por eso cada año son muchas las personas que recurren a internet para intentar lograr el título por la puerta de atrás y se arriesgan a pagar a alguien para que, suplantando su identidad, realice el examen por ellas. “Getxo. Necesito hombre para examen euskera C1. Se paga bien: 8.000 euros”. “Bilbao. Busco una chica para hacerme el examen escrito de C1 de euskera , entre 25-30 años. Bien pagado”. Estos son solo dos ejemplos de los numerosos anuncios que salpican conocidas plataformas como Milanuncios o Wallapop, alimentando la leyenda negra sobre la existencia de un mercado negro en los exámenes de HABE. Pero este supuesto mercado negro es eso, un mito.
Según la consejera de Cultura y Política Lingüística, Ibone Bengoetxea, es prácticamente imposible suplantar la identidad de un aspirante que se presente a un examen de HABE. No obstante, si alguien fuese detectado intentando burlar los controles de seguridad de las pruebas sería denunciado directamente ante la Ertzaintza y se expondría a una pena de seis meses a tres años de prisión por el delito de suplantación de identidad y fraude. Bengoetxea informó ayer de que no se ha detectado ninguna suplantación de identidad en la prueba escrita de la convocatoria abierta y los exámenes de acreditación para euskaltegis que se han celebrado del 8 al 10 de mayo en Landako Gunea de Durango, Ficoba de Irun y Buesa Arena y Euneiz de Gasteiz.
Bengoetxea señaló que en estos exámenes “hay siempre un control en el acceso, en el que la persona acredita ser quien es a través de mostrar su documento de identidad” y además se debe dejar el DNI sobre mesa y a la vista durante toda la prueba escrita. Pero es que en el examen oral no hay espacio para el fraude porque el examinado está a escasos centímetros del equipo examinador. Bueno, a no ser que suplantador y cliente se parezcan como dos gotas de agua. Aun así, hay quienes lo intentan, y son pillados.
Eso sucedió “recientemente” en otra convocatoria y el caso acabó en la comisaría. La consejera afirmó que en ese caso se produjeron “serias dudas” de que una de las personas que participaban en la prueba “fuera quien decía ser”. “Lo que se hace siempre es poner el caso en conocimiento de la Ertzaintza para que realice las oportunas investigaciones”, explicó Bengoetxea tras lo que señaló que estas prácticas constituyen “un fraude”.
Trampas a parte, cada vez con más las personas que se examinan de euskera. En la convocatoria de este año se han inscrito 17.712 personas, un 6,14% más que el año pasado y un 17,3% más que hace dos. Bengoetxea afirmó que el Gobierno “seguirá por este camino”, dado que “el euskera es una lengua capaz de multiplicar las oportunidades para conectar con nuevas personas, nuevas realidades, con la cultura y también, oportunidades laborales”. “El conocimiento de la lengua es indispensable para dar el salto cualitativo que buscamos para su uso social; paso a paso, creemos que este es el camino”, añadió.