Al parque, a dar un paseo, a la playa, de compras... no hay lugar a donde los perros no acompañen a sus dueños. También cuando salen a comer, a cenar o a tomar algo la compañía de sus amigos de cuatro patas es bienvenida y, normalmente, tienen que compartir con ellos la comida que han pedido. Sin embargo, eso ya no va a ocurrir en el bar Alameda de Bilbao, ya que han sacado una versión de su famosa 'felipada' para los perros.

Con pan de molde y un paté gourmet, Gabriel Mañeru ha creado la 'felican', para que los de cuatro patas también puedan disfrutar en su local. La idea surgió en Navidades, cuando con el bar hasta los topes y con algunos clientes acompañados de sus perros, Mañeru vió como los peludos levantaban la cabeza para que sus dueños le dieran un trozo de 'felipada'.

"No sabía qué hacer, ni como. La idea de hacer a los perros también disfrutar en el local rondaba mi cabeza y finalmente decidimos hacer una 'felipada' especial para perros", explica Mañeru. "Cocinar aquí estaba descartado, entonces decidimos hacerlo con un paté gourmet para cachorros, que tiene menos grasa y menos sal", apunta. Y para evitar que los perros coman demasiada cantidad de pan, las rebanadas las parten a la mitad.

Una vez preparada la 'felican', se parte en cuatro trozos y se sirve en un cuenco acompañado de agua. En el Alameda solamente cuentan con tres platos para perros ya que su objetivo no es que el local se convierta en un bar de perros, sino tener un "detalle" con aquellos que vienen con sus dueños.

1,50 euros dos trozos, dos euros cuatro trozos

El precio de la 'felican' es de 1,50 euros por dos trozos y 2 euros por los cuatro trozos. En un día llegan a vender hasta 12, lo que les hace reconocer que no esperaban "este éxito". "También hay quien lo pide para llevar", reconoce Mañeru. Y es que, los perros siempre han sido bienvenidos en el local. "Se portan muy bien, a veces mejor que algunos clientes", bromea Mañeru.

Desde luego, esta apuesta del Alameda está siendo todo un éxito, ya que perro que come la 'felican', perro que se relame. "Es una gran idea porque son uno más de la familia", afirmaban dos mujeres que se encontraban en bar al enterarse de la novedad.

Cata, una perra que paseaba por Indautxu, no quiso perderse la oportunidad de probar la novedad, y tras comerse el sandwich en cuestión de segundos, mostró su satisfacción olisqueando el suelo por si quedaba algún pequeño trozo más. Indudablemente, Cata volverá.