El juego de azar con apuesta económica de por medio se ha convertido en un hábito arraigado en la sociedad que sirve en bandeja el debate social. ¿Un simple entretenimiento? ¿Un generador de situaciones problemáticas? La oferta hoy en día no tiene límites, y en la medida en que crece el juego, también lo hacen las labores de supervisión. El año pasado se realizaron en Euskadi un total de 3.263 inspecciones, la mayor parte de ellas en máquinas de hostelería (1.504), salones de juego y recreativo (735), bingos (244), casinos (143), locales de apuestas (53), además de medio millar de actuaciones de vigilancia y control.
Se han tramitado un total de 20 expedientes por hechos constitutivos de infracción, siete de ellos “muy graves”, según recoge la memoria de 2023 de la Dirección de Juego y Espectáculos del Gobierno Vasco. La mitad de los casos están relacionados con el acceso de menores al juego, contraviniendo así la normativa vigente.
La CAV fue la primera comunidad autónoma del Estado en regular el sistema de apuestas, y la actividad inspectora es incesante. Según recoge la memoria, se han llevado a cabo 202 inspecciones de seguridad en locales de juego, y un total de 2.508 actuaciones de vigilancia y control de la presencia de menores en estos recintos.
En Gipuzkoa se realizaron durante el año pasado casi diez millones de apuestas, la mayor parte en locales de hostelería (4 millones), con una recaudación de casi 125 millones de euros
El juego con dinero se ha convertido en una actividad ampliamente extendida en la sociedad guipuzcoana. En Gipuzkoa se realizaron durante el año pasado casi diez millones de apuestas (9.991.439) a través de los diferentes sistemas habilitados -la mayor parte en locales de hostelería (4 millones)- con una recaudación de casi 125 millones de euros y un reparto de premios de 107,3, lo que arroja un montante neto de 17,6 millones para las empresas adjudicatarias de apuestas.
Canales online: un desembolso de 58,2 millones de euros
El territorio cuenta con un casino, cuatro bingos y 66 salones de juego. Los datos referidos a la actividad económica reflejan asimismo que los canales online superan ampliamente a las máquinas tragaperras como principal fuente de recaudación. Los guipuzcoanos se dejaron el año pasado a través del primero de estos sistemas un total de 58,2 millones de euros. Se repartieron 51,1 millones en premios, por lo que el saldo neto es de 7,1 millones. En máquinas de hostelería se realizaron 4 millones de apuestas, con una recaudación de casi 35,5 millones.
Cabe recordar que existen otras actividades relacionadas con el juego que no figuran en la memoria, como por ejemplo el deporte rural y las apuestas en frontones, si bien su montante económico es “muy limitado”, según señala el informe de actividad. Las fuentes utilizadas para la elaboración de los datos y estadísticas de la memoria son las propias de la Dirección de Juego y Espectáculos.
En Gipuzkoa hay 66 empresas operadoras de máquinas recreativas tipo B, las más populares, conocidas como tragaperras y que se pueden encontrar en todos los bares. Se aprecia una paulatina tendencia a la baja de este tipo de operadores en los tres territorios vascos. En el conjunto de Euskadi había en 2019 un total de 257, cifra que ha ido cayendo en los últimos años hasta los 228 actuales.
La memoria también refleja los ingresos generados por la Dirección de Juego y Espectáculos referidos en base a la recaudación por tasas administrativas (no fiscales). Del estudio de la estadística se deduce que, desde el punto de vista territorial, Bizkaia es el territorio que recauda más cantidad (133.181 euros), incluso superando la suma de las recaudaciones de Gipuzkoa (54.553 euros) y Araba, con 15.479 euros.
El informe subraya la importancia de cumplir con los requisitos legales. Todos los materiales, sistemas, máquinas y terminales “deben estar homologadas e inscritas en el Registro Central de Juego”. Hay, de hecho, acreditados por el Gobierno Vasco un total de trece laboratorios para los ensayos previos de máquinas y sistemas de juego.
Inspección de espectáculos
La actividad inspectora en materia de espectáculos también ha sido intensa a fin de comprobar que los establecimientos públicos y espacios abiertos, sean de titularidad pública o privada, cumplen las condiciones y requisitos legales. Así, la Unidad de Juego y Espectáculo de la Ertzaintza (U.J.E) ha supervisado durante el último año discotecas, cines, teatros, museos, polideportivos, frontones y diferentes competiciones deportivas. En total, 153 inspecciones de seguridad, por encima de las 135 realizadas en 2022.
El informe refleja que los conciertos, festivales y actividades recreativas celebrados en Gipuzkoa han dejado atrás definitivamente la pandemia. Todo las actividades que se desarrollaron en 2022, superada ya la crisis sanitaria, se repiten en 2023. Es el caso de los conciertos en el velódromo de Donostia, en el recinto ferial Ficoba de Irun o el tradicional concurso de villancicos en el polideportivo Galtzaraborda de Errenteria.
No obstante, señala el documento, “no se han celebrado algunos eventos que estaban consolidados en el territorio, como Kultur Festibala (en el hipódromo) y los conciertos en Ficoba dentro de la Feria del Cannabis, Expogrow.
La memoria señala que los espectáculos pirotécnicos durante el verano se desarrollaron en Gipuzkoa en los lugares tradicionales, si bien durante el último año no se han celebrado ni en Eskoriatza ni en Olaberria ni en Lezo. Por otra parte, según recoge el documento, “se va consolidando la celebración de algunos espectáculos pirotécnicos fuera de los tradicionales en las fiestas de los pueblos”, así como el que da inicio al alumbrado navideño en Donostia.
Por otra parte, la aplicación de la nueva Ley de Bienestar Animal ha impedido la celebración de los espectáculos con reses de ganado bovino de menos de 60 kilos, que no son espectáculos taurinos tradicionales, según el reglamento. Esto ha provocado que en algunas localidades como Alegi y Ordizia, municipios en los que se celebraban espectáculos con reses de menos de 60 kilos, se hayan celebrado espectáculos taurinos tradicionales.