Los criterios ESG o de responsabilidad ambiental, social y de buen gobierno son cada vez más importantes para las empresas. ¿Existe en el tejido empresarial guipuzcoano una cultura o concienciación en ese sentido?
Desde Adegi llevamos ya bastantes años acompañando y ayudando a las empresas a que tomen conciencia y aumenten su impacto socioambiental positivo, y durante este tiempo hemos visto cómo cada vez son más las organizaciones que han entendido que estos criterios son un elemento fundamental para la supervivencia de la empresa. Teniendo en cuenta y poniendo en valor que muchas empresas ya venían haciendo importantes esfuerzos en esta dirección por convicción, la actual regulación al respecto es cada vez más exigente, por lo que es difícil encontrar en nuestro territorio alguna empresa que de una forma u otra no esté apostando por la sostenibilidad y no esté integrando los criterios ESG en su gestión y su día a día.
Aplicar estos criterios en las organizaciones no es solo una cuestión de responsabilidad, y es que también aporta beneficios a las empresas. ¿Cuáles son esos beneficios?
La sostenibilidad y los criterios ESG deberían tener y tienen en general una relación directa con la competitividad de las empresas, ayudan a reducir costes, fomentan la innovación en productos, servicios y modelos de gestión, mejoran la imagen y reputación de la organización, ayudan a atraer nuevos clientes y a llegar a nuevos mercados, fortalecen la relación con la cadena de valor y la sociedad, otorgan ventajas de financiación, tanto desde una perspectiva de acceso, como de costes y algo que nos gustaría destacar especialmente, ayudan a atraer y mantener el talento. A parte de todo esto, las exigencias legales al respecto cada vez son mayores, de tal forma que apostar por la sostenibilidad y los criterios ESG ya no es una opción, sino más bien una necesidad-obligación. Con todo, interesaría asegurar que los objetivos y los plazos de adaptación marcados por estas normativas sean acordes a la realidad de las empresas con especial atención a las pymes, diseñando, asimismo, programas de estímulo y fomento para que puedan afrontar las inversiones que suele traer consigo el cumplimiento de estas exigencias.
“Dado que la empresa es parte de la sociedad, cuanto más próspera y saludable sea ésta, más posibilidades habrá para la que la empresa se desarrolle y se consolide”
‘Mejor empresa, mejor sociedad’ es uno de los lemas de Adegi. ¿En qué sentido promueve Adegi entre las empresas que se implementen medidas de responsabilidad?
Subrayando su insustituible contribución al desarrollo, la creación de empleo y la generación de riqueza. Las empresas tienen una relación de interdependencia con su entorno y sus grupos de interés, es decir, con sus clientes, sus proveedores, sus personas, el territorio en el que desarrollan su actividad, el medioambiente, etcétera. Dado que la empresa es parte de ese ecosistema, cuanto más próspero y saludable sea éste, más posibilidades habrá para la que la empresa se desarrolle y se consolide. Es desde esta perspectiva desde la que en ADEGI impulsamos a las empresas a que intervengan activamente en el entorno, con la idea de generar un círculo virtuoso que redunde en el beneficio y el bienestar de todos los grupos de interés, el de la propia empresa y de la sociedad en general. En este sentido, cuanto más mejoremos las empresas, más mejoraremos la sociedad. De ahí nuestro propósito: Mejor empresa, mejor sociedad.
“Una de las principales iniciativas de ADEGI en el ámbito de la responsabilidad social empresarial ha sido la puesta en marcha del centro Fabrika”
¿Puede hablarme de iniciativas organizadas por Adegi para promover la Responsabilidad Social Corporativa?
Una de las principales iniciativas de ADEGI en este ámbito ha sido la puesta en marcha de Fabrika, un centro de alto rendimiento para la transición cultural de las empresas. En Fabrika, con los ocho principios de la Nueva Cultura como guía, se trabaja con un método científicamente validado para analizar y transformar las relaciones, no sólo desde una perspectiva interna, sino también desde una perspectiva externa, es decir, las relaciones con los grupos de interés, incluida la sociedad. También hemos desarrollado la metodología inGUru+, una herramienta de autodiagnóstico del impacto socioambiental de las empresas, desde la idea de que medir el impacto es la única manera de mejorarlo. Es una herramienta flexible, fácil de usar, y pensada para todo tipo de organizaciones, aunque en especial para las PYMEs. Por otro lado, tenemos un boletín sobre sostenibilidad en el que tratamos de acercar a las empresas las principales novedades en este ámbito. Una comunidad de aprendizaje con empresas avanzadas en sostenibilidad y ESG en la que las empresas comparten su conocimiento, experiencias, inquietudes, y problemas y nos ayudan a conocer mejor cuales son sus necesidades. Y en nuestra Asamblea General otorgamos el Premio a la Empresa de Desarrollo Sostenible, que en sus dos primeras ediciones recibieron las empresas Plastigaur y Ternua. También hemos trabajado el impacto socioambiental de los centros de formación profesional con el proyecto LurraldeON, y, por su puesto, realizamos múltiples jornadas, talleres y encuentros sobre el tema.
En el caso concreto de Gipuzkoa, ¿dónde están poniendo más el foco las empresas? Aclaro: ¿quizá al ser un territorio estrechamente relacionado con la actividad industrial, las medidas están más encaminadas a temas medioambientales?
Al margen de las iniciativas de muchas empresas que no han necesitado normativa para demostrar su compromiso, es cierto que la legislación medioambiental ha mostrado a lo largo de los últimos tiempos un rápido e intenso desarrollo, en ocasiones excesivo, que está exigiendo a las empresas, muy especialmente a las industriales y a las del sector de la construcción, dedicar muchos recursos a este ámbito, sobre todo a los temas relacionados con el cambio climático, eficiencia energética o huella de carbono principalmente. Aunque por detrás del cambio climático, también los temas de circularidad reciben mucha atención. En cualquier caso, las empresas de Gipuzkoa tienen muy clara la importancia de sus personas, por lo que ponen también especial atención a todo lo que a éstas afecta. Más allá de temas como la igualdad, flexibilidad y conciliación, en los que nuestro territorio muestra un mayor desarrollo que los del entorno, la participación está ganando importancia a lo largo de los últimos tiempos.
“Más allá de temas como la igualdad o la conciliación, en los que nuestro territorio muestra un mayor desarrollo, la participación está ganando importancia”
A la hora de poner en marcha iniciativas de este tipo, ¿cuáles son los principales obstáculos con los que se encuentran las empresas?
En nuestra opinión, además del aumento de la burocracia y las múltiples y complejas tramitaciones administrativas, uno de los principales obstáculos para las empresas es la gran cantidad de términos surgidos en el ámbito de la sostenibilidad: ESG, ODS, economía circular, huella de carbono, transición ecológica, taxonomía, etc., que, además, van asociados a diferentes exigencias, con diferentes formatos, diferentes requisitos y por parte de diferentes actores. Esto hace que las empresas, en especial las más pequeñas, aunque no exclusivamente, en ocasiones, se encuentren perdidas y confusas sobre cómo engranan todas estas exigencias y sobre cómo encajan entre si y en la empresa en su conjunto. Hay que ayudar a las empresas a que puedan tener una visión conjunta, pero al mismo tiempo a que puedan poner foco en lo realmente importante para ellas, en aquello sobre lo que realmente tienen poder de actuación.