El cambio de paisaje lingüístico en Peralta es ya una realidad y este mes la localidad pasará a tener todas sus calles rotuladas en bilingüe, en castellano y en euskera, una decisión que salió adelante en pleno con los votos favorables de UPEI y el PSN y la negativa de UPN, y que este mediodía han ratificado en un encuentro en el que han participado, además del alcalde del municipio Juan Carlos Castillo, y varios ediles de la corporación municipal, representantes de localidades que también están inmersos en este proceso o que ya lo han llevado a cabo como el alcalde de Sartaguda, José Ignacio Eguizábal (cambiaron el nombre de las calles en 2021); el alcalde de Ujué, Rubén Sánchez, y el edil de Miranda, Óscar Aoiz, localidades que van hacerlo próximamente; y la representante de Agerraldia, Haizea Lizarbe. Al acto no ha podido acudir representación de San Martín de Unx, que se sumará próximamente, y de Lodosa, que modificó las placas en 2022.
Se trata, han recalcado, de un paso más en la normalización del euskera en la zona y las 246 placas que se van a colocar, así como su instalación, ha supuesto un coste de 15.900 euros del que el Consistorio recibirá una subvención del 85%. “Es un avance en el reconocimiento de la lengua propia de Navarra, es una cuestión cultural en una localidad que, desde hace décadas, luce con orgullo un cartel en el que se lee Azkoien y que siempre ha tenido a gala el hecho de tener el nombre de nuestro pueblo también en euskera”, ha apuntado Castillo.
Un idioma que debe unir
Ante las críticas vertidas por los regionalistas, “no creemos que sea necesario justificar esta decisión. No se trata de ninguna imposición porque los nombres de las calles seguirán estando en castellano; se da un servicio más. Esta apuesta da cabida a una demanda de una parte de la población local y también lo hacemos para contribuir a poner en valor el euskera como navarros y navarras, como una parte de nuestra forma de vida, de nuestra cultura, de nuestra historia y que va en línea con la Ley Foral del Euskera que reconoce al euskera como lengua propia de toda Navarra, aunque solo sea oficial en parte de ella; en la zona vascófona. Es de suma importancia entender bien el espíritu de esta Ley ya que, además de la protección de la lengua, habla del desarrollo y fomento del euskera en toda Navarra. ¿Acaso a alguien en su sano juicio se le ocurriría quejarse porque se ha añadido la rotulación en braille o porque se ha modificado la cartelería para excluir el lenguaje sexista? El euskera es una lengua propia y nos debería unir y no separar”.
El alcalde, además, ha reiterado que “somos conscientes de donde vivimos y de la utilización que hay del euskera, pero también sabemos que una parte de la población está aprendiéndolo, como es el caso de los niños y niñas en los modelos A y D del colegio público. Utilizar el euskera como arma arrojadiza define a quien quiere hacerlo así”.
Para terminar, ha agradecido el trabajo de Euskarabidea y Euskaltzandia a la hora de la traducción.
Desde Agerraldia, Haizea ha felicitado a los Ayuntamientos porque “son pequeños pasos en la normalización del euskera en la zona, pero pasos que hacen avanzar” y ha animado a otros a sumarse a este cambio.