Los hombres, independientes, fuertes y decididos; las mujeres emocionales, empáticas y sensibles. ¿Una descripción del siglo XX? No, del XXI. ¿Una calificación de baby boomers? No, de la generación Z. Los estereotipos viejunos, los clichés machistas y rancios, los arquetipos del amor romántico, y el control siguen muy presentes entre los jóvenes actuales, tal como constata una investigación del Ararteko entregada ayer a la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria.

El estudio Actitudes machistas entre la población adolescente y joven de Euskadi revela que las personas jóvenes siguen lidiando con estereotipos de género. Así, aproximadamente un 28% de los hombres y un 15% de las mujeres consideran que los celos son una prueba de amor, lo que indica que muchos de ellos y ellas ven estos comportamientos controladores como normales y aceptables en una relación.

Otro dato significativo es que casi el 18% de los jóvenes varones considera “normal” revisar el móvil de su pareja. El machismo está asumido hasta el extremo de que la mitad de los chicos piensa que las chicas son capaces de dar más cariño que ellos.

Así las cosas, “los imaginarios tradicionales sobre la masculinidad y la feminidad que siguen presentes en la sociedad son en buena medida asumidos también por las personas jóvenes. Distinguen claramente las cualidades que les parecen más propias de un sexo que de otro”, indica la investigación.

Pero, ¿qué pasa para que los varones jóvenes, testigos de movimientos como el #MeToo, den la espalda al feminismo? El informe pone de manifiesto que “la igualdad cuenta con una amplia aceptación entre esa generación, pero el feminismo no ha conseguido conectar con una buena parte de la juventud, especialmente con los hombres jóvenes. Así, es habitual que asocien el movimiento feminista con consignas y mensajes que consideran excesivamente radicales”.

El Ararteko constata algunas cuestiones tópicas como la segregación por sexo en los itinerarios profesionales y laborales ya que, por ejemplo, los estudios de Salud tienen un 77% de mujeres, mientras en los de Ingeniería, apenas hay un 29% de féminas. También observa un desequilibrio en el reparto de tareas domésticas y de cuidados, y una presión más marcada hacia las chicas en lo relativo al atractivo físico.

Discriminación de una opositora

  • Embarazada. El sindicato LAB ha denunciado ante el Ararteko la discriminación sufrida por una trabajadora embarazada de la residencia municipal de Basauri, a quien se le ofreció hacer un examen en un hospital el mismo día en el que iba a dar a luz. Esta empleada, que había encadenado contratos temporales en la residencia de Basauri, se había presentado a un proceso de estabilización para el puesto de auxiliar de enfermería. Al prever que la fecha de la prueba, el 12 de septiembre, podría coincidir con la del nacimiento de su hijo, la mujer se puso en contacto con el tribunal, que sólo le permitió la posibilidad de someterse a los exámenes en el hospital, en la misma jornada en la que le iba a ser inducido el parto. Tras considerar que no representaba una alternativa “digna” para poder someterse a las pruebas, la mujer acordó no llevarlas a cabo. LAB ha requerido al Ararteko que favorezca que se restablezcan los derechos de la trabajadora, que han sido vulnerados, de forma que pueda optar a obtener una plaza.


Pornografía

Las relaciones afectivas y sexuales aparecen, de nuevo, como un ámbito de desigualdad. Porque los jóvenes acceden a la pornografía “a edades cada vez más tempranas”. El estudio indica que este primer contacto con la pornografía se produce a una edad media de 12 años y medio, y que los chicos jóvenes consumen un 20% más de contenido pornográfico que las chicas.

No en vano, la principal fuente de información sobre sexo para la juventud es Internet, seguido de las amistades y el profesorado, mientras que la familia ha quedado relegada.

Entre muchos jóvenes existe también una especie de normalización, por ejemplo, de valores que tienen que ver con las relaciones tóxicas o la violencia. De hecho, el estudio también revela que la mayoría reconoce la violencia machista contra las mujeres como un problema social de primera magnitud, aunque las diferencias por sexo son significativas: un 74% de las chicas lo considera así, pero no llega al 50% de los varones.

Ante un cambio social que no acaba de consolidarse, el Ararteko, Manu Lezertua, ha realizado varias recomendaciones a las administraciones. La primera, acercar el feminismo a la juventud a través de mensajes más pedagógicos, que expliquen realmente qué es el feminismo y cuál es su lucha.

Todo con una pedagogía innovadora para divertir y atraer. Sobre todo, con mensajes que se planteen en clave positiva, e inviten a un mayor alineamiento y a tejer alianzas entre chicas y chicos.

La segunda recomendación es que las administraciones vascas pongan mayor énfasis en el cuestionamiento de los estereotipos sexistas. Así, propone que se introduzcan valores éticos en la educación sexual que se imparte en la formación reglada, de manera que sea “una educación integral, no solo fisiológica de cómo funciona nuestro cuerpo”.

Asimismo, para lograr que el mensaje de la igualdad cale en la juventud, aconseja actuar en espacios de ocio en general, y en especial el deporte, que pueden ser ámbitos clave para la juventud ya que en estos contextos se aprecian de manera marcada las brechas de igualdad.

La cifra

74%

El 74% de las vascas de entre 14 y 29 años considera que la violencia machista es un problema social de primera magnitud, mientras que en el caso de los chicos de esa misma franja de edad, apenas un 50% lo ven como tal, según el informe del Ararteko.

Violencia machista

Se banaliza

“Inherente a las relaciones”.

No a todas las formas de violencia contra las mujeres se les atribuye la misma importancia, y algunas de ellas “tienden a trivializarse o se considera que son inevitables, inherentes a las relaciones entre chicos y chicas”.

Internet

Y redes sociales.

El intenso uso que hacen las personas jóvenes de las redes sociales y de Internet les hace especialmente vulnerables a esta forma de violencia machista, por lo que tienden a banalizar este tipo de conductas.

Pedagogía

Mensajes igualitarios.

El Ararteko aconseja difundir mensajes “que cuestionen la banalización de la violencia machista”, así como reforzar la lucha contra esta violencia que se ejerce en redes.