Las agresiones físicas y verbales a los sanitarios no son cosa nueva. Siempre las ha habido. Hubo un tiempo incluso en el que ante las denuncias, los propios jueces se mostraban más tolerantes con actitudes y comportamientos de pacientes que podían estar un estado de ansiedad o estrés, en un servicio de Urgencias, por ejemplo.
Sin embargo, también hubo situaciones que marcaron un antes y un después y desde 2015, agredir a personal sanitario de la Administración pública está considerado como delito condenado con penas de cárcel de entre uno y cuatro años y multas entre tres y seis meses. “Todo ha cambiado mucho”, asegura Susana López de Altuna, la directora general de Osakidetza.
“Desde 2015 agredir a un profesional sanitario tiene la consideración de delito contra la autoridad”
Son 22 años ya con un protocolo contra las agresiones a sanitarios en Osakidetza. “Nosotros fuimos los primeros que pusimos en marcha en el 2003. Al principio, era un protocolo simplemente de notificación. Luego lo fuimos mejorando, enviando a la gente a Salud Laboral, porque hay gente que necesita cogerse una baja”, señala la responsable del servicio público vasco de Salud.
"Animamos a que se notifique más"
Algunas agresiones, asegura la directora general, son notorias y evidentes. También las hay más difíciles de demostrar, e incluso algunas que difícilmente pueden llevarse con solvencia a un tribunal. El servicio de asesoría jurídica de Osakidetza guía a los profesionales que informan de una agresión; la consigna es clara: “Animamos a que se notifique”.
“Fuimos pioneros y hoy tenemos un protocolo absolutamente eficiente. Siempre se puede mejorar, pero Osakidetza siempre ha tenido clara la política de tolerancia cero ante cualquier agresión física o verbal de cualquier tipo. ”, asegura López de Altuna.
Aún así, sigue habiendo obstáculos para denunciar ante la Justicia. “Ten en cuenta que el procedimiento penal es el que es; la denuncia es personal. Osakidetza no puede ponerla, aunque canalice el proceso. Y eso es a los que todavía les echa un poquito para atrás a los profesionales sanitarios. Porque luego en un juicio se tienen que ver la cara el agredido con el agresor”, lamenta López de Altuna.
“Siempre hay margen de mejora, pero tenemos unos protocolos que son referentes y que se están actualizando constantemente”
Pero los avances son muchos en 22 años. “Ha cambiado la prevención de riesgos, ha cambiado la sociedad, el personal de Osakidetza”, asegura la directora general de Osakidetza, lo que ha provocado actualizaciones del protocolo en 2019, 2021 y la última en 2023. De hecho, ha habido cambios en la legislación que han hecho que se tenga que actualizar el protocolo. “En 2015, sin ir más lejos, se aprobó el protocolo de actuación frente a la violencia en el trabajo de la Administración General del Estado”, explica.
Sistema "efectivo"
El resultado de todo ello, sostiene López de Altuna, es un sistema “efectivo”. Por supuesto, añade, “siempre hay margen de mejora, pero tenemos unos protocolos que son referentes y que se están actualizando constantemente. Y prueba de ello son los datos registrados, que están en constante aumento, que no quiere decir que las agresiones se hayan incrementado. De hecho, en asesoría jurídica hemos tenido épocas terribles y ahora está más estabilizado”, señala: “Un profesional nuestro no tiene por qué soportar ningún insulto, ninguna vejación. Este tema siempre ha estado en nuestro radar”.
Hay agresiones que “no hace falta ni demostrarlas”, asegura López de Altuna. Primero por la “credibilidad del profesional sanitario”, pero también en muchos casos se producen “gritos” y situaciones desagradables de las que hay testigos. Aún así, la “agresión física siempre es más fácil de demostrar”, admite.
Y algunos casos son realmente graves. Situaciones en las que los profesionales requieren que les den la baja. Por ejemplo, de enero a diciembre de 2024 se presentaron para defensa jurídica un total de 39 casos: “19 son médicos, 7 son enfermeras, 9 son auxiliares de enfermería y 4 son auxiliares administrativos”. De todos ello, 16 son casos donde ha habido asesoramiento jurídico, pero en los que las personas agredidas no han querido interponer denuncia”, explica. Sólo 23 lo han hecho.
“Se ha ampliado el uso de de botón personal en áreas de psiquiatría, urgencias, red de salud mental y atención domiciliaria”
“Nosotros lo que no podemos es obligar a la gente a que denuncie, pero sí podemos ayudarles a que vayan a Salud Laboral para que les ayuden. De hecho, siempre les remiten a la asesoría jurídica y luego la gente decide lo que quiera”, concluye López de Altuna.
entornos controlados La directora general de Osakidetza indica que en “los servicios de urgencias, que son los servicios más sensibles, desde luego tenemos personal de seguridad”, y que “se ha ampliado el uso de una herramienta de botón personal en áreas de psiquiatría, urgencias, en la red de salud mental y atención domiciliaria, que es también un servicio en el que se registran bastantes casos”.