En los próximos años muchas comunidades de vecinos y vecinas tendrán que enfrentar un nuevo gasto con su ascensor. La nueva Instrucción Técnica Complementaria, por la cual se fijan nuevos requisitos para los elevadores, afectará a partir de la próxima revisión de cada aparato. La norma entró en vigor el 1 de julio, por lo que todas las inspecciones posteriores a esa fecha tendrán que cumplir con las nuevas obligaciones. Afectará especialmente a los lugares que tengan un elevador más antiguo o, más concretamente, a aquellos que no hayan ido aplicando los cambios en su momento. Se calcula que pueden ser la mitad del total.
Las revisiones periódicas de los ascensores, que suelen ser una vez cada cuatro años, incluyen ahora una serie de requisitos de seguridad: mejora en la nivelación, es decir, que la distancia entre la cabina y el portal sea únicamente de un centímetro por encima o por debajo; mejora del sensor de las puertas, para que este abarque todo el espacio mediante una cortina o barrera de infrarrojos y evitar así que se cierre y no haya detectado un obstáculo, por pequeño que sea; control de carga con un pesacargas, para cuando el peso de cabina es excesivo; y sistema de comunicación bidireccional dentro de la cabina, para poder pedir ayuda en caso de avería.
Eso sí, las reformas se irán produciendo durante los siguientes años, ya que las comunidades de vecinos y vecinas no tendrán que acometer ningún cambio hasta que les toque hacer la revisión obligatoria, la Inspección Periódica Obligatoria (IPO). Por ello, una comunidad que haya pasado antes del 1 de julio de este año la revisión no debe preocuparse hasta dentro de cuatro años, cuando le dirán qué reformas debe acometer, en caso de necesitarlo en base a lo establecido en el reglamento recién aprobado.
A pesar de que la nueva normativa es a nivel estatal, Javier Montero, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Gipuzkoa y Álava (CAFGUIAL), consultado por NOTICIAS DE GIPUZKOA, cree que aquí “será donde menos cantidad de ascensores estén afectados”. Y es que en Gipuzkoa muchas de las medidas que ahora se deben poner en marcha ya estaban implementadas previamente. De hecho, en la Comunidad Autónoma Vasca una ley del año 2000 ya obligaba a los ascensores a colocar la barrera fotoeléctrica de infrarrojos para evitar atrapamientos, otra de las medidas que ahora recoge la nueva normativa estatal. En opinión de Montero, los dos cambios que más afectarán al territorio serán “el sistema de comunicación bidireccional y el control de carga”.
Sin subvenciones
No se puede saber a cuántos ascensores y, por tanto, comunidades va a afectar la nueva normativa. “Los datos que se están dando son muy genéricos. Se hace un cálculo de que más o menos la mitad de los 60.000 ascensores que hay en la CAV tendrán que hacer algún cambio, pero en realidad no se puede determinar con exactitud”, explica Javier Montero.
El precio de las reformas también es muy variable. “Dependerá de lo que necesite el aparato”, asegura. “Por ejemplo, la cortina de infrarrojos para mejorar el sensor puede andar en torno a los 1.000 euros. Sin embargo, si tienes que cambiar varias de las cosas que pide la nueva normativa puede llegar hasta los 20.000 euros”, estima el presidente de CAFGUIAL. Además, es un gasto que los vecinos y vecinas tendrán que acometer en solitario, ya que “los cambios entran dentro de la Inspección Periódica Obligatoria que se debe hacer cada cuatro años”. Es decir, no hay subvenciones para estas reformas.
Joseba Martínez, gerente de Ascensores Muguerza, se muestra tranquilo ante los cambios: “La estrategia está definida y planificada para poder atender la normativa”, declaró a este medio. Tampoco les preocupa la carga de trabajo que puede conllevar, ya que no prevén “que se incremente de manera sustancial”.
Nueva documentación
Por otro lado, la nueva normativa también obliga a las compañías a tener un expediente detallado de todos los aparatos: “Ahora mismo hay muchos ascensores, algunos antiguos, que no tienen documentación, por lo que no se sabe cuál es su funcionamiento ni el tipo de instalación. Por ello, se ha dado dos años de plazo a las empresas mantenedoras para llevar a cabo un expediente completo”, informa Montero.
Esto traerá más trabajo a las empresas mantenedoras de ascensores, ya que, según confirma a este medio José Carlos Frechilla, director de la Federación Empresarial Española de Ascensores (FEEDA), “implica hacer toda una ingeniería inversa de qué ascensor es, de saber todas las modificaciones que haya tenido, las reparaciones, qué piezas son las originales, esquemas eléctricos, esquemas unifilares, cálculos estáticos, cálculos dinámicos…”. De hecho, “en algunos casos estimamos que va a ser del todo imposible el poder tener ese manual de funcionamiento perfectamente elaborado”, avisa Frechilla, ya que hay algunos ascensores de los que no se podrá recabar toda la información.
No todos los elevadores deberán hacer cambios. Además de los que ya cuenten con todo en regla, la nueva reglamentación excluye a los “ascensores históricos que son parte del patrimonio nacional”, por un lado, y a los que “por alguna consideración técnica no puedan instalar en su elevador alguna de las nuevas medidas”, informa el director de FEEDA.
Multas
Lo que no cambia es la sanción que puede acarrear no cumplir con la normativa, que pueden ir desde un mínimo de 60.000 euros hasta cantidades millonarias, en función de la gravedad del incumplimiento y la dimensión de la comunidad: “Las sanciones son las mismas que hay en este momento si incumples lo establecido tras la inspección”, asegura el presidente del Colegio de Administradores de Gipuzkoa y Álava Javier Montero, quien recuerda que “si con una infracción grave en el ascensor no lo arreglas entre tres y seis meses, la inspección tiene la obligación de volver a pasar, y de no estar subsanado se para por la fuerza el ascensor hasta que no se arreglen los defectos”.
Aunque la activación de esta normativa “se esperaba a finales de año, y no para el 1 de julio, sabemos desde hace años que iba a salir”, asegura Montero. Por tanto, las comunidades de vecinos y vecinas deberían estar sobre aviso de que, cuando les toque, podrían tener que acometer reformas en su ascensor.
Inspecciones obligatorias con cada cambio de compañía
Uno de los cambios que trae la normativa, y que está siendo pasado por alto según Javier Montero, presidente de CAFGUIAL, repercute en los cambios de compañía una vez instalado el ascensor. “Ahora cada vez que se realice un cambio de mantenedor en una comunidad de propietarios va a ser obligatorio pasar una inspección periódica del ascensor”, para que el nuevo encargado de la instalación sepa de antemano su estado y así evitar conflictos “entre las empresas y la comunidad de propietarios”. Esto afecta bastante en Gipuzkoa, ya que “estos últimos años ha habido mucho cambio de una compañía a otra una vez instalasdo el elevador”, confirma Montero. Además, José Carlos Frechilla, director de FEEDA destaca la labor extra que tendrán no solamente las empresas mantenedoras, también las compañías de inspecciones: “Al sector le preocupa mucho la carga de trabajo que van a tener los organismos de control”, ya que las inspecciones serán más frecuentes.