Reducir la factura energética es la preocupación de muchos hogares, especialmente ante el continuo aumento de los costes de energía, sobre todo, el de la luz. Sin embargo, hacer pequeños cambios en casa puede marcar una gran diferencia en el consumo energético y, como no, en las facturas.
Uno de los cambios más efectivos y fáciles de realizar es la sustitución de las bombillas tradicionales por bombillas LED. Las bombillas LED consumen hasta un 85% menos de energía que las incandescentes y tienen una vida útil mucho más larga, lo que no solo reduce el consumo energético sino también la necesidad de reemplazarlas frecuentemente. Además, aprovecha al máximo la luz natural manteniendo las cortinas y persianas abiertas durante el día.
Otro aspecto clave es la gestión del uso de los electrodomésticos. Se aconseja optar por electrodomésticos de bajo consumo energético, identificados con la etiqueta de eficiencia energética A+++. Aunque inicialmente puedan ser más caros, a largo plazo su consumo reducido se traduce en un ahorro significativo. Asimismo, es importante usar estos aparatos de manera eficiente. Por ejemplo, evita dejar el televisor o el ordenador standby, ya que continúan consumiendo energía.
El uso eficiente de la calefacción y el aire acondicionado también puede tener un gran impacto en la factura energética. Durante el invierno, ajusta el termostato a una temperatura moderada y usa ropa abrigada para mantenerte caliente. Cada grado que se baje del termostato puede reducir el consumo de energía en un 1-3%. En verano, se recomienda utilizar ventiladores de techo y mantener las ventanas cerradas durante las horas más calurosas para mantener el aire fresco dentro de casa.
El aislamiento adecuado de tu hogar es otro factor crucial. Un buen aislamiento en techos, paredes y ventanas puede reducir la pérdida de calor en invierno y mantener el frescor en verano. Si tu hogar no cuenta con un buen aislamiento, considera invertir en ello. Asimismo, asegúrate de sellar cualquier fuga de aire en puertas y ventanas utilizando selladores. Estos pequeños arreglos pueden prevenir la pérdida de energía y mantener tu hogar a una temperatura confortable sin necesidad de un uso excesivo de calefacción o aire acondicionado.
El agua caliente también representa una parte importante del consumo energético en los hogares. Reducir la temperatura del calentador de agua a 49ºC puede disminuir el consumo de energía sin comprometer el confort. Además, instalar cabezales de ducha y grifos de bajo flujo puede reducir significativamente el uso de agua caliente. Tomar duchas más cortas y lavar la ropa con agua fría son otras prácticas simples que pueden ayudar a reducir el consumo de energía.
Finalmente, es importante educar a todos los miembros del hogar sobre la importancia de la eficiencia energética. Fomentar hábitos como apagar las luces al salir de una habitación, desconectar los cargadores cuando no se usan y utilizar electrodomésticos de manera consciente puede contribuir enormemente a reducir el consumo general de energía.