La fibromialgia, según Wikipedia, es “una enfermedad crónica que se caracteriza por dolor musculoesquelético generalizado, con una exagerada hipersensibilidad en múltiples áreas corporales y puntos predefinidos”, y que va acompañada de una gran variedad de síntomas. La fibromialgia afecta fundamentalmente a las mujeres y las causas son desconocidas.
Tratamiento sintomático
Terriblemente limitadora, el tratamiento de esta enfermedad es fundamentalmente sintomático. Cuidar la alimentación puede ayudar, como señala la doctora Arantza López Ocaña, especialista en nutrición.
Las patologías que van asociadas a esta enfermedad, explica la experta, pueden verse “agudizadas” con una mala alimentación y, en cambio, pueden mejorar si se cuida lo que se come.
Entre otros síntomas, la fibromialgia acostumbra a ir muy unida a la “alteración del sueño”, hecho este que hace “que comamos peor”. “La microbiota intestinal también está en el trasfondo de esta enfermedad, por lo que cuidar la alimentación es importante”, añade López Ocaña.
¿Qué aconseja? Lo fundamental, asegura, “es quitar lo malo, lo que nos daña la microbiota intestinal y nos puede causar más inflamación”. En este grupo de elementos nocivos se hallarían el alcohol, los ultraprocesados, el azúcar o la carne roja. “Estos son alimentos que no nos vienen bien para nuestra salud en general”, asegura.
Alimentos buenos
Por contra, “hay una serie de alimentos que nos pueden ir muy bien”. Por ejemplo, los prebióticos y posbióticos, que ayudan a cuidar la flora intestinal. En la lista de la compra habría que incluir pescado azul, frutos secos, fruta, verdura (en especial las crucíferas por su acción antiinflamatoria) y encurtidos.
Entre las frutas cabe destacar las frutas rojas o la manzana, “con alta capacidad antioxidativa”.
Descenso de la serotonina
Como, al parecer, la fibromialgia va acompañada de “un descenso de la serotonina”, hay alimentos que pueden ayudar a producirla y, en consecuencia, a mejorar el sueño, como el pollo, el pavo, el cacao, el plátano, la piña, las nueces y las legumbres.
También hay que tomar en cuenta “la toma de grasas saludables”, como el aceite de oliva, el aguacate, los frutos secos y los pescados azules.
“Yo aconsejo que en nuestras comidas principales y a lo largo de todo el día tomemos mucho colorido. Por ejemplo, con respecto a las frutas y verduras. Eso nos va a aportar, además de la fibra, un arco muy importante de vitaminas y minerales”, subraya la doctora.
Vitamina C, A y D
Vitamina C, A y D, muy importantes para los huesos, pueden llegar al organismo por esa vía, ayudando al sistema inmunitario y es importante por su capacidad antiinflamatoria.
Dormir mejor
A causa de la fibromialgia, pero también tras la menopausia, las mujeres pueden tener alteraciones del sueño. ¿Qué se puede hacer para dormir mejor?
López Ocaña insiste en la importancia de “tener una rutina saludable”. “Hay que cenar temprano y ligero y esperar hora y media o dos horas antes de acostarse”, añade.
Ayuda también “evitar discusiones” antes de ir a la cama, olvidarse de “las pantallas” (hay que dejar a un lado el móvil), tener una habitación “caldeada, pero no demasiado, ni tampoco muy fría”, hacer uso de “tejidos agradables” como el algodón y, si se puede, realizar un “poco de meditación” antes de ir a la cama.
Como ayuda extra, se pueden echar en la almohada “unas gotitas de esencia de lavanda”.
Es aconsejable, asimismo, “ser muy rutinaria en los horarios”, acostarnos más o menos a la misma hora.
En el caso de que haya una alteración de ciclo, “podríamos tomar una melatonina, que se puede combinar con algunas hierbas como la valeriana, la pasiflora, el lúpulo o la amapola”.
Todos estos son consejos de carácter general, pero luego “hay que individualizarlo”. Por ejemplo, no es lo mismo que a una persona le cueste conciliar el sueño que tener despertares nocturnos.
Sofocos nocturnos
En menopausia y también con la fibromialgia “se pueden tener sofocos nocturnos”, y eso también hay que valorarlo.
La fibromialgia va, en ocasiones, vinculada al “síndrome de piernas inquietas, que es que a la persona se le mueven mucho las piernas a la noche”.
Por ello, es importante “hacer una historia correcta” de cada paciente para ver si hay que añadir suplementos o no y tomar así las decisiones oportunas.
Buena gestión del estrés y la ansiedad
Un consejo que muchas veces es difícil de poner en práctica es “realizar una buena gestión del estrés y la ansiedad”, que puede tener relación con el sueño, y “evitar la vida sedentaria”. “Eso con la fibromialgia, según como se esté, es en ocasiones muy costoso. Pero si se está todo el día en el sofá o en la cama nos va a costar más dormir”, incide López Ocaña.
Por eso, en la medida de las posibilidades de cada persona, es recomendable hacer algo de ejercicio. “En el caso de la fibromialgia, yo recomiendo que sea dirigido, que una persona especialista nos indique los ejercicios adecuados”, puntualiza. Pero la actividad física no es recomendable practicarla “a partir de las 20.00 horas, para que no nos excite”. Otro consejo, ya muy extendido, es limitar bebidas como el café, el té u otro tipo de excitantes.
Para dormir mejor es aconsejable no cenar alimentos picantes o de digestión costosa, como las carnes rojas, rebozados o frituras.