La plazoleta del Juncal de Irun se ha vuelto a quedar pequeña esta mañana para acoger a los cientos de irundarras que han querido acercarse a bendecir las opillas. A diferencia del pasado año, cuando la bendición tuvo que trasladarse al interior de la parroquia debido al mal tiempo, la ausencia de lluvia ha permitido que se pudiera celebrar en la calle.

Así, una vez más, alrededor de las once de la mañana los niños y niñas han alzado las opillas que les han regalado sus madrinas para recibir unas gotas de agua bendita. Aunque la del Juncal ha sido la más multitudinaria, las bendiciones se han llevado a cabo igualmente en otras parroquias de Irun y Hondarribia, así como en la ermita de San Marcial.

Largas colas en las pastelerías y panaderías

La mañana de este 25 de abril ha dejado otra imagen típica de esta jornada, la de las largas colas que se forman en las pastelerías de Irun y Hondarribia. Como cada año, los reposteros de la comarca llevan días trabajando sin descanso para elaborar estos bizcochos, tradicionalmente de almendra, coronados con huevos duros pintados o de chocolate (según la tradición, tantos como años tenga el niño o niña).

A lo largo de la tarde los bidasoarras seguirán disfrutando de esta fiesta. Si bien resulta habitual acudir a las campas de San Marcial y de Guadalupe para comer las opillas, muchos buscan otras alternativas, sobre todo si el tiempo no acompaña del todo, como sucede hoy. Sea como sea, el objetivo es pasar un bonito día en familia y con amigos y, por supuesto, dar buena cuenta de ese delicioso bizcocho que solamente se puede degustar una vez al año.