Algo inédito, la antesala del caos, en una Gipuzkoa privilegiada, que recuperó la luz al menos, pese a los importantes problemas de comunicaciones que se sucedieron a lo largo del lunes en diferentes comarcas y momentos, en un tiempo récord en la mayoría del territorio. Aunque algunas localidades no volvieron a la normalidad hasta bien entrada la tarde o la noche. Gipuzkoa se repuso pronto gracias a la energía proveniente de Francia, mientras en el Estado español cuatro comunidades autónomas como son Andalucía, Extremadura, Madrid y Murcia, tuvieron que solicitar la activación del nivel tres de emergencia y pasaron a ser gestionadas por el Gobierno central, mientras medio país seguía sin electricidad.
No hubo tiempo para que se desatase el caos y el pánico, porque en algunas zonas de Gipuzkoa, especialmente en Donostialdea y Bidasoa, la electricidad se restableció en apenas media hora. Pero sí para la paranoia en zonas como Goierri y Debabarrena, donde el suministro de luz tardó más de dos horas en recuperarse. Y en algunos puntos concretos del territorio, bastante más.
A las 18.30 horas, el Gobierno Vasco anunció que se habían recuperado ya el 84% de los suministros de Euskadi: prácticamente la totalidad de Araba, el 88% de Gipuzkoa y el 78% de Bizkaia. A las 21.00 horas, en España se había recuperado aproximadamente solo el 35% de los suministros.
Entre las zonas donde a las 18.30 horas seguían sin electricidad, destacan Eibar, Elgoibar y sobre todo Mendaro y Deba, que seguían sin luz al cierre de esta edición.
Apagón completo
Fue un apagón completo y total en toda la Península Ibérica y parte de Europa; una “crisis eléctrica” que, ya con la situación estabilizada en muchas zonas del territorio, derivó en la caída de las redes de telecomunicaciones y la imposibilidad de comunicarse por teléfono, WhatsApp, Telegram u otros servicios de comunicaciones en algunas zonas del territorio por la tarde.
Por momentos, a algunos se le vinieron escenas de la serie Apagón, un drama en toda regla en el que una tormenta solar aboca a la población a diseñar una vida sin electricidad que, en apenas una hora, ya pudimos vislumbrar como angustiosa.
Muchos rescates en ascensores
El servicio foral de bomberos recibió en menos de media hora entre 30 y 35 avisos de emergencia, a los que se sumaron otras varias a los Bomberos de Donostia. El 80%, aproximadamente, para rescatar a personas que se habían quedado atrapadas en ascensores a lo largo y ancho de Gipuzkoa. Las incidencias se solucionaron “rápidamente”, según los bomberos de la Diputación foral.
También los bomberos de Donostia tuvieron que rescatar a unas 15 personas atrapadas en ascensores durante la media hora que duró el apagón eléctrico en Donostialdea, la zona que antes se recuperó.
Los equipos de extinción se reforzaron en los parques de bomberos en vista del alcance del apagón, pero la pronta recuperación de la normalidad evitó que se tuvieran que destinar más recursos.
Restauración progresiva
La electricidad se restableció en Donostialdea y buena parte del territorio apenas 40 minutos después del apagón, que se registró hacia las 12.30 horas, y a partir de las 13.10 fue recuperándose progresivamente. No en todo Gipuzkoa. La luz se hizo hacia las 13.30 en Tolosaldea y partes de Debagoiena, aunque costó más en Oñati. No todos tuvieron la misma suerte.
En Goierri, por ejemplo, la electricidad no volvió hasta las 14.56. Y en Deba, pasadas las 16.00 horas, seguían sin suministro eléctrico. En puntos de Hernani, incluso más tarde. Varias horas sin luz que generaron una situación de auténtica incertidumbre, mientras que ya la mayoría del territorio había recuperado la electricidad, y mantenía las neveras y congeladores fríos, una preocupación extra para establecimientos hosteleros y hogares, que con las temperaturas medio veraniegas de estos días no tenían margen para mucho más.
Energía francesa
Red Eléctrica Española (REE) aseguró que las incidencias del apagón se alargarán durante varias horas todavía. Y, de hecho, ya con la luz restablecida, en muchas zonas de Gipuzkoa se registraron caídas y problemas en los servicios de telefonía e Internet.
REE afirmó que el apagón se produjo por “una oscilación muy fuerte de potencia” que provocó “desconexión del sistema europeo” a las 12.33 horas. Por su parte, la Comisión Europea señaló que “no hay indicios de boicot o ciberataque”, una opción que fue barajada durante varias horas sobre todo en Portugal, país que también se vio afectado por el apagón. Mientras el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, no descartó ninguna hipótesis.
El Gobierno Vasco, por su parte, activó la Mesa de Crisis y el consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, señaló que “se había logrado restaurar el suministro en el 80% de Gipuzkoa ya a primera hora de la tarde, gracias a la energía llegada desde Francia.
Hospitales y residencias
La Diputación de Gipuzkoa hizo balance de la afección del apagón en sus servicios. Y señaló que en las residencias de personas mayores, el apagón llegó a la hora de la comida, pero precisó que “la mayoría de residencias” cuentan con grupos electrógenos que permitieron ofrecer el servicio con normalidad.
Los mismos grupos electrógenos que permitieron mantener la actividad con “normalidad” en el Hospital Universitario de Donostia (HUD). En la Policlínica Gipuzkoa, según varios testigos, se anularon varias consultas, pero los quirófanos funcionaron pese al apagón, también gracias a los equipos electrógenos de emergencias.
Sin semáforos, pero con peajes
En las vías de alta capacidad que gestiona la Diputación a través de Bidegi, el ente foral informó de que no se produjeron incidentes reseñables en ninguna de las vías (AP-1, AP-8, A-636, A-15). En los túneles, unas de las infraestructuras más sensibles, funcionaron con éxito los sistemas de emergencia de alumbrado, señalética, seguridad y energía. Se trata de sistemas que exige la propia normativa europea en términos de seguridad para estas infraestructuras, y permitieron que los túneles no colapsaran.
Los sistemas de reserva y sustitución energética de la propia red viaria de alta capacidad se activaron rápidamente, según informó la Diputación, y pudieron funcionar “con normalidad” las señalizaciones, peajes y sistemas de seguridad.
Sí se produjeron algunas “incidencias puntuales en la salida Bergara Sur de la AP-1, según confirmaron fuentes oficiales de la Diputación. Pero también estas incidencias se solucionaron “en pocos minutos”.
Fábricas paradas
Fábricas absolutamente paradas en todo Gipuzkoa y afecciones importantes en las mismas. Grandes y pequeñas, sin distinción. Bancos y entidades financieras a oscuras y sin funcionar. Tiendas salvando los muebles como podían, cada una en su medida, cobrando en efectivo en aquellos casos en los que era posible. Bajando persianas en otros porque sencillamente no funcionaban las cajas registradoras.
Gipuzkoa sin semáforos, sin gasolineras en marcha, ni transporte púbico, muy afectado. En las localidades y ciudades con Policía Municipal, aquellas que tienen más de 5.000 habitantes, los agentes locales tuvieron que hacer un esfuerzo extra en la regulación del tráfico. Por suerte, esa situación de tensión máxima sin nada de electricidad duró poco en Gipuzkoa, y es lo que más lastra a otras zonas del Estado español.
Renfe vio interrumpido el servicio de trenes en toda la red estatal. No pudieron circular ni los trenes de Cercanías, ni los de media y larga distancia; y también en EuskoTren, en el Topo y la línea Donostia-Bilbao se suspendió el servicio durante el apagón y horas después.
Varias personas tuvieron que ser desalojadas de trenes, tanto en Gipuzkoa como en Bizkaia. Y los operadores advirtieron de que podría llevar un tiempo restablecer el servicio con normalidad debido a la dificultad para restablecer el suministro de alta tensión necesaria para la circulación ferroviaria.
En los aeropuertos, la situación también fue caótica. Cuanto más grande, peor. En Barajas, por ejemplo, algunos pasajeros tuvieron que esperar tres horas para recoger el equipaje facturado y las colas para acceder a un taxi, en ausencia de trenes, llegaron a ser kilométricas. Aunque los aviones sí operaron con normalidad en líneas generales, aunque el vuelo de Madrid a Hondarribia a las 20:50 horas fue cancelado.
El transporte por carretera no se vio tan lastrado, y aunque los autobuses podían circular con relativa normalidad (los eléctricos mantenían carga suficiente aún y los de combustión no se vieron afectados, lógicamente), las afecciones fueron numerosas en las estaciones, como es el caso de la de Donostia.
Las radios, en los coches, fueron un oasis en momentos críticos. Los datos móviles y las redes de telefonía aguantaron bien durante las primeras horas, pero cayeron ya por la tarde, cuando en Gipuzkoa ya había vuelto la luz. En definitiva, todo aquello que funcionaba con batería o combustible fósil, aguantó este envite que, por momentos, generó zozobra y mucha inquietud en sectores como la industria, y el sector terciario.
Hacienda, K.O. en Eibar
La Diputación también informó de que el apagón duró “algo más de una hora” en las oficinas para la Declaración de la Renta mecanizada. Y que las oficinas se fueron recuperando progresivamente, salvo la de Eibar, donde se quedaron sin poder hacer la declaración 37 contribuyentes y se pospusieron 110 citas. Tampoco se pudo atender en los servicios municipales durante el apagón, según confirmaron fuentes del Ayuntamiento de Donostia. La situación fue idéntica en todo el territorio, con la diferencia de que en Donostia el apagón duró menos que en la mayoría.
En los centros escolares, aunque no pudieron sonar los timbres en muchos colegios durante el apagón, algunos improvisaron sistemas para anunciar el fin de la clase y el comienzo de otras, y se funcionó con relativa normalidad.
Tampoco se vieron afectados los servicios de comidas en estos centros, caterings en muchos casos que ya tenían los menús preparados, mientras que en los centros que cocinan in situ, los fogones se mostraron como un seguro de vida en esta era digital. l