El culebrón del gaztetxe de Zestoa parece haber llegado a su fin, después de que el alcalde, Mikel Arregi, y representantes de Zestoako Gazte Asanblada, hayan anunciado este martes un acuerdo del que aún se están ultimando los detalles y que llevará a los jóvenes del gaztetxe a abandonar en los próximos días el local del Obispado que llevan okupando desde hace casi dos años. Se mudarán al local que alberga el bar del jubilado, ubicado en la casa de cultura de Zestoa. Será ahí donde se ubique el nuevo gaztetxe, un local que ya cuenta con insonorización y al que se le harán algunas obras añadidas para poder albergar conciertos.
Dadas las circunstancias, la solución que ha explicado este martes el alcalde Mikel Arregi ofrece una salida pacífica a un problema enquistado que en los últimos meses ha enrarecido el ambiente en el pueblo. Las tres partes salen ganando: el Obispado pone fin a la okupación de su local; el Ayuntamiento gana este espacio para uso público y Zestoako Gazte Asanblada tendrá un nuevo gaztetxe acondicionado en otras instalaciones municipales. Han sido, según Arregi, “negociaciones de meses” entre el Ayuntamiento y las otras os partes.
El Ayuntamiento quiere un kafe antzoki en la planta baja del local cedido por la Iglesia y el hogar del jubilado en la planta de arriba
El acuerdo está pendiente de ultimar detalles, pero existen documentos de compromiso, tal y como han confirmado el propio alcalde, Mikel Arregi, y la portavoz de Zestoako Gazte Asanblada Amaiur Gartzia. El primer edil ha mostrado esta mañana su satisfacción por ello. Y los gestores del gaztetxe también han dado por buena esta vía, en vista además de la nueva orden de desalojo que pesaba sobre el local okupado y cuya ejecución estaba prevista para el próximo 11 de septiembre.
La solución se ha gestado a tres bandas y aunque los acuerdos están sin firmar aún y pendientes de concretar varios aspectos, Arregi ha explicado en qué consisten: por un lado, el Obispado, propietario del local en el que los jóvenes habían montado el gaztetxe okupándolo ilegalmente, está dispuesto a ceder el inmueble para uso público.
El alcalde confía en que sea por un periodo de “20-25 años con una opción de compra” a futuro. El ojetivo sería abrir una “especie de kafe-antzoki” en la planta baja, según ha dicho Arregi en declaraciones a la radio pública vasca Euskadi Irratia, lo que supondría además una “aportación” importante para el pueblo desde el punto de vista socioeconómico. Además, el hogar del jubilado se ubicaría en la planta de arriba de dicho inmueble.
Agradecimiento a los jubilados
Por otra parte, el lugar acordado para el nuevo gaztetxe es el que hasta ahora ha sido el bar de los jubilados de Zestoa. Arregi ha agradecido expresamente a la asociación de jubilados Gurutze la premura mostrada a la hora de en salir del local y facilitar esta solución; y ha dicho que tiene la intención de reunirse en breve con el resto de agentes de la casa de cultura, que convivirán con el gaztetxe.
También quedarán en manos de los gestores del gaztetxe las oficinas que se encuentran encima del hasta ahora bar del jubilado y podrán hacer uso de ellas. Arregi alcaró que estas salas tendrán diferentes usos, pero afirmó que se realizarán algunas obras para que también puedan acoger conciertos.
"Hemos tomado la decisión de aceptar la alternativa ofrecida y salir del edificio del centro que durante casi dos años ha sido el gaztetxe del pueblo”.
El alcalde cree que este proyecto es “factible” y “viable” y ha señalado que también es posible hacer más diáfano este espacio, aunque ha explicado que todo ello llevará un tiempo. Confía en poder ejecutarlo durante esta legislatura (2023-2027).
No alargar más la situación
Amaiur Gartzia, en nombre de Zestoako Gazte Asanblada, también se ha mostrado satisfecha con la solución dada al conflicto y ha reconocido el cansancio acumulado en estos meses de tensión y negociaciones, un aspecto que ha sido tenido en cuenta también para no alargar más la situación.
No obstante, ha precisado que para despedir el local okupado en el centro del pueblo, propiedad del Obispado, se hará una fiesta de despedida en los próximos días, y luego se entregará la llave de “modo pacífico” para cerrar este ciclo.
Sobre el inmueble okupado que desalojarán los jóvenes pesaba una nueva orden de desalojo que se iba a ejecutar el 11 de septiembre
Todo parece indicar que la desokupación pacífica y voluntaria del local se llevará a cabo antes del citado día 11 para el que estaba previsto el desalojo. El pasado 19 de julio, también hubo otra orden de desalojo que finalmente fue anulada, después de que decenas de jóvenes se concentrasen en la puerta para evitar la desokupación.
En una rueda de prensa ofrecida este martes, miembros de Zestoako Gazte Asanblada han dicho que esta solución es la mejor, “vistas las dificultades” con las que tenían que lidiar en el local del centro (Elizondo). Pero criticaron la “falta de voluntad” de la Iglesia para negociar con ellos sobre el uso del local.
Han aclarado que, con cierta “pena”, “hemos tomado la decisión de aceptar la alternativa ofrecida y salir del edificio del centro que durante casi dos años ha sido el gaztetxe del pueblo”. Y han añadido que el nuevo local permite superar las deficiencias del anterior y “llevar adelante la actividad de la gazte asamblea de forma adecuada”.
6.500 euros de lastre
Gartzia ha reconocdio que han firmado un documento de compromiso en el cual aceptan “no alargar el conflicto” y abandonar el local okupado, pero recordó que en relación a dicha okupación y el proceso judicial abierto contra ellos, aún siguen teniendo que hacer frente a unos costes judiciales de “6.500 euros”, por lo que pidió a la gente que participe en las actividades organizaadas por Zestoako Gazte Asanblada para recaudar fondos.
En su opinión, “esta lucha ha sido posible gracias a la organización que hemos tejido en red” con diferentes agentes.