“La gente avisaba desde San Pedro y San Juan de que una embarcación había volcado y sus tripulantes se agarraban a la proa”. Jose Luis Montes, técnico de Salvamento Marítimo de Cruz Roja en Pasaia, relata a este periódico cómo se produjo el rescate de cinco ocupantes de una embarcación francesa, socorridos el viernes mientras participaban en el Pasaia Itsas Festibala.
Todo quedó en un buen susto y afortunadamente no hubo que lamentar daños personales. Ocurrió sobre las 18.40 horas en la bocana, a la altura de la parroquia del Santo Cristo de Bonanza.
La embarcación Mendiola de Cruz Roja realizaba en esos momentos labores de vigilancia costera y no tardó en llegar al lugar del siniestro. Testigos de lo ocurrido habían alertado de que una embarcación había perdido el control. Sus tripulantes se agarraban a la proa.
“Eso es lo que vimos al llegar. Las cinco personas se encontraban en el agua y las subimos a nuestra embarcación mientras pedíamos la colaboración de la embarcación de la Guardia Civil, que se encontraba en la zona”, explica Montes.
Ilesos del vuelco
En el buque de vela viajaban cinco personas, 4 hombres y una mujer, de 21 a 30 años. Salieron ilesas del vuelco. Navegaban a bordo de un velero clásico tipo dragon, de unos ocho metros de eslora de madera y un solo mástil.
Se trata de una embarcación que procedía de una escuela de la población francesa de Mesquer, una de las muchas que navegan por la bahía con motivo del Pasaia Itsas Festibala 2024. Un velero cuyo manejo, según fuentes consultadas, requiere de mucha destreza y “puede ser suficiente con un cambio brusco en la dirección del viento o de peso de la tripulación para que ocurra lo que sucedió”.
Los jóvenes fueron auxiliados pocos minutos después de caer al agua y trasladados a tierra en lanchas de la Guardia Civil y la Cruz Roja. “No presentaban síntomas hipotermia, pero casi. Les ofrecimos mantas, ropa y calzado, y les subimos al puesto de la Cruz Roja, donde les dimos bebidas calientes”, detalla el técnico de salvamento marítimo.
“En realidad estaban más preocupados por el estado del velero que por el susto”, reconoce Montes. La embarcación había quedado con la vela tendida sobre el agua, y fue necesario soltar el velamen y desmontar el mástil para reflotarlo posteriormente. Fue una actuación laboriosa en la que tuvo que intervenir un buzo de la organización, para trasladar posteriormente el buque a una rampa.
El certamen sobre la cultura marítima, que se celebra del 9 al 12 de mayo, reúne a gran cantidad de navíos con valor patrimonial procedentes de distintos lugares del mundo e incluye numerosas actividades.