“Donostia ya está tremendamente protegida desde el punto de vista del turismo”
Hostelería Gipuzkoa sostiene que el turismo no es un problema y que es ya el principal sector económico de la capital, con un 13,9% del PIB
En pleno debate sobre el impuesto turístico, la saturación que muchas personas consideran se produce en Donostia y la pujanza del que ya es el principal sector económico de la capital, con un 13,9% del PIB, el responsable de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Gipuzkoa (Hostelería Gipuzkoa) defiende que hay margen de crecimiento y que en nuestro territorio no existe un problema con el turismo, sin el cual muchos establecimientos tendrían que bajar la persiana
¿Estamos ante otro verano de récord turístico y hostelero en Donostia?
No va a ser de récord. Ayer hablé con el jefe de Booking en Euskadi, con la empresa de refrescos que vende chispa de la vida, cerveceros, cafeteros y distribuidores de vino y delicatessen para el canal nuestro. Y todos me decían que a 30 de junio, por debajo del año pasado, 3, 4, 5, 6%.
¿Qué le dice eso a usted?
Para mí hay tres factores: uno, que se ha parado el boom después de la pandemia, donde la gente incluso se endeudó para irse de vacaciones; y estamos con unos poderes adquisitivos por debajo a nivel estatal. Y a nivel internacional, no hay que olvidar que hemos tenido Eurocopa y ahora unos Juegos Olímpicos.
¿Y eso nos quita turismo internacional?
En Donostia ya el 61% del turista es extranjero. Y en la provincia es el veintitantos por 100. Pero sí es verdad que nosotros trabajamos en un mercado de nicho. O sea, el quinto o sexto cliente nuestro es Australia, por ejemplo. Y el tercer factor es que se está poniendo difícil venir a la ciudad. Entre movilidad, el runrún de que no queremos turistas que dice el alcalde, y el encarecimiento del parking en el centro, se está expulsando a mucho visitante, más que turista. Y eso lo notamos nosotros, tanto en restauración como en alojamiento, que también tenemos un montón de asociados en el territorio: desde el Arbe de Mutriku, al Zumeltzegi de Oñati, el Oria de Tolosa, el Iriarte Jauregia de Bidania-Goiatz, Iturriegi de Getaria, donde suele ir Elsa Pataky con su marido (Chris Hemsworth).
“Nadie quiere masificar, pero sí queremos seguir creciendo y se puede hacer de muchas maneras”
Ha mencionado al alcalde Eneko Goia. Creo que llegó a equiparar los beneficios del turismo y sus molestias.
Lo dijo el 1 de julio en ETB. Equiparaba los inconvenientes que trae el turismo a los beneficios. Yo los beneficios los tengo claros: El 13,9 % del PIB de Donostia y 15.000 trabajadores. No lo digo yo, lo dice el ayuntamiento en sus datos. Ahí tienes el informe.
¿Estamos hablando de hostelería?
Estamos hablando el turismo en general. En hostelería en Donostia trabajan 9.000 y pico personas. El resto, hasta las 15.000, es parte del transporte, taxistas, mucho comercio de la Parte Vieja, guías turísticos, recursos museísticos, etcétera. Somos el primer sector económico. Entonces, que diga el alcalde qué inconvenientes son los que plantea el turismo, que estén al mismo nivel que 15.000 trabajadores, que si no hubiese turismo lo tendrían difícil en muchos casos. Hablamos de camareras, cocineras, gente del mundo del transporte, reparto, etc.
¿Es cierto que el 95% de esos empleos los generan pymes?
Y de aquí. La ventaja que tiene el modelo turístico de Gipuzkoa, primero, es que tiene mucha tradición. Aquí ha habido turismo desde hace 150 años. Y no hablo solamente de Donostia, hablo de Deba, de Zumaia, de muchos sitios. Ahí tienes el balneario de Zestoa también. Segundo, hay un sector turístico muy dinámico de carácter local. El hotel Londres es de gente de aquí. El grupo Sade, que tiene el hotel Plaza Lasala, el Cinema 7 y ahora abre el Hilton donde está Bellas Artes, es de gente de aquí. El grupo Arrizul es de gente de aquí. El María Cristina es propiedad del ayuntamiento. O sea, Donostia y Gipuzkoa tiene una ventaja como modelo turístico y es que aquí la riqueza se genera y se reparte con mucha capilaridad. Hay muchas veces que se nos compara el turismo con otros destinos.
“Exportamos casi el doble del turismo del que importamos, pero cuando estamos fuera no pensamos que molestamos”
¿Le preocupa eso?
Sí me preocupa. Aquí el hotel vende noches de hotel y desayunos; el restaurante vende comidas y cenas; el pub vende copas; las discotecas venden copas y diversión; y los agentes turísticos venden excursiones. Si tú te vas a un todo incluido, a Cancún, Canarias y tal, un único operador es el destino y vende todo.
¿Quiere decir que todo el turismo no es igual?
A mí me salen los colores cuando se nos compara Donostia con Venecia, con Ámsterdam, con Barcelona. ¿Perdona? Venecia, con un tercio de la población de Donostia, recibe 36 millones de visitantes al año. Y vende 12 millones de noches. Donostia no vende ni 2 millones de noches. Cuando se nos compara, por ejemplo, con Benidorm. Pues Benidorm vende 149 noches de hotel por habitante y Salou 177. Donostia vende 9,85.
Hostelería Gipuzkoa lamenta que "todas las grandes infraestructuras turísticas de Euskadi están en Bizkaia"
El debate de la turismofobia está ahí.
Todos tenemos claro que nadie quiere masificar, porque, para empezar, tenemos un posicionamiento turístico de primer nivel. El gasto en destino del turista es muy alto respecto a la media del Estado: tenemos un turista que gasta 204 euros al día y que le interesa sobre todo la gastronomía y el estilo de vida de Donostia. Y lo que le gusta es una conjunción de estética, de seguridad, de calidad de vida, etc. No somos partidarios del volumen, sino de la calidad. Pero desde luego, sí que queremos seguir creciendo.
¿Y cómo se puede seguir creciendo en esta coyuntura y con ese debate abierto?
Se puede crecer de muchas maneras. Se puede crecer en los meses valle, se puede crecer a través del turismo de congresos, de convenciones, de eventos deportivos. El otro día el alcalde decía en un evento privado que no quiere más turistas. ¿A qué se refiere? ¿Al turista japonés que viene en agosto? ¿O se refiere también al padre de los hijos que vienen a jugar la Donosti Cup desde EEUU? ¿Al runner que viene de Barcelona en la Behobia? ¿Al director de cine que viene al Zinemaldia? ¿Al chef que viene a Gastronomika? ¿O sea, de qué turista estamos hablando realmente? Nosotros no entendemos que un alcalde reniegue del sector económico de más peso.
El debate está en la calle. ¿O cree que es más una cuestión política?
Sí. Pero esta ciudad, por ejemplo, está tremendamente protegida desde el punto de vista del turismo. Ya no se pueden construir hoteles durante una temporada. Llevamos dos años de moratoria de pisos turísticos: ya no se dan más licencias. La Parte Vieja sigue siendo zona saturada y no se puede abrir nada a nivel de alojamiento desde hace muchísimos años; los tienen que descargar en la estación; los grupos no pueden superar las 25 personas; no se puede utilizar altavoz por el tema de ruido. Fuimos la primera de las grandes ciudades del Estado que reguló los pisos turísticos y se considera un modelo de éxito.
¿Quiere decir que esa regulación se valora más fuera que aquí?
Así es. Esa regulación sacó del mercado un 30% de los pisos turísticos. Llevamos dos años con el número de pisos turísticos estancados, sin embargo los costes de alquiler de las viviendas en Donostia siguen para arriba. Con lo cual, que a las 1.300 viviendas turísticas que hay en Donostia se le eche la culpa del incremento de los alquileres, es más una posición política. Yo pienso que hay partidos políticos que, del mismo modo que hace 25 años emplearon el Tren de Alta Velocidad para unir a su electorado; o hace 12 o 15 años la gestión de residuos y tal, pues ahora tienen en el turismo y la turismofobia el elemento aglutinador para marcar diferencias. Es mi opinión en el caso de Gipuzkoa. Pero al mismo tiempo ves que, por ejemplo, el año pasado la Organización Mundial del Turismo declaró que el mejor pueblo turístico del mundo era Oñati, con lo cual a la alcaldesa de Oñati, que le interesara, ha presentado candidatura. ¿Me explico?
Perfectamente.
Y hay pueblos que han apostado por el turismo clarísimamente, como son Getaria, que ahora es la referencia gastronómica de la costa guipuzcoana. Más que Zarautz en su día y más que Orio hace 20 años. En el ranking de pernoctaciones de 2023 por provincias estamos en el puesto 23: por cada guipuzcoano se han vendido al año 3,92 noches de hotel. Estamos por debajo de Asturias (3,98), Ávila (4,00), Teruel (6,24), por debajo de Huesca (9,02). Y en Baleares venden 48,9 noches por habitante. ¿Cómo se puede decir que Gipuzkoa está saturada? ¿Y cómo se puede plantear un problema de donde realmente no lo hay?
“Hay pueblos que han apostado por el turismo clarísimamente, como Getaria, que ahora es la referencia gastronómica de la costa”
¿No cree que sea así?
Euskadi es la comunidad del Estado que tiene un mayor déficit turístico. Es decir, exportamos casi el doble del turismo que importamos. El 26 % de las familias guipuzcoanas tienen segunda vivienda, con lo cual están gentrificando Noja, Haro, las Landas, Jaca, Benasque, Conil, Salou, Sitges, etcétera. Y sin embargo, cuando estamos fuera no pensamos que molestamos y aquí nos la tenemos que coger con papel de fumar.
¿Esa percepción puede estar marcada por el hecho de que lo que viene se concentra en zonas muy específicas?
Sin duda. No podemos renunciar a crecer, pero es verdad que la ciudad, en esa política de atracción que hay que hacer, tiene que ser suficientemente inteligente para distribuir la actividad en el conjunto del territorio. Si Donostia va bien, el territorio va bien. Si Donostia crece, el territorio crece.
¿La clave es repartir?
Hay que desestacionalizar, pero ya hemos ido haciéndolo. Hace 15 años, los cuatro meses centrales, junio, julio, agosto y septiembre, vendían el 47 % de las noches y ahora venden el 43%. Pasa tanto en Donostia como en la provincia.
Pero en el interior todavía muchos establecimientos bajan la persiana en agosto.
Y en Amara. Si esto fuese una ciudad que es un sin Dios turístico, no cerrarían bares en Amara por vacaciones en agosto. Y cierran bares. Aquí, esa masificación que se intenta asociar al turismo, es más del visitante que del turista.
Pero todos queremos ir a los mismos sitios. Y para que crezca el resto, Donostia y tiene que asumir un flujo extra.
Efectivamente. En Donostia todo pasa por el corredor Parte Vieja-Relojes de Miraconcha-Buen Pastor. Amara en agosto Amara está muy bajito y está a 500 m del centro. Y lo mismo pasa con Egia y buena parte de El Antiguo. Entonces, me pregunto, ¿vamos a hacer grande el problema y vamos a hablar de turismofobia y a poner en peligro el destino y la actividad de 15.000 personas que viven de esto por un problema que se concentra en tres semanas al año, del 1 de agosto a después de semana grande, en el corredor Parte Vieja-Buen Pastor-Relojes de Miraconcha?
¿Qué cree que hay que hacer?
Hay que programar en el propio ayuntamiento más actividades fuera de ese círculo y vender más la provincia para que el que pasa noche aquí, desayune y luego se vaya a comer al Zirta de Larraul, que es un sitio espectacular; a ver el museo Oiasso de Irun o a Arantzazu. Entonces, ahí sí que tenemos un trabajo importante de distribuir la riqueza. Si no tuviésemos turismo, un importante número de la hostelería tendría que cerrar.
“El turismo da empleo a 15.000 personas en Donostia; que diga el alcalde qué inconvenientes plantea al mismo nivel”
¿Hasta qué punto cree que esa turismofobia está instalada en la calle, más allá del debate político? En Donostia sí hay preocupación.
Yo creo que el donostiarra se queja con mucha facilidad porque tiene una situación más o menos resuelta en cuanto a su situación económica. Pero tenemos que tener una cosa clara: el modelo de ciudad que tenemos es un modelo de ciudad del que nosotros nos hemos dotado. Hace 50 años y tú ibas a Sagüés, estaba el matadero; y ahora hay un hotel que se llama Punta Monpás. Hace 40 años, si ibas al infierno, estaba la fábrica en Suchard; y ahora está el hotel Antik. Hace 30 años, si ibas a Bentaberri, estaba Keler; y ahora está el hotel NH. Hace 20 años ibas a Morlans y estaba la fábrica de gas; y ahora está el hotel Zenit. Hace 10 años ibas a la ribera del Urumea y estaban Koipe y Savin, echaban lodos y olor, y ahora está el hotel Cassual Jazz. Esta ciudad ha sacado fuera toda la industria y ha montado una industria turística. Y eso lo han permitido los distintos gobiernos municipales.
¿Y cómo es esa nueva industria?
El Turismo ofrece empleo muy digno. Nuestros convenios, tanto el de Alojamiento como Restauración, son de los más altos del Estado, con la menor carga de horas, 1.723. Nuestras personas trabajadores son gente que vive en Trintxerpe, en Altza, en Intxaurrondo y más de un 30% de la plantilla son inmigrantes. Esos 15.000 puestos de trabajo son fruto del turismo que algunos quieren que no crezca o que decrezca. A ver si una empresa biotecnológica es capaz de encontrar empleo para esa gente.
“Necesitamos una escuela pública de oficios turísticos que forme operarios, más que directivos, porque faltan cocineros”
¿Cómo de profesional es esa plantilla y que formación tiene?
Está entrando en nuestro sector cualquier persona que sepa lo básico. El problema que tenemos es que somos un sector premium, de precio alto respecto a otros destinos. Y no se puede sostener ese posicionamiento si no hay formación detrás. Entonces, sí que me gustaría aprovechar esto para reivindicar algo que el Gobierno Vasco en sus 45 años de existencia no ha hecho, que ha sido invertir en formación pública en oficios turísticos en Donostia.
¿A qué se refiere?
Aquí no hay un centro público que forme a cocineros, camareros, gobernantas y gestores de pisos, recepcionistas y conserjes, etc; y ya es hora de que lo haya, porque la necesidad es enorme. La poca oferta formativa que hay en el sector es privada y cara. Por otro lado, el Basque Culinary Center (BCC) no ha cubierto las expectativas en lo que se refiere a garantizar el relevo generacional en las cocinas de Gipuzkoa. Está formando gente para la industria alimenticia, para el ámbito de la comunicación y para cocinas de otros lugares. Y es un gran patrimonio de Donostia, Gipuzkoa y Euskadi. Pero si queremos asegurar el relevo de nuestras cocinas, tiene que ser con una formación más de oficio, de operarios más que de directivos. Y eso tiene que pasar por una escuela pública de oficios turísticos.
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